Crusaders manda en casa – Olé

Los últimos dos duelos entre Crusaders y Chiefs tuvieron a los de Hamilton festejando. Uno de ellos fue en Suva, Fiji (allí jugaron el año pasado), y el otro en el Waikato Stadium. Parecía que los de la Isla Norte de Nueva Zelanda le tenían la mano tomada a los últimos tricampeones del Super Rugby. En realidad era un espejismo. En esta edición solo kiwi (Aotearoa) los de Christchurch pusieron las cosas en su lugar y festejaron en su casa, donde ganaron 17 de los últimos 19 encuentros. Ahora fue 18-13.

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Una molesta y continua llovizna, que por momentos fue lluvia, complicó el juego de manos que caracteriza a las franquicias de Nueva Zelanda, sobre todo a las dos que cerraron la tercera semana del torneo. Sin embargo, tanto Crusaders como Chiefs nunca abandonaron su ADN de dinámica pura y juego de manos. Eso sí, el local fue el que más se animó a atacar desde su movilidad y carreras como también desde su agresiva defensa. Agresiva en el sentido de ganar terreno con tackles.

Los dirigidos por Scott Robertson apoyaron dos tries con la misma ecuación: destreza de Sevu Reece y velocidad de Will Jordan. Uno por tiempo, el primero luego de una pelota a cargar de Richie Mo’unga en la que Damian McKenzie falló y Reece aprovechó para asistir a Jordan, y el segundo tras un line rápido del wing al fullback para primerear a todo Chiefs.

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La segunda conquista, a los seis minutos del ST, dejó el tablero en 15-3. Hasta ahí, McKenzie había metido un penal y errado otro. Justamente, a partir de él fue que la visita se agrandó y empezó a crecer. Su cambio de paso fue clave para empezar a perforar una defensa que parecía impenetrable. Y así contagió al resto. Tanto fue el empuje que poco después de un penal de Mo’unga (18-3) llegó el try de Chiefs por medio de Sean Wainui. McKenzie, con su sonrisa típica que muestra antes de patear, metió la conversión y un penal para quedar a cinco (18-13), con diez minutos por jugar.

Un poco de suspenso para darle más emoción a un torneo que nos viene regalando buen rugby, tries de todo tipo, estadios con público y emociones hasta el final. La normalidad de Nueva Zelanda.

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¿Qué pasó en esa decena de minutos? Crusaders apeló a su jerarquía y Chiefs cayó en errores de manos, la famosa pelota mojada, incontrolable. Finalmente Mitchell Drummond voló la guinda y los de rojo levantaron los brazos con la poca energía que les quedaba. Costó y mucho, pero se logró.

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Crusaders, franquicia que quedó libre en la primera fecha, ganó su segundo encuentro y llegó a nueve puntos. Blues lidera con 12 porque venció en las tres fechas. Mientras que Chiefs perdió los tres… En la semana cuatro se enfrentarán Highlanders vs. Crusaders y Chiefs vs. Hurricanes.