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Un incendio que puede ser deliberado | Se quemó la …

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Francia acaba de sufrir otro desastre patrimonial, a quince meses del incendio en la catedral de Notre Dame de París. El fuego de que dañó severamente la catedral de San Pedro y San Pablo este sábado fue controlado más rápidamente, con lo que fue menos destructivo, pero se sospecha que en este caso no fue un accidente. De hecho, la policía investiga si no fue un atentado o un caso de piromanía. El fiscal a cargo del caso, Pierre Sennes, destacó que la sospecha viene de que los bomberos que entraron al edificio se encontraron con tres focos de fuego diferentes. Uno estaba en la tribuna del espectacular órgano del templo, de 1621, que fue completamente destruido, y otros dos en puntos diferentes de las naves.

El incendio fue visto a las 7.45 de la mañana, hora local, cuando empezó a salir humo y luego llamaradas por el rosetón sobre la entrada principal del edificio. El órgano fue el principal foco de incendio, ya que la enorme estructura de madera de cuatro siglos ardió ferozmente. Así se perdieron por completo los vitrales del rosetón principal, del siglo 16, y un cuadro del siglo 19 de Hyppolite Flandrin. Pero la mayoría de las muchas obras de arte del edificio fueron rescatadas a tiempo y los bomberos avisaron que no vieron daños en los elementos estructurales de la catedral. El tejado tampoco fue afectado gravemente y las mayores pérdidas se dieron en el mobiliario.

La historia

La catedral dañada es el tercer edificio que ocupa ese lugar y ese rol en la ciudad al noroeste de Francia. Primero fue una iglesia galo romana en el siglo 6, reemplazada por una románica en el siglo 13 y finalmente por el edificio gótico a partir de 1434. Este reemplazo fue parte de un programa constructivo del duque de Bretaña, Jean V, que también construyó la otra joya gótica de la ciudad, el Palacio Ducal. La obra comenzó bajo el obispado de Jean de Malestroit bajo diseño de los arquitectos Guillaume de Dammartin y Mathelin Rodier.

Pieza ya tardía en la Europa que entraba al renacimiento, la fachada fue terminada en 1481 y las relativamente pequeñas orres en 1508. El interior siguió siendo románico, de arquerías de medio punto y muros pesados, hasta mediados del siglo 17, cuando se erigió la alta nave central y los arbotantees que la sostienen. La revolución le dio un nuevo uso al edificio, que a partir de 1790 pasó a ser un observatorio astronómico y un curioso centro de experimentación con paracaídas en el que tiraban animales desde las torres.

No fue el peor daño que sufrió la catedral. En 1800, una explosión en un edificio cercano dañó los vitrales y algunas de las esculturas exteriores. En 1944, durante la segunda guerra mundial y antes del desembarco en Normandía, los aliados soltaron por accidente una bomba que dañó la sacristía, el ábside y tres capillas. En 1972, cuando se estaban terminando de restaurar estos daños, un soplete inició un incendio incontrolable en la cubierta, que se quemó por completo y se derrumbó. En 1975 se reconstruyó la estructura en hormigón, con lo que resistió sin problemas este último incendio.

La alcaldesa de Nantes Johanna Rolland, evocó esa tragedia de hace casi medio siglo y dijo que el sentimiento que dominaba este sábado a los habitantes de su ciudad era la «emoción» y la «tristeza» porque la catedral es un símbolo para los católicos pero también para todos los nanteses. «Es una parte de nuestra historia, una parte de nuestro patrimonio», añadió Rolland, que no se privó tampoco de insistir en «la profesionalidad» de los equipos de bomberos que lucharon contra el fuego y consiguieron salvar lo esencial.

Las causas

Mientras se investiga qué paso en la catedral quemada, el fiscal Sennes se mostró prudente y puntualizó que todavía no se pueden sacar conclusiones «porque todavía tenemos que hacer muchas investigaciones que pueden aportar elementos nuevos». 
Las primeras que se han llevado a cabo -según indicó el mismo fiscal- no han permitido detectar ninguna traza de que se forzara el acceso a la basílica.

Esa misma prudencia marcó el tono de la declaración del primer ministro, Jean Castex, que cambió su agenda oficial de hoy para desplazarse hasta Nantes, acompañado de los titulares de Interior, Gérald Darmanin, y de la Cultura, Roselyne Bachelot.

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