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Desde Brasilia
Una pintada de más de 150 metros de largo y unos 10 de alto realizada sobre la principal avenida de San Pablo proclama, con letras mayúsculas blancas « #VIDAS NEGRAS IMPORTAN «. Durante cerca de diez horas un grupo de artistas plásticos estampó la consigna que ocupa casi todo el ancho de la Avenida Paulista.
El lema que ganó fama mundial tras el asesinato George Floyd en Estados Unidos fue aclamado en las marchas realizadas desde el viernes en San Pablo, Río de Janeiro y otras grandes ciudades brasileñas para repudiar la muerte Joao Alberto Silveira Freitas, un hombre negro de cuarenta años, ejecutado por dos guardias de seguridad en la sureña Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul.
El crimen ocurrido en una sucursal de Carrefour desató una indignación nacional nada frecuente en un país que parecía haber normalizado la violencia racial.
En general los asesinatos de este tipo carecen de visibilidad o dan lugar a a protestas que se circunscriben al barrio o la favela de donde era oriunda la víctima.
Amnistía Internacional informó que los hombres negros representaron el 72 por ciento de los 59 mil asesinatos ocurridos en Brasil en 2015, una estadística que posiblemente se agravó en los últimos años debido a las medidas del presidente, Jair Bolsonaro, que alentaron el gatillo fácil y la impunidad policiales asociados a los decretos que liberaron la venta de armas. Según Amnistía, un joven negro es muerto de forma violenta cada 23 minutos en Brasil.
Joao Alberto Silveira Freitas, «Beto», cuatro hijos, negro, fue detenido debido a un incidente menor mientras su esposa se encontraba en la fila de la caja de Carrefour pasadas las veinte horas del jueves. Media hora más tarde el hombre corpulento yacía muerto en el estacionamiento del super tras se trompeado y asfixiado por los dos guardias privados (uno también es policía) apoyados por otros empleados de la empresa de matriz francesa.
«La forma como mataron a Beto se parece a la del norteamericano (George) Floyd , le apretaron el cuello con el pie, perdió el conocimiento y siguieron golpeándolo. En Estados Unidos la gente se rebeló, acá nosotros estamos diciendo basta, se acabó, no toleramos más el racismo que nos oprime desde hace siglos, van a tener que entender que las vidas negras importan», estalla Izamel Ferreira da Silva, dirigente del movimiento negro de Porto Alegre en diálogo con PáginaI12.
Ella participó en las protestas, varias por días, realizadas en Porto Alegre, que el próximo domingo celebrará el ballottage por la intendencia entre Manuela D´Avila, del Partido Comunista do Brasil y candidata de un frente de izquierdas contra el conservador Sebastiao Melo, del Movimiento Democrático Brasileño.
Hay indignación y seguridad en las palabras de Izamel Ferreria da Silva. «El asesinato de Beto nos hartó no lo vamos a perdonar, esto va para largo , vamos a seguir y seguir protestando, basta ya de racismo».
La reacción de Bolsonaro ante el crimen fue de la ironía a la demagogia. Primero dijo ser «daltónico» y no distinguir entre negros y blancos, luego declaró que los únicos colores existentes en su país son el «verde y amarillo» (de la bandera) y ante sus colegas del Grupo de los 20, aludió a una imaginaria conjura internacional que quiere valerse del racismo para sembrar la división nacional.
«Bolsonaro es un hipócrita, los racistas son los primeros que dicen que en este país hay mestizaje de razas, que en esta sociedad conviven armónicamente negros y blancos, Pero los negros no ingresan a la universidad, los negros somos minoría en los cargos políticos y somos la mayoría en las cárceles y en las favelas», enumera Ferreira da Silva, una de las líderes del grupo Negritud Socialista Brasileña.
«En Brasil la policía no mira igual a un negro y a un blanco. Yo misma vi a una persona blanca robando algo de una estantería de un mercado sin que nadie la aborde. Una vez un guardia me acusó de robar y para demostrarle que estaba en un error me quité la ropa, y después exigí disculpas. ¿Por qué desconfió, porque soy negra?».
El asesinato de Joao Alberto Silveira Freitas movilizó a la militancia en varias ciudades brasileñas. En algunas las protestas fueron frente a las sucursales de Carrefour, en las que hubo hechos de violencia.
El caso causó también tuvo repercusión nacional e internacional. El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo haber quedado «trastornado» con las imágenes del crimen de este «hombre negro (…) el racismo es el origen de todos los abismos de este país». El campeón del mundo de Fórmula Uno, Lewis Hamilton, que hace cinco meses repudió la muerte de Floyd en Estados Unidos, este fin de semana dijo que el asesinato de Porto Alegre causó la «pérdida de otra vida negra, tenemos que luchar para que esto pare».
La ONU sostuvo que el crimen, ocurrido un día antes de celebrarse el Dia Nacional de la Conciencia Negra brasileña, puso en «evidencia las diversas dimensiones del racismo».
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