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La UCR también acepta negociar la candidatura de Daniel Rafecas y pide una señal de Alberto Fernández

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Pudo haber entrado en la categoría de «otra ocurrencia a la que nos tiene acostumbrado Lilita», un gastado latiguillo con el que intentó descalificar el sector más duro del macrismo la propuesta de Elisa Carrió. Hasta recibió el exabrupto de un senador aliado que milita full time el rechazo a la designación de Daniel Rafecas como procurador. Sin embargo, la idea de pegar un golpe de timón y facilitar la designación del candidato de Alberto Fernández se propagó rápidamente entre referentes con poder de decisión dentro de Juntos por el Cambio.

La foto que se hizo sacar la diva de la Coalición Cívica en su chacra de Exaltación de la Cruz nada menos que con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, el viernes, fue un modo de plantar bandera. A diferencia de su fuerza, el macrismo sí cuenta con bancas en el Senado, donde se libra la pulseada por ese cargo clave del andamiaje judicial. Con todo, el «hermano mayor» en el interbloque de esa Cámara es el radicalismo. Y el mensaje no demoró en llegar.

Lejos de exhibir celos por el armado de un retiro campero a espaldas del partido que preside, Alfredo Cornejo, les hizo saber esa misma noche a la ex diputada chaqueña y al jefe de Gobierno porteño que la UCR adhiere a la necesidad de habilitar una negociación por Rafecas. Y que coincide con los argumentos para justificar la jugada. Es decir: bloquear la maniobra que le adjudican al kirchnerismo para dejar caer al candidato del Presidente y encumbrar en la Procuración a una figura más afín a Cristina Kirchner.

Fuentes del radicalismo le aseguraron a Clarín que el diputado mendocino mencionó como una condición de base para avanzar en las gestiones que el Presidente emita señales claras de compromiso en la defensa de su candidato. La razón esgrimida es la falta de voluntad demostrada por el kirchnerismo en el Senado para «mover» el pliego de Rafecas.

La Comisión de Acuerdos, a cargo de la camporista Anabel Fernández Sagasti, cajoneó la citación del postulante a una audiencia, paso obligatorio para darle dictamen y llevarlo al recinto. Allí se requiere el voto de los dos tercios de los presentes para la designación y la oposición tiene número suficiente para trabarla. Si hay asistencia completa, al oficialismo le faltarían al menos cuatro votos para alcanzar esa mayoría agravada.

Desde el bloque K alegan que Juntos por el Cambio ya le advirtió en junio, en una votación «de fogueo» por la Ley de Alquileres, que no facilitará los dos tercios. Como contrapartida, el oficialismo aceleró en los últimos días una reforma de la Ley del Ministerio Público Fiscal, mediante la que -sospechan en la oposición- buscaría bajar las exigencias para nombrar un nuevo procurador con votos propios.

El cargo está vacante desde 2017, cuando renunció la kirchnerista Alejandra Gils Carbó, y áhora actúa interinamente Eduardo Casal, a quien los K vienen tratando de desplazar con presiones de filo diverso porque lo consideran filomacrista.

Bajo ese panorama surgió el apuro de sectores influyentes de Juntos por el Cambio para analizar el cambio de estrategia y optar por el «mal menor», como definen el aval a Rafecas. El candidato de Fernández fue vetado de arranque por la oposición debido a que en su momento desestimó la grave denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra Cristina por el pacto con Irán. Pero hay quienes creen que es hora de dar el caso por prescripto. Mauricio Macri no se anota entre ellos y aún resiste un cambio de estrategia.

Con todo, las fuentes radicales afirman que Cornejo anotició a Carrió y a Larreta que ya se había anticipado a pedirles a las espadas partidarias del Senado -entre ellas Luis Naidenoff, jefe del interbloque- que inicien tanteos con la Casa Rosada. Lo hicieron a través de José Mayans, jefe del bloque K, y sobre todo de Carlos Caserio, el único «albertista puro» en esa Cámara. Caserio le confirmó a Clarín que recibió el mensaje y que Alberto Fernández le respondió que está dispuesto a abrir un diálogo, sin dar más precisiones.

En tren de infidencias, el jefe porteño le habría contado sobre una charla exploratoria con un íntimo del Presidente: Juan Manuel Olmos. El jefe de asesores del Gabinete es el histórico operador del PJ en la Justicia porteña y ahora extendió sus redes al ámbito nacional.

Los dirigentes del macrismo y de la UCR con más chances de subirse a la fórmula presidencial del 2023 coincidieron que en este tema deben evitar los contactos con el habitualmente dialoguista Eduardo «Wado» De Pedro, atentos a su militancia hiper K. También compartieron la mirada que les llegó de sus nexos con el oficialismo: que notan a Alberto en estado de «shock» luego de la dura carta de Cristina. Y analizaron que un acuerdo por Rafecas podría abrir la puerta a un diálogo más amplio, con la economía en el centro de la mesa. 

Estas movidas provocaron consultas durante el fin de semana para adelantar al martes o miércoles de esta semana el Zoom que la mesa nacional de Juntos por el Cambio había programado para el lunes 9 de noviembre. Es que todos creen que la postura sobre el tema debe ser unívoca y que una definición sobre el caso Rafecas es urgente.

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