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Desde Washington, DC. Después de una larga noche con actualizaciones en el escrutinio, Estados Unidos finalmente tuvo un panorama más claro sobre quién lidera la carrera hacia la Casa Blanca. Durante la madrugada del viernes, el demócrata Joseph Biden superó al presidente Donald Trump en el conteo del estado de Georgia por primera vez y mantuvo su posición durante el día al sumar los votos por correo. También llegó al primer puesto en Pensilvania, el distrito que podría darle la mayoría necesaria para ganar en el Colegio Electoral. Además, el exvicepresidente aumentó la ventaja que le lleva al candidato republicano en Nevada. Todo esto le daba razones para creer que estaba muy cerca de ganar las elecciones.
El conteo de los votos por correo le permitió a Biden no solo dar vuelta los primeros resultados que se conocieron en Pensilvania y Georgia el martes pasado y que mostraban a Trump en primer lugar. También fueron una ayuda crucial para aumentar la ventaja en Nevada, a la espera de que el resultado de alguno de los tres se confirme y le dé la victoria.
Los resultados en Georgia, de todas formas, se encaminaban hacia un recuento, algo que los candidatos pueden pedir en el estado cuando se encuentran a menos de 0,5 puntos. Ese es el caso actual del escrutinio en el estado sureño, en el que la diferencia es de unos miles de votos y todavía falta contar las boletas que hayan llegado del exterior, especialmente las de los integrantes del ejército que se encuentran en otros países.
Nevada ya había avisado que no terminaría de actualizar todos sus cómputos. Se preveía una nueva tanda de resultados en la noche del viernes, pero la mayoría de las boletas que quedan serán procesadas durante el fin de semana. Las autoridades electorales locales hicieron hincapié en que les interesa conocer los resultados, pero más les interesa que el conteo sea preciso.
Las principales esperanzas de la campaña de Biden residían en Pensilvania. Con 20 votos en el Colegio Electoral, el estado natal del candidato demócrata es el que otorga la mayor cantidad de electores entre los estados que todavía no tienen un ganador. Le daría automáticamente la mayoría que necesita para consagrarse presidente de los Estados Unidos.
Con la mayoría de los votos de Filadelfia contados, el equipo de Biden se mostró confiado en obtener pronto la victoria. Tanto que el propio candidato salió a hablar en horario central. Pero con una diferencia entre ambos de 0,2 puntos, este estado también se acercaba más a un recuento que a una resolución.
Sin embargo, la eventual declaración de Biden como ganador no implicaría el fin de la novela.
Incluso si se confirma la victoria del Partido Demócrata, Trump no tiene planes de reconocer su derrota. “Joe Biden no debería adjudicarse la presidencia. Yo también podría hacerlo. ¡Los procedimientos legales recién están empezando”, tuiteó el presidente.
En su aparición del jueves pasado, ya había adelantado que, para él, serán los jueces quienes tengan que fallar sobre este asunto. Este viernes, el Partido Republicano se preparó también para ir a la Corte Suprema nacional para que el conteo de Pensilvania no incluya el procesamiento de las boletas que hayan llegado después del día de las elecciones. La Corte Suprema estatal ya había autorizado a contar las que arriben hasta este viernes. Finalmente, Trump consiguió un pequeño triunfo temporal: uno de los jueces del máximo tribunal del país ordenó a Pensilvania que separe las boletas y reenvió el pedido al resto de la Corte Suprema.
La campaña de Biden no parece muy preocupada por la negativa de Trump a reconocer una eventual derrota. “El gobierno de Estados Unidos es perfectamente capaz de escoltar a los intrusos fuera de la Casa Blanca”, dijo este viernes Andrew Bates, uno de los asesores del demócrata.
El equipo más cercano a Trump está decidido a continuar la pelea en la Justicia y ya empezó a recaudar fondos para afrontar los gastos que implicará la batalla legal. “Creemos que el pueblo estadounidense merece tener una completa transparencia en cuanto a todos los conteos de votos y las certificaciones de las elecciones”, dijo el presidente a través de un corto comunicado difundido por la campaña republicana.
“Desde el comienzo, hemos dicho que todas las boletas legales deben ser contadas y que todas las boletas ilegales deben ser descartadas, pero en cada momento hemos encontrado resistencia a este principio básico de parte de los demócratas”, acusó en el mismo documento y sostuvo que seguirá este proceso “a través de todos los aspectos de la ley”. No obstante, no hay evidencias todavía del fraude o de los supuestos votos ilegales a los que hace referencia Trump.
La campaña republicana tiene quejas distintas según la situación en los cuatro estados que lidera Biden. En Pensilvania, cuestiona las boletas que llegan después del día de la elección y el acceso que se les dio a sus veedores para fiscalizar el conteo. En Georgia, afirma que hubo votos “recolectados de forma indebida”. Sobre Nevada, asegura que hay personas que votaron incorrectamente. En cambio, en cuanto a Arizona, pide que cuenten más rápido los votos, dado que el equipo de Trump cree que todavía puede dar vuelta el resultado. “Esta elección todavía no terminó”, sostuvo el abogado del presidente, Matt Morgan.
Según los medios estadounidenses, en la Casa Blanca, el clima este viernes estaba tenso, dividido entre quienes apoyan el enfoque de Trump de denunciar fraude y entre quienes a esta altura ya comenzaban a buscar un nuevo empleo fuera de la administración. Este viernes se conoció la primera baja: ya renunció uno de sus asesores en materia de políticas internas.
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