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“Te agradezco que confíes en el país y que vos y tus socios sigan apostando al país. Quiero que sigan confiando en el país porque lo vamos a poner de pie entre todos. Ustedes son parte de ese entre todos”, señaló el jueves desde Olivos y por videoconferencia el presidente Alberto Fernández. Del otro lado, en Marcos Paz, asentía el empresario Marcelo Mindlin, principal accionista de Pampa Energía.
El elogio del jefe de Estado durante la inauguración de una central térmica generó malestar en el kircherismo duro. Mindlin -además de haber sido muy cercano a Mauricio Macri y de comprar IECSA, la constructora del primo del ex presidente, Angelo Calcaterra– encabeza el podio de quienes operaron con divisas, según el ránking que desarrolló la actual administración del Banco Central.
Las críticas más públicas y sonoras fueron las de Alicia Castro. “Marcelo Mindlin es el campeón del mecanismo macrista para vaciar el país con sus amigos y cargar la deuda privada sobre la espalda del pueblo. Felicitarlo, es como si en Estados Unidos se celebrara a Al Capone”, sentenció en Twitter la ex embajadora argentina ante Venezuela y Gran Bretaña este sábado; insatisfecha con la diatriba que había lanzado apenas 48 horas antes.
Mindlin, a quien Fernández señaló una y otra vez durante la campaña electoral y ya en la presidencia, se convirtió en el vehículo que eligió el mandatario para volver a enviar un mensaje al empresariado local. “Cuando la pandemia pase, el Estado necesitará del sector privado para dinamizar la economía«, advierten los laderos de Fernández. Argumentan que el Presidente no busca reemplazar a las empresas como “dinamizador de la economía”. El gasto público, que se incrementó en $760 mil millones por la pandemia, no podrá sostenerse in aeternum.
“Una cosa no quita la otra. Son los empresarios que tenemos y los que invierten en el país. Si merece alguna infracción administrativa, se le aplicará. El Estado en algún momento se tiene que retirar”, explican en uno de los despachos más encumbrados de la Casa Rosada. El mensaje llega después del rechazo del círculo rojo a los planes de expropiación de Vicentin. Solo el IFE -que, destacan en el Ejecutivo, logró reducir la indigencia en lo peor de la crisis- extendido hasta fin de año tendría un costo de 1.8 puntos del PBI, según los cálculos oficiales.
En el medio de la crisis económica, profundizada por la pandemia y las medidas restrictivas de la cuarentena, en el Gobierno crece el optimismo por algunos indicadores económicos. Entre ellos, cuentan el supuesto y renovado interés por inversiones en pesos de las compañías. “¿Seguirá después de la cuarentena, no lo sabemos pero hay una incipiente desdolarización”, reflexionan en Balcarce 50. El mercado del blue, por su tamaño, no les quita el sueño.
Un habitué de las reuniones semanales del Gabinete económico que encabeza Santiago Cafiero se entusiasma con las letras del Tesoro con las que buscan reemplazar el protagonismo de las Leliq de los últimos años. Este viernes festejaron una colocación de $28.700 millones.
“En no mucho tiempo más la economía va a funcionar a pleno”, se entusiasmó el Presidente durante su conversación pública con Mindlin. Semanas atrás, durante su visita a Neuquén, Fernández fue todavía más optimista. “Si se resuelve el problema de la deuda, el despegue de la economía argentina va a ser magnífico”, prometió Fernández.
Sus laderos comparten el pronóstico, que puede sonar temerario ante las proyecciones de una caída del Producto de dos dígitos. “La economía va a rebotar, porque el mundo va a rebotar”, reflexiona un funcionario con acceso irrestricto a Olivos.
En el Ejecutivo creen que algunos sectores productivos emergerán fortalecidos de la pandemia. Entre los ejemplos citan la industria alimentaria, laboratorios, robótica y los nuevos clusters que dejará la cuarentena. También, destacan las empresas que reconvirtieron su producción durante la pandemia.
El aumento de contagios de Covid-19 sepultó la agenda de la postpandemia que motorizaba Cafiero y el Presidente llevaba en sus incursiones a las provincias e incluían desde una reforma tributaria a una nueva ley de coparticipación.
Mientras se prepara para enviar al Congreso una nueva prórroga del Presupuesto 2019 -el vigente- el jefe de Gabinete avanzará en los próximos días con reuniones con todos los ministros para discutir la ley de leyes de 2021, que deberá presentar antes del 15 de septiembre en el Legislativo. No le temen a la oposición parlamentaria, que tomó aire en las últimas semanas.
En el Gobierno no minimizan las protestas por Vicentin, pero se niegan a compararlas con el trauma de la 125. «El campo está fracturado y la oposición ya venía movilizada por la campaña. No hubo manifestaciones en La Matanza sino donde siempre perdemos», razonó uno de los funcionarios que más escucha el Presidente.
No cesarán, mientras tanto, las críticas a la gestión de Macri y María Eugenia Vidal. En el Gobierno rechazan que se lo quiera subir al ring, como el PRO hizo con Cristina Kirchner a partir de 2016. «Ellos justificaban todas sus decisiones horribles por la pesada herencia, nosotros solo recordamos la película entera: venimos de dos años de recesión de Macri», sentencian. Mientras tanto, niegan la existencia de un plan para eliminar las PASO en el crucial 2021.
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