El después de Messi es Lautaro

Mientras la mayoría de los clubes del mundo andan viendo por dónde ajustar gastos para poder sobrevivir la crisis económica que disparó la pandemia, Lautaro Martínez sigue siendo el elegido. El jugador por el cual hay varios que se animan a gastar hasta la que no tiene con tal de retenerlo o de comprarlo y romper el mercado.

Porque con ese perfil bajo, a los 22 años, Lautaro ya se convirtió en el máximo referente del fútbol argentino después de Messi. Y en el mientras tanto en que Leo sigue siendo del mejor argentino, la dupla con el Toro despierta interés, expectativa. Si se da o no en el Barcelona, se verá, pero el lujo de tenerlos a los dos en la Selección abre otras esperanzas. Si en algún momento parecía que Dybala ocuparía el rol protagónico, Martínez se ganó ese papel a fuerza de un crecimiento general como jugador.

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Guapo, encarador, inteligente, definidor, voraz y con hambre.

El Lautaro Martínez ​que estuvo cerca de ir al Mundial de Rusia y que casi sin querer se bajó solo reconociendo las diferencias entre jugadores del fútbol local y el internacional, ahora es otro. Porque si algo tiene ese pibe criado en Racing es que entendió que futbolísticamente podía crecer. No sólo físicamente, sino que tácticamente podía acomodarse mejor a diferentes situaciones a las que el juego mismo lo expone.

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Y cuando a la potencia y a la capacidad individual que viene de fábrica, se les agregan maduración (y eso que estamos hablando de un pibe) y voluntad de crecimiento, se arma un combo tal que cuando nadie quiere poner un peso ni para el alcohol en gel, hay equipos viendo cómo conseguir millones de euros para no perderlo.

Desde Menotti a Messi, pasando por Suárez, Xavi y Godín, se han encargado de elogiarlo porque ven que todavía no parece haber llegado a su techo. ¿O cómo se explica que alguien esté pensando en juntar más de 100 millones de euros para tenerlo cuando la recesión se metió en todos lados? Guapo, encarador, inteligente, definidor, voraz y con hambre. Hambre que lo llevó a superarse cada día más hasta ser hoy la máxima ilusión argenta para cuando tengamos que hacerle la despedida a Messi.