Cristina Kirchner viajó a El Calafate: no iba a Santa Cruz desde el inicio de la cuarentena

Cristina Fernández de Kirchner viajó a El Calafate para pasar una semana en el Sur. Lo hizo a través de un vuelo de la compañía nacional Aerolíneas Argentinas.

La vicepresidenta no había visitado la provincia de Santa Cruz en todo el año, fundamentalmente por las restricciones que impuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio, establecido en el pasado mes de marzo.

Se quedaría, en principio, por una semana, más allá de que las normas sanitarias de la provincia que gobierna su cuñada Alicia Margarita Kirchner indican que quien ingrese a ese distrito, deberá realizar una cuarentena de quince días.

Cristina permanecerá en «su lugar en el mundo» por unos días y seguirá desde allí, el debate por el Impuesto a la Riqueza, que se tratará este martes en la Cámara de Diputados y que impulsan su hijo Máximo -jefe del bloque del Frente de Todos- y el economista y legislador Carlos Salomón Heller.

El viaje se da en medio de las tensiones que vive el Frente de Todos, donde el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta mantienen una relación fría y sin comunicaciones desde hace más de quince días.

También sucede en medio de la presencia en el país de una delegación del Fondo Monetario Internacional, cuya comitiva se sorprendió esta semana con una declaración del bloque de senadores del Frente de Todos en relación al acuerdo que este organismo firmó con la Argentina, durante el mandato de Mauricio Macri.

Todo eso, mientras los delegados del Fondo re reunían con el ministro de Economía, Martín Guzmán, el titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Este documento, que contó con la venia de la titular del Senado, indicó que buscaba «realizar algunas precisiones y formular algunas propuestas» a la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva.

El texto sostiene que el organismo de crédito internacional otorgó «irresponsablemente» fondos a la Argentina durante el acuerdo Stand By 2018 y por ello solicitan que se expongan los «cálculos que hicieron pensar a los técnicos, funcionarios y directivos del FMI que nuestro país podría obtener excedentes externos suficientes para afrontar los vencimientos».

Pero además denuncian detrás del desembolso del organismo al gobierno del entonces presidente Mauricio Macri «consideraciones de tipo político y no a aspectos técnicos o institucionales».

Y fundamentan esta postura en la «información brindada» por Mauricio Claver-Carone, actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, quien durante una teleconferencia del Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales del 22 de julio afirmó que Donald Trump «solicitó al FMI el otorgamiento de un préstamo de 55.000 millones de dólares a la Argentina, con el fin de que Mauricio Macri ganara las elecciones».

«Hoy podríamos afirmar que los trabajadores de Argentina no deberían ser los perjudicados por la devolución de los préstamos del Fondo, que parecen haber sido otorgados para satisfacer necesidades políticas, antes que por cuestiones estrictamente técnicas que tuvieran por finalidad mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestro país», sentencian los legisladores en uno de los 33 puntos de la extensa carta.

Y piden al FMI que «se abstenga de exigir o condicionar las políticas económicas de la Argentina para los próximos años». Al tiempo que respecto a la refinanciación solicitan una «reconsideración de los intereses», o un «período de espera para comenzar los pagos anuales a partir del año 2025».

PDL