MULTIMEDIOS PRISMA 24

IDENTIDAD EN COMUNICACION

Volver para creer: a 8 años del ascenso de River

https://images.ole.com.ar/2020/06/22/39GPK1RPZ_1200x630__1.jpg

«Me verás volver y te arrodillarás”. La bandera se colgó por primera vez en el Monumental el 12/11/2011 en una derrota de River 0-2 frente a Atlético Tucumán. La primera parte del augurio empezó a tomar sentido hace exactamente ocho años: el regreso estaba resuelto. El final se cumplió a lo largo de todo este tiempo. Y ni siquiera hace falta graficarlo con la imagen literal de Barros Schelotto con las rodillas clavadas al césped del Santiago Bernabéu cuando Gonzalo Martínez decretó el final del partido más importante de la historia de River, de Boca y de todo el fútbol argentino y sudamericano. River volvió y todos se arrodillaron, efectivamente, para ver una resurgir a un gigante mundial de este deporte. Para eso debió transitar un camino sinuoso, lleno de espinas. Un año eterno: 363 días exactos, que fueron tachados uno a uno en un calendario imaginario pegado a las paredes de millones de personas.

"Me verás volver y te arrodillarás", un trapo premonitorio de la peor época del club.

«Me verás volver y te arrodillarás», un trapo premonitorio de la peor época del club.

Barros Schelotto no puede creerlo. River acababa de ganarle a Boca el partido más importante de la historia.

Barros Schelotto no puede creerlo. River acababa de ganarle a Boca el partido más importante de la historia.

Aquel 23 de junio de 2012 de los goles de Trezeguet contra Almirante Brown nadie festejó. Apenas lloraron todos. Lloraron por el desahogo, por el fin de un sufrimiento que de hecho duró bastante más tiempo, una angustia que venía potenciándose desde el último tramo de la gestión de José María Aguilar. Fue un grito desde las entrañas de todos los hinchas de River, de todos los jugadores. Que tuvieron que pasar por situaciones que jamás hubieran imaginado. Por escenografías inéditas para la historia del club. Ciudades, estadios, camisetas, escudos. En un torneo que fue un parto: acaso haya sido la BN más competitiva y pareja de todos los tiempos, con cuatro equipos peleando cabeza a cabeza durante las últimas fechas. Con Instituto, Rosario Central y Quilmes que no aflojaban hasta el final, con momentos críticos como aquella tarde fatídica en la cancha de Colón contra Patronato, cuando parecía que el ascenso se complicaba seriamente. O aquellos comienzos tormentosos, la primera derrota con Aldosivi en la que Furios, el autor del 1-0 del Tiburón, declaraba “bienvenido al Nacional B”. Perder en Corrientes a manos de un equipo llamado Boca Unidos y con el gol de un jugador llamado Núñez. Fue una tortura por la que hubo que pasar para volver más grande.

Un año durísimo para volver más fuerte que nunca.

Un año durísimo para volver más fuerte que nunca.

Probablemente el aporte de Cavenaghi y el Chori Domínguez primero y el de Trezeguet después hayan simbolizado ese torneo kármico. Su aporte al equipo de Almeyda fue fundamental. En ese último tramo antes del famoso desenlace con Almirante Brown también hubo aportes fundamentales de dos pibes que de la inconsciencia sobrellevaron la presión descomunal mejor que muchos otros jugadores, como Ocampos y Rogelio Funes Mori, quienes articularon aquella costosa y esencial victoria agónica a Boca Unidos en el Monumental. Maidana y Ponzio, que llegó con Treze para el segundo semestre, también fueron clave en su lugar. Fueron los puntales de la reconstrucción.

Mirá también

Mirá también

Ponzio, de hecho, es el jugador que cumplió con la profecía completa. La de aquella bandera. Pocos días después del ascenso, protagonizó un video que también era premonitorio: se veía a un tipo encapuchado corriendo bajo la lluvia por los alrededores del Monumental, pisando charcos, y frenándose en el Puente Labruna. “Volvimos. Estamos preparados. Prepárense”, se leía mientras se sacaba la capucha y mostraba su cara de frente a la cámara del director Federico Peretti.

Mirá también

Había que prepararse: durante ese año River padeció, pero también tomó carrera. Aceptó la derrota, se hizo mejor. Fue el equipo que más rápido en todo América ganó una Libertadores después de regresar a Primera. Fue el que hizo historia con 13 vueltas olímpicas desde entonces, con Ramón y Gallardo. Sin Madryn tal vez no había Madrid.

Una foto para toda la vida. (Diego Haliasz / Prensa River)

Una foto para toda la vida. (Diego Haliasz / Prensa River)

Mirá también

Mirá también

Mirá también

[ad_2]

Source link

Desarrollo Web Efemosse
/ España: efemossesistemas.com
WhatsApp chat