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¿Quién podrá volver a volar después de la crisis? |…

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“El peor año de la historia”, es el título que eligen las aerolíneas para definir al 2020. Con el tráfico aéreo a nivel global reducido al mínimo, las aerolíneas ven como se hunde su rentabilidad, al tener que soportar altos costos fijos e ingresos casi nulos. Además, la pandemia traza un horizonte de bajo nivel de actividad para los próximos dos años. Se trata de un sector de relativamente pocos jugadores con mucho peso específico, que se abalanzan sobre los Estados con varios reclamos: facilidad para despedir personal, salvataje financiero y presión para reabrir la operatoria. En la Argentina, la crisis global se monta sobre un descalabro sectorial, tanto por la macroeconomía de los últimos como por la desregulación y el ingreso de las low-cost al mercado local. Junto con la disputa con los gremios, ese combo determinó el anuncio de salida de Latam del país.

Entre enero y julio, las aerolíneas cancelaron a nivel global 7,5 millones de vuelos. En lo que va del año, la caída de la demanda es del 54 por ciento y la baja de los ingresos, del 50 por ciento en relación al mismo período de 2019. La merma no es más alta porque entran en la cuenta enero y febrero, cuando el movimiento fue más o menos normal. De hecho, en abril y mayo se calcula que el tráfico cayó un 95 por ciento. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo estima que en 2020 los balances contables de las empresas aéreas registrarán pérdidas acumuladas por 84 mil millones de dólares. Para ubicar la magnitud de ese monto, son casi 20 mil millones de dólares por encima del monto total de la deuda externa que busca reestructurar el gobierno de Alberto Fernández, que asciende a unos 66 mil millones de dólares.

Según el sitio especializado Flightradar24, el 22 de enero se registraron casi 114 mil vuelos comerciales en todo el mundo. Esa cifra cayó hasta el piso de 24 mil vuelos el 13 de abril. Después del desplome, la curva viene creciendo pero lentamente: el viernes 19 de junio se registraron 50.656 vuelos comerciales.

Ante este panorama, las empresas aéreas desplegaron estrategias en al menos cuatro frentes. En primer lugar, con planes de recorte a nivel interno, con despidos masivos, suspensiones, reducción de sueldos, retiros voluntarios y vacaciones sin goce de sueldo, entre otras medidas. En segundo lugar, con pedidos de salvataje financiero a los gobierno; y en tercero, reestructuración de deudas para compartir costos con los acreedores, dentro de los cuales en muchos casos están los propios Estados.

Por otro lado, hay un fuerte lobby para apurar la reapertura de las operaciones y así reducir el impacto financiero del parate de actividad. Por ejemplo, días atrás, British Airways, EasyJet and Ryanair, las tres principales aerolíneas del Reino Unido, emitieron un comunicado donde anticiparon acciones legales en contra del gobierno británico, que estableció la cuarentena obligatoria durante dos semanas para las personas que ingresan al país. En Canadá, las empresas Air Canada, WestJet and Porter Airlines junto con firmas de otros sectores enviaron una carta al Primer Ministro para presionar por un relajamiento de las restricciones en el tránsito aéreo.

Quién paga los costos

¿Los trabajadores?

El tercer grupo de aerolíneas de Europa es IAG, detrás de AirFrance-KLM y Lufthansa. IAG es un holding anglo-español que nuclea a British Airways y también a Iberia, Vueling, Air Europa y otros. Producto de la crisis, British Airways despidió a 12 mil trabajadores. En tanto, Air France-KLM lanzó un plan de despidos y retiros voluntarios para 8300 personas y Lufhtansa anunció el recorte de 10 mil puestos de trabajo.

American Airlines, la empresa con mayor cantidad de aviones en todo el mundo, anunció el recorte de 5100 puestos y retiros voluntarios para 34.500 puestos temporarios. En cantidad de aviones, le sigue Delta, que también va a lanzar miles de retiros voluntarios y dio vacaciones sin goce de sueldos para otros 13 mil empleados. El tercer poseedor de aviones es United Airlines, que prepara el achicamiento del 30 por ciento de su plantilla.

Norwegian Air suspendió a 7000 personas y despidió a 4705 empleados, mientras que SAS Airlines suspendió a 9000 trabajadores y despidió a 5000. También Emitares redujo los sueldos entre un 25 y un 50 por ciento y prevé reducir en 30 mil puestos su operación global, mientras que Virgin Atlantic despidió a 3150 empleados; Ryanair, a 3000 trabajadores y Easyjet, a 4500. Air Canada anunció el recorte de 19.000 puestos de trabajo y Qatar Airways, de 9 mil.

Avianca anunció el cierre de su operación en Perú y promueve vacaciones sin goce de sueldo, al tiempo que Latam se va de la Argentina, dejando a 1778 personas sin trabajo y además anunció el despido de casi 2000 personas en la región.

¿Los Estados?

Se calcula que a nivel global, las aerolíneas recibieron hasta el momento 123 mil millones de dólares de parte de los distintos Estados en concepto de subsidios, préstamos y garantías para paliar la crisis. Además, el sector público subsidió el salario de más de 800 mil empleados de compañías aéreas. Por ejemplo, British está recibiendo ayuda del gobierno británico, que le está pagando el 80 por ciento de los salarios de 30 mil trabajadores suspendidos, mientras que la italiana Alitalia está a la espera de un plan estatal de nacionalización por 500 millones de euros para nacionalizarla, luego de préstamos estatales en los últimos años por 900 y 400 millones de euros. En la Argentina, las aerolíneas están cobrando el ATP, equivalente a alrededor del 50 por ciento de la masa salarial.

Air France acordó una “ayuda histórica”, según definió, de 7 mil millones de euros por parte de Francia, de los cuales 3 mil millones consisten en un préstamo directo del estado francés y los otros 4 mil préstamos privados garantizados por el Estado. En tanto, KLM negocia un paquete de ayuda de entre 2 y 4 mil millones de euros con el gobierno holandés. También recibió ayuda Norwegian Airlines por parte del estado noruego y pretende capitalizar a sus acreedores.

Lufthansa recibió el rescate de 9 mil millones de euros por parte del estado alemán, aunque ese paquete podría ser recortado si la empresa consigue dinero en otros países como Suiza, Bélgica y Austria. En tanto, en Estados Unidos se calcula que el paquete de ayuda estatal a las aerolíneas American Airlines, Delta, United y Southwest es de 25 mil millones de dólares.

¿Los acreedores?

Desde que comenzó la pandemia, al menos 12 aerolíneas se declararon en quiebra para iniciar la reestructuración de sus deudas con proveedores, bancos y gobiernos. Entre las empresas que acudieron a la Justicia para transferir costos a sus acreedores están cuatro filiales de Norwegian Airlines, la empresa Virgin de Australia y la compañía estatal Southafrican Airways. La colombiana Avianca se acogió al capítulo 11 de la ley de quiebras en la Justicia estadounidense, al igual que LATAM, la empresa aérea más grande de América latina. Este jueves, la empresa Level Europe, del grupo IAG, también presentó la quiebra y anunció a sus clientes que no devolverá los pasajes abonados.

También se declaró en quiebra la aerolínea regional británica Flybe. En los Estados Unidos, fueron a la quiebra Compass Airlines y Miami Air, de la región de Florida, Ravn Air (Alaska) y Trans States Airlines. La turca Atlasglobal también presentó la quiebra. En los últimos días, comenzó a circular el rumor de que Aeroméxico también se presentaría bajo el capítulo 11 (concurso de acreedores) de la ley de quiebras de los Estados Unidos.

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