Protocolos y Copa: definir una fecha y bajar las ambiciones

Esta vez el asterisco va adelante y no al final del texto:

* Todo lo que se escribe es teniendo en cuenta que la prioridad es la salud y tratar de evitar contagios masivos de coronavirus​.

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Hecha esta aclaración, aún hoy, con 128 días sin prácticas, se sigue esperando por una fecha de reanudación en alguna parte de la Argentina, más allá de entrenamientos no declarados. Y dada esta situación, dado que la reunión Ginés-Tapia se pateó una semana más (un martes se anunció para la siguiente, como si fuese imposible una charla antes para dar pasos adelante), la realidad indica que la vuelta de los equipos argentinos se dilata. Y que entonces, en caso de que la Libertadores de la Conmebol​ se reanude el 15/9 como se planificó (aunque depende de la situación sanitaria), llegarán con una importante desventaja competitiva con respecto a los rivales.

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Así como Gallardo piensa en reinventar su River, que difícilmente pueda aspirar a la intensidad habitual después de un parate histórico, todos los entrenadores se deben estar planteando el cómo volver y competir de la mejor forma en el torneo más esperado. Y lo que deberemos entender todos, en esta situación, es que las exigencias serán otras. Que habrá que bajar ambiciones más allá de que el sueño de todos es llegar lejos en la Libertadores. Porque nadie puede ni podrá soslayar cómo fue la previa, todo lo que se vivió, la flaca preparación. Y entonces el margen de error será mayor al habitual.

El tiempo que se dejó pasar ya fue, es irrecuperable. Ahora hay que estar listos cuanto antes y arrancar no bien el Gobierno dé el ok, con todos los protocolos. Más allá de las fechas de Conmebol que presionan, aunque sea imposible saber si se cumplirán, el fútbol argentino necesita acción, siempre con riesgos pero con responsabilidad. Y a la hora de competir, ser conscientes de que los argentinos van a llegar como puedan en una Copa diferente.