Por primera vez en más de 10 años, un prototipo de vacuna contra el VIH llegó a fase 3, la última etapa de ensayos donde se comprueba si el fármaco es capaz de inmunizar a la población del virus causante del SIDA. Para su desarrollo, Janssen, el laboratorio a cargo, utilizó la misma tecnología que empleó en su vacuna contra la covid: un adenovirus modificado para que transporte al interior de las células del sujeto el ADN de sus proteínas más representativas, de manera que el organismo del individuo cree anticuerpos contra ellas.
Según explicó Antonio Fernández, investigador de la farmacéutica, se trata de dos vacunas, una codificada con tres proteínas y otra con cuatro, que por tener esta mezcla se las conoce como «mosaico». Ambas, dice un artículo de The Lancet, han superado los estudios de seguridad y han demostrado que generan anticuerpos. Lo que falta por demostrar, detallaron los especialistas, es si las mismas funcionan en condiciones reales.
El problema de la «variabilidad»
La tardanza en la fabricación de esta vacuna, aseguró José Moltó, de la Fundación de la Lucha contra el Sida (que participará de los ensayos en España, donde se reclutará de 250 a 3800 voluntarios), se debe a que el VIH tiene una “tremenda variabilidad”: al estar «presionado (por las células del sistema inmune) cambia de apariencia externa y escapa”, dijo el estudioso.
Lo que hace la vacuna de Janssen, indicó, es dirigirse a distintas variantes de las proteínas gag, pol y env del virus, lo que le hace más difícil que evada la acción de los anticuerpos creados. Es, según los médicos, algo similar a lo que sucedió hace ya 25 años con los tratamientos antivirales: empezaron a ser efectivos cuando se combinaron varios que interrumpían el ciclo de replicación del virus en puntos distintos.
El éxito de estos tratamientos antivirales, justamente, es una de las causas que ha hecho que se hable menos del VIH y el SIDA, que, sin embargo, sigue presente en distintos rincones del mundo, aunque en menor medida. Según puntualizó Moltó, para el ensayo en España se buscará a voluntarios hombres o personas trans que tengan sexo con hombres, ya que en el país ese es el grupo poblacional con mayor incidencia del virus.
En Sudáfrica, en cambio, la vacuna se probará en 1.500 mujeres, ya que ahí la transmisión es mayoritariamente por sexo heterosexual. Allí, este ensayo, llamado Invocodo, es de fase 2 (mide la seguridad y la generación de anticuerpos), pero dado el perfil de las participantes se verá también si hay efecto protector real de la vacuna, informó un representante de Janssen.
Actualmente, el continente africano representa más del 40% de los nuevos contagios de VIH en el mundo, que son unos 1,7 millones, y el mismo porcentaje de muertes (690.000 en el planeta en 2019). Pese a que el virus se descubrió hace 25 años, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (más conocido por el acrónimo ONUSIDA) calcula que 12 de los 38 millones de personas que viven en el mundo con el virus no reciben tratamiento.
Tratamiento actual
Hoy en día, las personas que contraen el virus pueden ser tratadas con una pastilla al día que lo mantiene controlado y lo reduce al punto tal que dificulta su capacidad de transmisión. Ese éxito, opinan algunos especialistas, es el que ha disminuido la cantidad de intentos para obtener una vacuna eficaz.
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