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Ponzio, el ídolo que sufrió Boca y llegó en overol a la mesa de los grandes

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* “Veo los videos de Ponzio contra Boca y me sigo emocionando por como los volvió locos”, Fabián Polito (41), amigo, vendedor de productos lácteos.

* “Ponzio fue nuestra bandera en el ciclo más hermoso de la historia”, doctor José Luis Presta (64), mi cardiólogo.

* “Para mi Ponzio es un referente muy fuerte, es alguien que me representa como hincha y me enseñó desde muy chica lo que es una pasión y amar estos colores”, Josefina Platas (15), amiga de mi hija, estudiante.

* “Me hizo llorar adentro de la cancha: a Ponzio lo quiero siempre en el club”, Pablo Kiszka (46), amigo, enganche y kiosquero.

* “Ponzio es San Martín”, Felipe Martorani (52), hermano de la vida, abogado.

* “Ellos sueñan con él, por eso le tiraron gas pimienta. Es ídolo”, Gonzalo Amado (53), hermano de sangre, radiólogo.

“No hay que hacerle un monumento a Ponzio, hay que construirle un museo directamente”, Cristian Ventura (43), amigo, bancario.

Desde hace años vengo escuchando frases de hinchas de River como estas. Pero me permito citar a gente cercana y presentarlos con nombres, apellidos, respectivas edades y profesiones para que no parezca que se trata de personajes fantasmas de redes sociales. Son de carne y hueso, y viven con River en la cabeza y el corazón las 24 horas del día. A ellos y tantos otros millones la figura de Leonardo Ponzio los atraviesa sin importar edad ni género. Ya no es simplemente una cosa de “chicos” que empezaron a ir a la cancha “hace poquito”, como dicen algunos. Ponzio se metió al mundo River en el bolsillo, incluso a los que dudaban de él.

Leo Ponzio, campeón en Madrid, levanta la copa Libertadores más importante de la historia.

Leo Ponzio, campeón en Madrid, levanta la copa Libertadores más importante de la historia.

La nueva bandera que mostró la Subcomisión del Hincha es un laburo extraordinario, para enorgullecerse. Y ha consumado un acto de justicia absoluta con el tipo que mejor interpretó, dentro y fuera de la cancha, al máximo entrenador que tuvo River en su historia. Que a esa bandera le falten Sívori, Maidana, Cavenaghi, Astrada y un puñado más de nombres es otra historia, es materia opinable. Hasta podríamos hacer una colecta para ir al Once y comprar más tela así los metemos a todos en la próximo telón que hagan. Pero Ponzio no puede faltar nunca.

Otro festejo en una final contra Boca: en marzo de 2018 en Mendoza.

Otro festejo en una final contra Boca: en marzo de 2018 en Mendoza.

Pero hablamos de Leo Ponzio. Un ídolo silencioso, un luchador sin marketing de perfil subterráneo. Un referente que trabajó horas extras para ganarse su lugar sin haber dado un solo paso en falso en la escalerita para llegar al olimpo riverplatense. Ahora tiene su reconocimiento.

Sus duelos con Gago y todo Boca allá por 2014 y 2015 pusieron a Ponzio en un lugar preferencial para los hinchas millonarios. Allí empezó a construir su idolatría.

Sus duelos con Gago y todo Boca allá por 2014 y 2015 pusieron a Ponzio en un lugar preferencial para los hinchas millonarios. Allí empezó a construir su idolatría.

En River hizo todo lo que los hinchas exigen. Está en el podio de los máximos ganadores de nuestra historia; volvió a dar una mano cuando estuvimos en la B y hasta dejó la sangre en la cancha (literal); respetuosamente raspó y le marcó el terreno a Boca cada vez que lo enfrentó; rugió en el Mineirao; ganó en Mendoza; llevó la cinta en la final de Madrid; superó todas las adversidades; lo mandaron a jugar de 4, de 3, de líbero, de 5 y de 8 y siempre estuvo a la altura; fue patrón y sota de varias de las mejores versiones del River del Muñeco, a quien le debe gran parte de su reinvención; apoya desde afuera cuando no le toca estar; le huye al cabaret; es espejo de los pibes del plantel, les habla, los forma; entiende todo lo que pasa en River; es caudillo; no vende humo. La lista puede seguir… ¿Qué más se necesita?

Ponzio, en una selfie con fanáticos de River.

Ponzio, en una selfie con fanáticos de River.

Además, el chacarero de Las Rosas logró evitar uno de los grandes requisitos que a lo largo de 119 años necesitaron nuestros ídolos, porque salvo Francescoli, que cruzó la orilla siendo un chico y fue adoptado como propio en poco tiempo, todos los demás tienen el sello de haber surgido en las inferiores del club.

Ponzio saltó esa valla y también otra: la de no ser un exquisito ni un habilidoso. Es nuestro primero ídolo de overol. Su idolatría es casi una decantación obligatoria de esos mediocampistas fenomenales que tuvimos como el Tolo Gallego, Mostaza o el Pelado Almeyda.

Comienzo de entrenamientos de River Plate luego de unos nuevos testeos. En la imagen Leonardo Ponzio

Comienzo de entrenamientos de River Plate luego de unos nuevos testeos. En la imagen Leonardo Ponzio

La verdad es que se imponía algo como él en nuestras banderas. El club más grande de América tiene una historia tan vasta que sin dudas se merecía tener un tope de gama de sus características, más alejado de la galera y el bastón. ¿Por qué no? Bienvenido a la mesa de los grandes, capitán.

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