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Mauricio Claver-Carone: «Venezuela es una dictadura, como lo fue la dictadura argentina del 76 al 83»

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-¿Cómo quedó la relación entre Estados Unidos y Argentina tras el cortocircuito de diciembre cuando se fue de aquí sin asistir a la asunción de Alberto Fernández por la presencia de un jerarca chavista?

-Tenemos una relación muy fluida. Somos amigos con diferencias. Yo hablo casi semanalmente con el gobierno argentino sobre temas de mutuo interés, en particular sobre la negociación de la deuda, de la cual apoyamos una conclusión pronta que sea beneficiosa para la Argentina y sus acreedores. Al cerrar este capítulo, trabajaremos cercanamente con ellos sobre un nuevo programa con el FMI.

-¿Cómo están las relaciones entre Estados Unidos y la Argentina entonces hoy?

-Tenemos un diálogo franco y positivo.

-¿Cree que Trump puede o debería apoyar a la Argentina más directamente en las negociaciones con los bonistas privados?

-Como he dicho, apoyamos una conclusión beneficiosa para la Argentina y sus acreedores privados. Al concluir estas negociaciones, participaremos directamente en la negociación con el FMI, donde sí nos corresponde como gobierno.

-¿Cree que es el avance chino es lo que ha hecho que Estados Unidos empiece a mirar más a América Latina y Argentina?

-Los EE.UU. tienen inversiones de casi $1 trillón en Latinoamérica y el Caribe. China tiene un poco más de $ 100.000 millones, de los cuales la mayoría están concentrados en Venezuela. No es tema de competencia. Lo que sí vemos es que, a raíz de la pandemia del COVID y la crisis económica actual, hay una oportunidad histórica para verdaderamente reforzar la integración económica Norte-Sur. No solamente en la retórica política, como en 1959 o los años 90, cuando se hablaba de un área de libre comercio de las Américas, sino en la práctica empresarial, ya que estamos viendo en estos tiempos de crisis los verdaderos beneficios de invertir en países vecinos que comparten nuestros valores democráticos, el libre mercado y respetan el estado de derecho. Veo un ajuste dramático en el costo de oportunidad actual de invertir en Asia, en vez de en las Américas.

-¿Su propia candidatura es un ejemplo de ello ?

-Mi candidatura es un compromiso por parte de los EE.UU. hacia la recuperación económica de nuestros vecinos y su futuro crecimiento económico. Para eso, el BID va a tener que ser más financieramente relevante, con una gobernación más eficiente y transparente.

-Muchos países de América Latina tienen necesidades financieras no sólo debido a la pandemia. ¿Cree que Estados Unidos puede involucrarse en algún plan bilateral de préstamos a ciertos países?

-Afortunadamente, antes de la pandemia, ya habíamos tomado pasos positivos en esta dirección con la creación de nuestra iniciativa ‘América Crece’ y los marcos de financiamiento de energía e infraestructura con casi una decena de países de la región. Nuestra nueva Corporación de Desarrollo Financiero (DFC) tiene casi US$ 10.000 millones destinados para América Latina y el Caribe. Recordemos que por cada dólar que presta el DFC, moviliza casi US$ 4 dólares adicionales, por eso hablamos potencialmente de US $40.000 millones en inversiones adicionales para la región.

-¿Y si no lo hace Estados Unidos, podrían hacerlo los organismos de crédito?

-Precisamente lo que hace falta es más cohesión, no solamente entre las instituciones financieras internacionales, como el FMI, el Banco Mundial y el BID, sino también con las diversas entidades nacionales. Eso no solamente movilizaría más capital, haría que cada dólar tenga más impacto. Históricamente, Latinoamérica y el Caribe ha recibido menos capital de inversión global de instituciones de desarrollo bilaterales que África y Asia. Tenemos que cambiar este cálculo. Siendo no prestatarios, mi candidatura también elimina cualquier óptica de conflicto de interés y crea más confianza para capitalizar y movilizar recursos para todos los países de la región.

-Para que el BID pueda hacerlo, hay que recapitalizarlo. Estados Unidos ¿está dispuesto a recapitalizarlo o en su lugar a acompañar una recapitalización?

-La decisión le corresponde a su Junta de Directores y Gobernadores, y será la primera conversación que habrá que tener el 1° de octubre. Sí creo que el BID necesita ser financieramente más relevante, lo cual amerita una capitalización. Adicionalmente, podría ser más ágil en movilizar fondos para la región. Imaginémonos nada más el impacto si BID Invest movilizara 4 dólares por cada dólar prestado, como el DFC de los EE.UU., en vez de los 40 centavos que moviliza en la actualidad.

-¿Qué votos tiene asegurados y qué votos no y qué mensaje le da a quienes no lo apoyan, como es el caso del gobierno de Fernández, que propone a Gustavo Beliz?

-Ya han salido públicamente 15 países para apoyar mi candidatura y varios otros se han comprometido privadamente. Me siento satisfecho que la única crítica que he escuchado sobre mi candidatura es mi país de nacimiento (Estados Unidos), lo cual significa que hay cierta convergencia sobre la visión y metas que hemos presentado.

-¿Cómo se beneficiaría Argentina si usted es elegido?

-Me siento orgulloso de mi trayectoria a favor de la Argentina. En el FMI, abogué para que Argentina consiguiera el préstamo más grande en la historia de la institución. Más grande que Grecia y que Ucrania (nota: se refiere a los U$S 56.000 millones que pidió Mauricio Macri) No fue fácil y hubo países importantes en contra de ayudar a Argentina en aquel momento. No lo hicimos por un gobierno u otro. Lo hicimos para que Argentina pudiera sobrepasar una crisis y para el bienestar de su pueblo. Como un gobierno u otro maneja el préstamo y el programa no está bajo mi control, pero no quita la buena intención de nuestra gestión. En el BID, podría ser un abogado efectivo por ellos, no solamente dentro de esa institución, sino también con las otras instituciones financieras internacionales, y con el sector privado. Pero la gestión de esa ayuda siempre va a recaer sobre su propio gobierno.

-¿Por qué Estados Unidos ha decidido poner por primera vez en la historia un candidato propio al frente de la entidad?

-Es un compromiso de los EE.UU. con la región en medio de la crisis actual y de la posible contracción económica más grave en su historia moderna. Al consultarlo con nuestros amigos y aliados en la región, hemos recibido un apoyo contundente de la gran mayoría de los países y juntos trabajaremos para la recuperación y el crecimiento de las Américas. Me he sentido muy honrado con la confianza que la región me ha mostrado.

-¿Cuál es su crítica y su propuesta para el futuro de esa institución bancaria?

-Cada presidente ha dejado un importante legado y aportes a la institución. Pero es necesario ajustarnos a los tiempos y trabajar hacia el futuro – no estar atrapados por el pasado. Los tiempos requieren un BID más financieramente relevante, con una gobernación más eficiente, un liderazgo más transparente y representativo de toda la región, y una visión contundente en vía de la integración regional. Como anuncié en mis ‘5 objetivos por 5 años’, el liderazgo de EE. UU. puede llevar al BID más allá del siglo XXI, a la vanguardia del desarrollo y el crecimiento económico, como una incubadora de soluciones creativas que utilizarán la experiencia del sector privado y nuevas herramientas.

-Usted ha dicho que no es cierto que el presidente Eisenhower haya dicho que la presidencia del BID era para un latinoamericano. Entonces cómo se explica que siempre la región tuviera la presidencia y Estados Unidos la vicepresidencia.

-Es correcto. El presidente Eisenhower nunca dijo la frase que le habían atribuido algunos ex presidentes y todos deben leer su discurso en la ONU en 1958 para que vean que estaba hablando de los países árabes con la intención de que los EE.UU. no buscaba controlar sus ingresos petroleros. Sí pienso que se creó una tradición con la presidencia del BID, la cual ha dejado importantes aportes, pero francamente creo que la presidencia por un término de un estadounidense de herencia latinoamericana, se ajusta a los tiempos modernos – y, al contrario, muestra los fuertes vínculos culturales y comerciales de la Américas, como lo es la ciudad de mi nacimiento, Miami. Lo veo como algo positivo, pero, sobre todo pienso que se me debería juzgar basado en mi visión y mis aportes a la región — no simplemente por donde nací.

-Las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia del Covid 19 predicen consecuencias financieras y sociales nefastas para la región. ¿Qué planes de asistencia se prevén?

-Nuevamente, esta crisis es parte de la razón por la cual hemos lanzado nuestra candidatura para asegurar que el BID sea más financieramente relevante y ágil para ayudar a la región en confrontar a esta crisis. También hace falta tener más cohesión con las otras instituciones financieras internacionales para ayudar a la región debido a las presiones fiscales.

-Usted habló de diferencias. El gobierno argentino es el único del Mercosur para el cual Venezuela es una democracia. ¿Washington lo entiende y lo acepta?

-Nosotros ni entendemos, ni aceptamos que Venezuela sea una democracia. Los hechos hablan por sí mismos. Es una dictadura, al igual que las dictaduras argentinas del 1976 al 1983.

-¿Qué trato va a tener con Venezuela, Nicaragua y Cuba?

-En lo que se refiere al BID, los tres son muy diferentes. Venezuela está representado por el presidente interino Juan Guaidó y trabajaremos con su gobierno en un plan de recuperación económica durante una eventual transición democrática. También buscaremos espacios para hacer aportes humanitarios y hacia los países vecinos, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y hasta en la propia Argentina, quienes están sufriendo agregadas presiones fiscales debido a la crisis de refugiados. Esa crisis de refugiados venezolanos ya casi supera a la de Siria, y, sin embargo, los aportes financieros internacionales solo representan una décima parte. Con Nicaragua, mantendremos un dialogo constructivo y con sus vecinos en Costa Rica sobre los impactos causados por los refugiados nicaragüenses.

Un halcón de Trump que puja con Beliz por el BID

Entre los pocos datos de la vida privada que circulan sobre la vida privada de Mauricio Claver-Carone sobresale el testimonio al diario USA Today de su amigo de secundario Ferlan Bailey. Corría 2016 y Claver-Carone se sumaba al círculo íntimo de trabajo del recién electo Donald Trump. El principal asesor para las Américas de Donald Trump, hoy, a la vez que su candidato a presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) era de niño tan fan de la tierra de su madre Mayda, que al menos una de las medias que usaba llevaba bordada la bandera cubana.

“Si alguna vez le mencionabas a (Fidel) Castro, se volvía ‘loco’” contó Bailey, quien destacó de Claver Carone un estilo por completo diferente a los muchachos del secundario Bishoop Moore, de Orlando, La Florida, cuando se agarraban a las trompadas entre uno y otro. “Mauricio simplemente insultaba con su inteligencia” y no peleaba. Ese estilo filoso y duro fue quizás el que quedará plasmado también en aquel 10 de diciembre de 2019, cuando vino a la Argentina como enviado especial del presidente Trump, en cuyo seno forjó su más acelerada carrera, primero como consejero en temas relacionados con Cuba.

En el reportaje que le dio a esta cronista, Claver Carone, 44 años, nacido en Miami, criado también en Madrid de donde es originario su padre, dijo en aquel diciembre de 2019 que el presidente Alberto Fernández debía elegir “entre las dictaduras o las democracias”. Y se marchó de la Argentina sin asistir a la jura presidencial del argentino. Fue, dijo, en disgusto porque el nuevo gobierno argentino habían invitado sin aviso a Jorge Rodríguez, uno de los jerarcas del régimen chavista, y sobre el que pesan además prohibiciones de circulación en varios países. Ese disgusto, y las fuertes diferencias de la administración Trump con la de Fernández sobre Venezuela, Cuba y Nicaragua enfriaron las relaciones entre Argentina y Estados Unidos.

Hoy Claver-Carone encarna precisamente algo de lo que él mismo le dijo a este diario mitad en serio mitad en broma. “Soy un halcón muy racional”. Además, como candidato a presidir el BID, tiene una visión global de la región, ala que tiende una mano, y en este reportaje quiso avocarse precisamente a esos temas. El gobierno de Fernández, no lo apoya y acusó a Estados Unidos de querer romper la región con esa candidatura. Tiene su propio candidato que es Gustavo Béliz –que trabajó en el organismo-, y quien paradójicamente tiene una relación amistosa con Claver Carone. Mauricio Claver Carone encarna en parte la mirada de los cubanoamericanos de la primera hora en los Estados Unidos. Un tío suyo por parte materna, era un reconocido profesor de filosofía al que condenaron a prisión domiciliaria en Cuba por sus críticas al régimen de Fidel Castro. Al llegar a Trump fue de las voces más fuertes que influyeron en la ruptura del acercamiento de Barack Obama a la isla.

Pero al mismo tiempo es de la generación de latinos que hizo una sustanciosa carrera en Estados Unidos hasta llegar a los más alto de poder incluso sumamente joven y por lo tanto tiene una visión más amplia de la comunidad de cubanoamericanos. Trabajó en 2003 en el Departamento del Tesoro para George W. Bush. También en el Congreso estadounidense. Es abogado, tiene máster de la Georgetown University y la Universidad Católica. Hoy es el primer candidato de los Estados Unidos a presidir el BID.

Itinerario

Candidato a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo, propuesto por EE.UU. Tiene 44 años. Nació en Miami, Florida. Actualmente es Asesor Especial del Presidente de los EE.UU. y director principal para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional. Anteriormente se desempeñó como Director Ejecutivo de los Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional (FMI), También se desempeñó como asesor principal para Asuntos Internacionales en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

Al toque

Un proyecto América Crece.

Un líder Mi madre.

Un prócer Francisco de Miranda.

Una comida La morcilla de Burgos.

Una bebida Vino tinto.

Una sociedad que admire Las democracias.

Un recuerdo El nacimiento de mis hijos.

Un placer Bailar.

Un sueño La libertad hemisférica.

Una película “Rocky”.

Una serie “John Adams”.

Un libro “El Viejo y el Mar”.

Un desafío Descansar.

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Fuente

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/ España: efemossesistemas.com
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