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Más problemas con los hoteles de Cristina: dos seguirán cerrados por cuarta temporada consecutiva

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Después de ocho meses sin recibir turistas, El Calafate inició hace pocos días una prueba piloto para inaugurar la temporada 2020/2021 bajo todos los recaudos exigidos por la pandemia del Covid19. En esa localidad -turística por excelencia- la familia Kirchner posee tres hoteles, y uno más en El Chaltén, a 213 kilómetros. Pero por cuarto año consecutivo sólo dos de esos complejos abrirán sus puertas en esta temporada. Bajo investigación por lavado de dinero se encuentran intervenidos, y según los administradores el giro comercial es cada vez más complejo.

Desde que llegó a la Casa Rosada, la familia Kirchner adquirió los hoteles que según la Justicia federal fueron sólo una «pantalla sin fines comerciales reales, sino para realizar operaciones de blanqueo». Los complejos turísticos son parte del patrimonio de 292 millones de pesos que Máximo Kirchner declaró ante la Oficina Anticorrupción (OA). Pero a causa de las investigaciones judiciales él y su familia perdieron la administración de todos los complejos en 2016, y desde entonces ya no toman las decisiones de las empresas ni acceden a su usufructo.

Aquel imperio que gracias a los cuestionados contratos con Lázaro Báez permitió ingresos por más de 120 millones de pesos, atraviesa su peor momento: algunos hoteles están cerrados y deteriorados, otros con poca actividad comercial.

Los complejos hoteleros Alto Calafate, Las Dunas, Los Sauces y La Aldea tienen un común denominador: el contratista K Báez, cuyo imperio de 205 millones de dólares se encuentra embargado y también en marcada decadencia.

Ante la inminente temporada turística, la provincia de Santa Cruz inició una prueba piloto para garantizar la circulación de visitantes a El Calafate. En ese contexto, la mitad de los hoteles de la familia Kirchner permanecerán cerrados: «alquilarlos para su administración es muy costoso, porque deben hacerse importantes obras de refacción para poder reabrirlos», explicaron fuentes judiciales a Clarín.

Este verano, entonces, sólo estarán abiertos el Alto Calafate y Las Dunas.

El hotel Los Sauces cerrado propiedad de la familia Kirchner en Calafate – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

El hotel Los Sauces cerrado propiedad de la familia Kirchner en Calafate – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

El hotel boutique endeudado

Las puertas del Casa Patagónica Los Sauces no volvieron a abrir desde 2017. Sus instalaciones dan cuenta de ellos: techos con humedad, suelos levantados, goteras y muebles deteriorados fueron razón suficiente para que la Justicia autorice a la familia Kirchner a realizar las reparaciones pertinentes. Así y todo, nunca más ingresó al circuito comercial. Ese lugar se amplió sobre un terreno que pertenecía a Austral Construcciones, firma de Báez.

El ex contador de los Kirchner (arrepentido en la causa Cuadernos) Victor Manzanares dijo que Los Sauces estuvo alquilado al Grupo Relats durante 11 años, a 90 mil dólares mensuales: “este contrato significó una suma de entre 10 y 11 millones de dólares de ingreso en blanco a la economía de los Kirchner”. Esa relación comercial concluyó en 2016, porque no se pusieron de acuerdo en el monto del canon a renovar.

Los Sauces se ubica junto a la residencia de Cristina Kirchner en El Calafate, y es parte de su patrimonio heredado en partes iguales a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner.

Sólo acumula deudas y millonarias. El informe de la intervención detalló que tiene deudas con SPSE (servicio eléctrico) y Distrigas, por 1.146.940 pesos.

Vista del hotel La Aldea propiedad de Lazaro Baez, que esta en construcción y abre según el cartel en el 2017. Foto Maxi Failla.

Vista del hotel La Aldea propiedad de Lazaro Baez, que esta en construcción y abre según el cartel en el 2017. Foto Maxi Failla.

La Aldea, el hotel «fantasma»

Una obra de ampliación sin concluir, un cartel en la puerta que recuerda hace más de tres años su cierre definitivo, expone la realidad de La Aldea, en El Chaltén. Ese pequeño hotel de montaña sufrió el mismo destino. No se comercializó más y sólo sumó deudas con la empresa que trabajaba en su refacción. La Justicia sostiene que Báez pagaba cifras «excesivas» por administrar el lugar.

A la Hostería se le asignó un valor de 108.413.000 pesos. Sus puertas no volvieron a abrir desde comienzos de 2016 cuando se inició una refacción que quedó inconclusa: se pretendía duplicar la superficie del pequeño hotel. Hubo negociaciones para alquilarlo, pero ninguna empresa aún logró hacer una oferta que convenciera, siendo que debe terminarse la ampliación y después refaccionarlo por completo para su reapertura. 

El hotel Alto Calafate de la firma Hotesur. Foto Alejandro Guyot.

El hotel Alto Calafate de la firma Hotesur. Foto Alejandro Guyot.

Los hoteles en funcionamiento

Mejor destino tuvo el Alto Calafate, el único inmueble de Hotesur, la empresa para la Justicia no tiene «reales fines comerciales». Sin embargo, fue el único que permaneció siempre abierto, aunque nunca conoció la ocupación plena. Este hotel se encuentra acéfalo, ya que Máximo y Florencia Kirchner no volvieron a designar autoridades en el directorio de la firma. Explicaron ante la Inspección General de Justicia (IGJ) que esto se debía a la «persecución política que padecen».

Un detalle: el actual director de la IGJ, Ricardo Nissen, antes fue el representante de Hotesur SA ante ese mismo organismo, que debe controlarla como empresa. 

El último hotel es Las Dunas. Este inmueble de más de 40 habitaciones ubicado frente al lago Argentino perteneció a Báez y estuvo cerrado por más de un año. Hace pocos meses una empresa de origen chileno lo alquiló para explotarlo y reabrió sus puertas el verano pasado.

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