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Los hoteles y la inmobiliaria de los Kirchner seguirán intervenidas hasta que inicie el juicio

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El calendario indica que transcurrieron tres años desde que la familia Kirchner perdió el manejo de Los Sauces, una de sus principales empresas. Y luego de esa medida, la intervención judicial alcanzó a Hotesur, la compañía hotelera e incluso al condominio que administra la herencia del ex presidente. Cristina, Máximo y Florencia Kirchner no pueden tomar decisiones sobre los negocios familiares y esta restricción judicial continuará hasta que inicie el juicio en su contra por lavado de dinero. Las empresas, según los informes de los responsables de manejar los negocios, muestran movimientos “casi nulos, pocos ingresos”.

Mes a mes, el Tribunal Oral Federal 5 (TOF 5) renueva la intervención judicial sobre las dos empresas de la familia Kirchner que se encuentran investigadas por operaciones de lavado de dinero. El deterioro en el movimiento comercial de las mismas, “es notorio, no cuentan prácticamente con movimiento”, explicaron fuentes allegadas al expediente. Se trata de más de 26 inmuebles y cuatro hoteles que fueron fuente de millonarios ingresos para la vicepresidenta mientras intervino Lázaro Báez en la explotación de Hotesur y como inquilino -junto a Cristóbal López-, en Los Sauces.

La intervención dictada sobre las empresas de los Kirchner se actualizaba de forma semestral; sin embargo desde que las dos causas (Los Sauces y Hotesur) quedaron radicadas en el TOF 5, responsable de llevar adelante el juicio por blanqueo, la renovación se efectúa de forma mensual. “No hubo ningún pedido para que cese la intervención de manera reciente”, indicaron fuentes judiciales a Clarín.

El hotel Alto Calafate propiedad de la familia Kirchner en – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

El hotel Alto Calafate propiedad de la familia Kirchner en – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

A este medida se suman otras: embargos millonarios sobre Cristina, Máximo y Florencia Kirchner. Como también la inmovilización de las cuentas bancarias del grupo familiar vinculadas a las firmas y con la intervención recientemente renovada, la imposibilidad de decidir sobre sus negocios, lo que implica además, que no pueden desprenderse de sus bienes ni adquirir nuevos.

La vicepresidenta y sus hijos fueron procesados por asociación ilícita y lavado de dinero en el caso de Los Sauces, y en Hotesur sólo por blanqueo. El común denominador en ambos expedientes es Lázaro Báez. Las causas están en el TOF 5, que en breve ordenará un conjunto de medidas de prueba para la investigación sobre los hoteles y así se avanzará para fijar fecha de inicio de las audiencias del juicio oral. El caso de la inmobiliaria se encuentra más avanzado con testigos sugeridos por la fiscalía a cargo de Diego Velazco y las partes, y con una pericia en marcha sobre los negocios celebrados entre Báez y los Kirchner.

Los Sauces SA y Hotesur SA, dedicadas a la locación de inmuebles -en el segundo caso exclusivamente de hoteles-, fueron investigadas por los contratos celebrados con Báez y López. En el caso de la inmobiliaria, se estimaron operaciones por encima de 30 millones de pesos y con la empresa hotelera, la Justicia cree que se blanquearon unos 80 millones de pesos.

El hotel Los Sauces cerrado propiedad de la familia Kirchner en Calafate – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

El hotel Los Sauces cerrado propiedad de la familia Kirchner en Calafate – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

En ambas causas se investigó la creación de sociedades dedicadas al servicio hotelero en Santa Cruz (Hotesur), y al alquiler de bienes inmuebles (Los Sauces) como pantalla de actividad legal. «Frente a una extensísima posibilidad de formas habitualmente identificadas para este tipo de reciclaje, la técnica que se habría elegido para dar apariencia de legalidad al dinero en ambos proceso fue exactamente la misma (ingresos por préstamos, por rubro hotelero y alquiler de inmuebles)», sostiene la acusación que además, argumenta: «Desde la lógica de la imputación penal, ambas sociedades, Hotesur y Sauces, fueron adquiridas con idéntico fin: canalizar y reciclar fondos con apariencia de legalidad».

Hasta tanto no inicie el juicio, que además obligará a Florencia Kirchner a regresar al país, las intervenciones no cesarán. «Continuarán como medida cautelar sobre las empresas sospechadas de ser usadas para operaciones de blanqueo», sostuvo una fuente judicial.

Los Sauces, departamentos en alquiler

La firma atraviesa su peor momento desde que fue intervenida judicialmente: no logra alquilar sus principales inmuebles y crecen las deudas. Está intervenida desde diciembre de 2016.

Las principales propiedades hoy no logran ser alquiladas. La intervención informó a la Justicia que el departamento de Puerto Madero, que alquilaba el dueño del Grupo Indalo, no logra tener inquilinos. Su valor de mercado es de 14.000 dólares mensuales. Cuando Cristóbal López era el inquilino, se mostraba más generoso: le pagaba a la senadora 32.500 dólares.

El inmueble se encuentra vacío hace más de dos años, cuando el juez Claudio Bonadio desalojó a López. Hasta fines del año pasado el dúplex tuvo unas diez visitas. Pero ningún interesado se convenció para firmar contrato.

En su momento, la falta de inquilinos trajo complicaciones. Como nadie habita esos espacios, las expensas (unos 60.000 pesos mensuales) y los impuestos (otros 20.000 pesos al mes) se acumulan. Y esos valores se incrementaron los últimos meses. La cobertura de estas cifras, son afrontadas con parte de los pocos ingresos que está generando la inmobiliaria y que maneja la intervención judicial.

A 3.000 kilómetros de distancia, en Río Gallegos, la inmobiliaria Los Sauces también suma inconvenientes con su propiedades. Allí los Kirchner construyeron complejos de departamentos, cuyos alquileres iban de 8.500 a 10.000 pesos en su momento. Los edificios fueron hechos por Austral Construcciones, la empresa insignia de Báez, y luego los alquiló él mismo.

Después de la ruptura de la relación comercial, hubo un cambio de inquilinos. Son en total ocho los departamentos en alquiler, pero sólo cinco están ocupados. Y los inquilinos no están pagando en término. Los tres restantes no pueden alquilarse desde noviembre de 2018.

Hotesur, los hoteles

Los hoteles de la familia Kirchner también están bajo investigación por supuestas maniobras de lavado de dinero. El complejo Alto Calafate -propiedad de Hotesur-, es investigado por los alquileres que Lázaro Báez pagó a través de siete empresas y por la administración del mismo.

Otro de los hoteles es La Aldea, en la localidad de El Chaltén. Cerrado desde 2016, su obra de ampliación quedó inconclusa y no cuenta con una empresa que lo alquile y explote. La Justicia analiza con una pericia, si los cánones locativos “pueden ser calificados como excesivos, según las variables del mercado”, ya que lo manejó en su momento Báez.

El hotel favorito de Cristina, Los Sauces Casa Patagónica, se encuentra en “estado de total abandono”, con el cercado perimetral destruido a raíz de un temporal, con riesgo de ser usurpado y deudas con sus empleados.

Con una cadena con candado en su acceso principal. El hotel boutique Los Sauces está cerrado desde 2016, cuando la familia Relats -dueña de la cadena Panamericano- rescindió el contrato a través del cual lo gerenciaba. El abogado de la senadora ya había informado a la Justicia que el complejo turístico tiene goteras, empapelados levantados, humedad, pisos humedecidos y levantados, entre otros problemas.

Hace poco, a raíz de un temporal -según explicitó la defensa en el escrito-, se produjeron “daños más graves”. “Por acción del viento quedó derribado todo el cerco perimetral que protege el predio, lo cual dejó al hotel en una situación de grave riesgo frente a posibles intrusos”, sostiene el escrito.

Hotesur también posee el hotel Alto Calafate. Fue adquirido por la ex familia presidencial en 2008. Meses después, Báez constituyó la empresa Valle Mitre, con la que gerenció el lugar hasta julio de 2013. Fue el último en quedar intervenido por orden del juez Julián Ercolini.

Es el único que mantiene sus puertas abiertas, pero también con un marcado deterioro. Sin obras de mantenimiento y sin haber conocido la ocupación plena desde su inauguración, según los informes judiciales, es uno de los pocos que genera ingresos.

El directorio de Hotesur no tiene autoridades. Máximo y Florencia Kirchner señalaron que no pueden nombrar nuevas directivos por la “persecución judicial que sufren”.

El Condominio

Máximo y Florencia Kirchner​ El último hotel que posee la familia es Las Dunas. Se encuentra en la cabeza de la Sucesión Néstor Kirchner, que derivó en el Condominio Máximo y Florencia Kirchner. Este inmueble de más de 40 habitaciones y ubicado frente al lago Argentino perteneció a Lázaro Báez y estuvo cerrado por más de un año. Hace pocos meses una empresa lo alquiló para explotarlo.

El establecimiento registraba deudas por los servicios de luz y agua por 229.478 pesos, y por las tasas municipales por 264.772 pesos.

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