La historia del inesperado héroe de Racing

Fue la llave. El hombre que abrió el partido. El que hizo vibrar las cuerdas vocales de los hinchas de Racing después de mucho tiempo. Tiago Banega, de él se trata, se erigió como el inesperado héroe de la noche para la Academia. Porque convirtió el gol que no pudieron hacer los delanteros. Porque en una maniobra supo leer la jugada y definió con mucha clase.

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Después de recibir un pase de taco de Héctor Fértoli, picó hacia el área apareciendo por sorpresa desde atrás e impactó la pelota con la cara interna del pie derecho para definir al ángulo superior izquierdo del arquero Butrón. Fue un golazo por la concepción de la maniobra y también por la calidad de la definición en un momento en el que la ansiedad comenzaba a apoderarse de todos.

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Banega le pegó a la pelota con la frialdad de un avezado atacante, aunque su función es otra. En Lima ingresó en reemplazo de Melgarejo. Se trata de un mediocampista que puede jugar de volante central o de interno. Nacido en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, el 1° de julio cumplió 21 años. En Reserva, antes de la llegada de Beccacece, no solía jugar siempre. Es uno de los futbolistas que sorprendió al entrenador cuando lo tuvo como sparring durante el receso de verano. Y es por eso que decidió promoverlo junto a Carlos Alcaraz, quien tiene 17 años y ayer también ingresó en el complemento.

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Banega firmó en febrero su primer contrato profesional con Racing, por cuatro años. Debutó oficialmente el 26 de enero, contra Atlético Tucumán (1-1). Y apenas siete días después, ante Argentinos Juniors (1-1) convirtió su primer gol en Primera con un cabezazo.

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El 10 de agosto dio positivo de coronavirus junto a Alexis Soto. Si bien fue asintomático, debió cumplir con el aislamiento obligatorio hasta que se recuperó de la enfermedad. Ante Alianza Lima vivió una noche inolvidable. La más importante de su incipiente carrera.