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La dura historia que superó el camerunés que firmó su primer contrato en Banfield

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“Al principio no quería saber nada de venir a Argentina porque hace dos meses había fallecido mi madre. Me probé en Banfield con muy pocas ganas”, confesó Dany Edjo’o, camerunés de 18 años que acaba de firmar su primer contrato con el Taladro, en una charla telefónica con Olé. El delantero contó qué le dijo su padre para convencerlo de dejar su país, sus primeros días cuando “me sentía en otro mundo” y que lloró cuando le dijeron que iba a ser profesional, entre otras cosas

“Ser profesional significa muchísimo para mí, es una alegría enorme porque lo quiso siempre mi familia y yo. Ahora tengo que trabajar y sacrificarme el doble, más que nunca. Di un gran paso en mi vida”, dijo Dany que firmó hasta diciembre de 2023. Llegó hace tres años al país y a los pocos meses se sumó a la séptima división del club del sur. Ahora está jugando en la reserva y participó en la pretemporada del año pasado con el plantel mayor cuando Hernán Crespo era el entrenador.

El sueño del pibe cumplido.

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Edjo’o vivió un momento muy especial cuando le dijeron que iba a firmar porque recordó a Zeh Sylvie, su madre: “Me puse a llorar porque pensé en ella que antes de que muera hacía todo para que yo pueda jugar al fútbol y me decía que quería verme profesional, en la televisión. Estoy feliz porque sé que si estuviera aquí estaría muy contenta de mí”. ¡Seguro! En su tierra natal se encuentra su padre y sus tres hermanos de los que debió alejarse por cumplir su sueño de ser futbolista que tuvo desde chico.

A Dany le llegó la propuesta de probarse en Banfield mediante un representante al que deslumbró a sus 15 años jugando en la selección de Camerún sub17 y en un club llamado Young Star D’ebolowa, que significa “Jóvenes estrellas de Ebolowa”, ciudad en la que nació y donde está ubicada la institución. “Habla con mi papá”, le contestó educadamente y sin confiar, el ahí adolescente que estaba todavía haciendo el duelo.

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Y cómo ya se dijo, él no quería saber nada de moverse de su nación y distanciarse de sus seres queridos pero su padre lo convenció: “Hijo, lo que pasó ya no podemos hacer más nada. Tenes que irte porque es una chance para que sigas creciendo en el fútbol. Busca tu vida y tu futuro. Sé que es muy difícil pero tranquilo. Contas con mi bendición y todo te va a ir bien”. Entonces emprendió la aventura con algunos amigos que también se probaron en clubes argentinos. Uno de ellos está actualmente en Sacachispas y los demás volvieron a Camerún.

Su madre Zeh Sylvie y su padre que lo convenció de venir a Argentina.

Su madre Zeh Sylvie y su padre que lo convenció de venir a Argentina.

Cuando llegué no entendía nada. Me sentía en otro mundo, todo era diferente. El idioma, la comida y la gente. No conocía a nadie ni tampoco me podía comunicar”, revive sus primeros días en los cuales se hospedó en un hotel muy cerca del obelisco, el que miraba siempre que salía para no perderse por la ciudad: “caminaba solo dos cuadras para cada costado”. Ni siquiera mantenía una conversación a solas con su representante porque uno hablaba francés y el otro español. Un conocido del argentino que sabía algo de inglés y francés los ayudó a tener diálogos.

Y en los primeros entrenamientos en el predio de Luis Guillón también tuvo complicaciones para manejarse: “Todos los compañeros me querían hablar, conocer algo de mí y no captaba nada. Iba último en la fila de todos los ejercicios para entender que había que hacer”. En unas vacaciones en Rosario tomó clases de español con una profesora que le puso el representante. Pero luego cuando volvió con una base muy básica y poca práctica, siguió solo y con el tiempo fue aprendiendo siendo autodidacta.

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Ahora, lo maneja bastante bien y también ¡estudia inglés! una vez por semana desde su habitación con una computadora en algún día de los que no entrena doble turno porque “se habla en todos lados y para que si ojalá me toca jugar en un lugar que sea ese el idioma no me vuelva a pasar lo mismo jaja” Además, le gusta jugar a la play y charlar con sus compañeros que “toman mate pero a mí no me gusta. Lo probé alguna vez con azúcar”. ¿Comidas? “El asado es lo que más me gusta de Argentina. La lasaña y las albóndigas no me gustan pero cuando sirven eso en el club trato de comer para no quedarme con hambre”.

Para los hinchas del Taladro que se preguntan ¿cómo jugará este camerunés?, el mismo se describe: “Tengo velocidad. Juego con las dos piernas. Le pego potente y soy habilidoso. Me gusta ser un delantero que sale del área, que se mueve por todos lados como un falso nueve”. Mira videos de Hazard pero su ídolo cómo era de esperar es Samuel Eto’o, a quién miraba de chico. “Un sueño que tengo es conocerlo, hablar con él y preguntarle ¿cuáles son los sacrificios que uno tiene que hacer para llegar a su nivel? y ¿cómo no perderse en el camino siendo profesional?”. Y finalizó la conversación, que duró un poco más de 20 minutos, con unos deseos: “Me gustaría debutar y jugar un tiempo en Banfield e irme a Europa”. ¡A esforzarse por cumplirlos!

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Una de sus primeras fotos en el Predio de Banfield.

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La historia de Edjo’o parece de película. Un chico de 15 años que se va a vivir a la otra punta del planeta donde no conoce absolutamente nada de ese lugar, ni nadie más que a unos pocos amigos y un representante con el que tiene complicaciones para comunicarse. Y poder superar esas dificultades tras haber perdido a su madre y sin sus otros seres queridos cerca parece más cercano a la ficción que a la realidad. Pero son hechos reales donde el protagonista que es de carne y hueso mostró un enorme carácter y deja un gran ejemplo para cualquiera que este leyendo esta nota.

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