MULTIMEDIOS PRISMA 24

IDENTIDAD EN COMUNICACION

Jesús Rodríguez: «Estamos viviendo un momento de recesión democrática en el país»

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-¿Usted es de los que creen que Alberto Fernández se enamoró de la cuarentena?

-No. Soy de los que creen que Alberto Fernández, el Presidente, esta viviendo un microclima y debe oxigenar su gestión, escuchar otras opiniones, recurrir al saber científico y académico y encontrar acuerdos políticos sólidos con el Congreso.

-¿Las ultimas medidas que tomó, como la intervención en Vicentin, tienen que ver con el poder que le dio el protagonismo en la pandemia?

-Creo dos cosas. Primero, que es una evidencia del conflicto que hay hacia el interior del Gobierno, que demuestra que la centralidad del poder político está en controversia.

-¿Doble comando?

-Está claro que las dos posiciones mas relevantes de la Argentina son la Presidencia y la provincia de Buenos Aires. Y esas dos posiciones fueron nominadas por la misma persona. Lo que digo que en momentos en que hace falta proveer certidumbre, claridad de rumbo y propuesta con amplia sustentación desde el poder, se toman medidas que generan incertidumbre, que no tienen sustentación política y que no dan cuenta de la claridad que necesita la Argentina.

Jesús Rodríguez en su escritorio. Dice que en cuarentena trabaja más. (Lucía Merle)

Jesús Rodríguez en su escritorio. Dice que en cuarentena trabaja más. (Lucía Merle)

-¿Entonces Alberto no aprovecha el alza en las encuestas por el manejo de la pandemia para despegarse de la influencia de Cristina?

-El peronismo, desde el 83, nos ofreció dos tipos de presidentes. Unos con liderazgo social, Cristina y Menem; otros surgidos desde el poder justicialista tradicional, Duhalde y Kirchner. El presidente Fernández no responde a ninguno de esos dos tipos y en consecuencia su papel es visto por los otros integrantes del movimiento peronista con dificultad y con distancia.

-¿Entonces no volvieron mejores, como dicen ?

-En la Argentina, como en otros países del mundo, la pandemia produce crecientes miedos individuales y mayores incertidumbre sociales. Esa combinación es campo fértil para liderazgos políticos no democráticos. Eso puede pasar en Hungría, en Brasil o en Estados Unidos, y también puede pasar en la Argentina. Por eso es muy importante llamar la atención sobre el funcionamiento institucional de la democracia, en poderes controlándose recíprocamente y al mismo tiempo independencia de los mismos.

-¿Que actores están en condiciones de poner límites?

-Es cuestión de voluntad política. Me parece que hay voluntad política de la oposición de encontrar acuerdos. De hecho hubo requerimiento formal y público de un encuentro con el Presidente y ni siquiera fue respondido. Más alla de las declaraciones, hay un desdén para atender esa situación, del mismo modo que hay una subestimación de la importancia de las instituciones. Tenemos hoy un Congreso que funciona en forma intermitente y una Justicia de feria,. Vale la pena acordarse de Kant, que decía que sin Constitución y sin ley hasta los ángeles actúan de demonios.

-Por lo que se ve, si la oposición no consigue poner limites sale la gente…

-En todos caso eso es bueno. Eso demuestra una sociedad que no está adormecida y que tiene los reflejos rápidos para detectar ese tipo de acciones que desconfían de las instituciones.

-¿Qué responsabilidad tiene Cambiemos en que se subestime el rol de las instituciones tras las promesas incumplidas en el gobierno?

-En la Argentina y en muchos países de América Latina hay un grado de insatisfacción social. El tema es que esa insatisfacción debe ser atendida sabiendo que hace falta para encontrar solución a los problemas económicos y sociales tener solidez institucional. Hay que tener al menos una visión. Porque nosotros creemos que hay una asociación decisiva entre la calidad de las instituciones y el crecimiento económico.

-¿En que se basa para afirmarlo?

-Está demostrado que las instituciones son más importantes que los recursos económicos para explicar el crecimiento. Además, tiene que haber integración al mundo. Argentina no tiene destino fuera de las mejores practicas de la democracia occidental. Necesitamos profundizar la competitividad económica. Si no tenemos eso, una coalición exportadora, la Argentina no va a superar la decadencia. Y también hace falta cohesión social,. Porque si hay exclusión social y se le suman hechos de corrupción, es una mezcla explosiva para la democracia.

– Como mínimo, desde el gobierno quedaron a mitad de camino…

– No tuvimos mayoría en las dos cámaras en los 4 años y no tuvimos por falta de voluntad de la oposición que concebía a Cambiemos como usurpadores del lugar único del peronismo para gobernar. Y al mismo tiempo hubo incapacidad política para construir esa coalición mayoritaria.

-¿Qué costo pagó la UCR por hacer el seguidismo de Macri?

-El mundo vive una época de coaliciones políticas. El radicalismo tomó la acertada decisión de hacer la coalición con otras dos fuerzas. Una coalición que tiene la vocación de combinar la libertad y la igualdad, y que con aciertos y errores obtuvo más del 40% en la ultima elección. Que tiene representación muy sustantiva en las dos cámaras, administra cuatro provincias y muchas ciudades y capitales de provincia. Entonces la política entendida no como nostalgia, sino como transformación del presente mirando el futuro, en nuestra concepción hace falta mas coalición y mejor funcionamiento de la coalición.

– ¿Qué pueden ofrecer luego del traspié en la gestión?

– Hay que abrir el espacio al debate y la reflexión. Porque hay algo de lo que estoy convencido. La pandemia no sabemos cuanto dura ni cuántas muertes va a provocar en el mundo. Lo que si sabemos en la Argentina es que va a salir de la pandemia peor de lo que entró. Con muertos, con su tejido productivo muy dañado, con un desempleo de dos dígitos, con un déficit fiscal de 7 u 8 puntos del producto, con una caída del producto del 10% por lo menos. Una situación de esas necesita de una visión de futuro que tiene que estar asentada en esos principios: integración al mundo, fortaleza de las instituciones, competitividad económica y cohesión social. El radicalismo y la coalición Cambiemos esta dispuesto al diálogo y a acuerdos en el Congreso. Que no significan posiciones en el Gobierno. Al revés, excluye posiciones en el Gobierno.

– ¿No coincide con los que pregonan la necesidad de un gobierno de salvataje nacional para afrontar la crisis?

– Hacen falta políticas compartidas. No posiciones en el gobierno. Esas políticas compartidas que estamos dispuestos a discutir requiere que no haya microclimas en la Casa de Gobierno.

– ¿La fuerte emisión monetaria dispará la inflación a la salida de la pandemia?

– Seguro que no es neutra. Por eso hace falta una política compartida que siente las bases de una reconversión productiva con una mirada de largo plazo y con orientación exportadora. 

– ¿La negociación de la deuda puede ser una bisagra en este tema?

– Es condición necesaria. Por eso la oposición le dio al Gobierno todos los instrumentos para que esa negociación pudiera darse. Esperemos que lo resuelva positivamente. Lo peor que le puede pasar a la Argentina es que a la pandemia se le agregue el default, que generaría incertidumbre extrema.

– Habla de cambiar el modelo productivo, pero ningún gobierno logro cambiar la matriz agroexportadora. ¿Por qué va a suceder en medio de esta crisis?

– Porque esta crisis, como dicen los chinos, puede ser una oportunidad si somos capaces de asentarla en la solidez de las instituciones, la integración al mundo, la competitividad económica, la cohesión social.

– ¿Por qué lado ve la punta de un despegue productivo?

– Coincidiendo en la necesidad de aumentar calidad, cantidad y lugar de destino de las exportaciones. ¿Eso es posible? Es posible. Con decisiones como las de Vicentin lo que se hace es conspirar contra eso. Porque genera incertidumbre. Y hace falta crear certidumbre. El único argentino que pudo ser premio Nobel de Economía, Julio Hipólito Olivera, que fue rector de la UBA en los 60, dijo un concepto extraordinario: que la incertidumbre produce efectos mas perniciosos y perjudiciales y duraderos que los propios errores de la política económica,. Proveer certidumbre es la principal responsabilidad de un gobierno y lo que estamos viendo es que este Gobierno es una máquina de generar incertezas.

– ¿Cree que la gente necesita referenciar nuevos liderazgos en la oposición?

– La renovación tiene responder a los ideales de justicia y libertad, adaptados a nuevas realidades. Insisto en que Argentina después de la pandemia será peor que antes. Tienen que funcionar las instituciones. Para la discusión de candidaturas faltan tres años.

– Pero se van dibujando escenarios. Por ejemplo Rodríguez Larreta aparece como el opositor de mayor protagonismo. ¿La UCR volvería a encolumnarse detrás de un macrista?

– La regla que debe guiar la decisión de candidaturas es la de las PASO. Para ahí yo veo, además de Larreta, que lo decidirá el PRO, dentro del radicalismo a Cornejo, a Morales, a Negri. Figuras muy destacadas para competir por esa nominación,.

– No lo mencionó a Lousteau. ¿Le faltan años en el radicalismo?

– También puede ser. No es un problema de sangre radical, sería una idea monárquica que no se corresponde con los principios republicanos y soy un ejemplo de eso. Pienso mas en las instituciones. Por eso hablo del presidente y el secretario General del partido y del presidente del bloque. Las instituciones son mas importantes que los nombres.

– El problema es que les corran el arco y eliminen las PASO…

– Para eso hace falta una ley y no hay posibilidades de que se consiga el número para llevarlo adelante.

– ¿En la Auditoria, donde el oficialismo es mayoría, consiguió el clima de acuerdos que propone?

– Tenemos un escenario donde el ecosistema del sector público está muy afectado. No hay Presupuesto. Eso no tiene antecedentes en los últimos 20 años, ni siquiera en la eclosión de la convertibilidad. Esto es una anomalía. Además tenemos facultades extraordinarias recargadas en el Poder Ejecutivo. Menem, Duhalde, Néstor y Cristina gobernaron con facultades delegadas del primer al último dia y aquí iniciaron el camino de los superpoderes. Se han verificado irregularidades y eso llevó a la situación extraña de que el Poder Ejecutivo, como se sabe que son sospechadas las compras públicas, decidió transferir las compras de alimentos para la emergencia a privados.

– ¿Y que plan tiene para investigarlo?

– Tenemos que renovar el plan de acción. Me consta de manera directa que el Presidente tiene voluntad y decisión de que se controlen los gastos del Estado. Y por eso estamos esperando y deseando que los representantes de su espacio político acompañen nuestra proposición para actualizar nuestro plan de auditorias para que en el segundo semestre podamos asegurarle a los argentinos que el uso de los recursos públicos responde a las mejores prácticas.

– ¿Dónde pondría el foco?

– En los gastos del Ministerio de Salud y de Defensa, y en los procedimiento llevados a cabo con el IFE.

– El oficialismo le diría que primero deben completar la auditoría a Macri… 

– Corresponde que sea auditado. De hecho lo estamos haciendo.

Hablando de Macri. ¿Cómo impacta la denuncia de espionaje sobre la credibilidad de la oposición?

– Eso no forma parte de la misión de la Auditoria, pero ciertamente desde los 90 la connivencia y el accionar de los servicios de Inteligencia están teñidos por irregularidades que llegaron a episodios que hasta costaron muertes por la disputa entre fracciones.

– ¿Deslinda la responsabilidad del ex presidente?

-No sé, en todo caso lo dirá la Justicia. No puede haber democracia de un solo poder. La democracia es que nadie tiene todo el poder.

¿Macri debe ser parte del debate del proyecto opositor para el 2023?

-No lo sé. En todo caso es alguien con una experiencia, pero nadie tiene derecho consagrado.

– Usted pide certidumbre. ¿Qué aporte hace la Justicia al frenar juicios por corrupción?

– Contribuye a la incertidumbre.

– ¿Con ese tipo de advertencias adhiere a los que dicen que vamos rumbo a Venezuela?

– No me gusta la metáfora. En todo caso, estamos viviendo un momento de recesión democrática en la Argentina hoy. Evitemos con nuestras acciones que se produzca una regresión democrática. Y ese es el riesgo que tenemos.

Auditoria digital y un nieto que no pudo ir a ver

Una grave enfermedad de la que pudo recuperarse le dejó una carraspera en la voz. “Cada seis meses me revisan la visa del pasaporte”, bromea Jesús Rodríguez sobre el control periódico al que debe someterse. Eso explica el estricto cumplimiento del aislamiento, que lo convirtió en un experto en la aplicación Zoom.

“Ahora desde casa trabajo más que antes”, le confiesa a Clarín. La cuarentena le trajo dos sorpresas: fue su debut como presidente de la AGN, por lo que se hizo cargo de una veloz digitalización de las auditorías. Sobre el tema comenta, filoso: “Pudimos hacerlo en semanas y la Justicia dice que no puede”. Además, a mediados de marzo nació su segundo nieto, Jaime, pero todavía no lo pudo conocer. Espera el tercero para noviembre.

En un partido acostumbrado a resolver sus pleitos en las internas barriales, siempre fue el hombre fuerte del radicalismo en Caballito. Pero cuando la tercera de sus hijas (le salieron todas “chancletas”) se fue a vivir sola, hace 3 años, optó por mudarse con su esposa a un PH en Villa Urquiza.

Fanático de San Lorenzo e infaltable en la platea -donde solía cruzarse cuando había fútbol con Tinelli, Filmus y el “Pocho” Romero Feris- uno de sus máximos orgullos es la camiseta firmada por Leo Romagnoli, que atesora. Tanto como el recuerdo de aquel primer mandato como diputado, cuando le tocó votar la derogación de la creación de la Conadep, el acuerdo de paz con Chile por el Beagle y las leyes de divorcio y patria potestad compartida.

“Te llena el alma estar en el momento en que la sociedad decidió dar vuelta la página de la impunidad y dio pasos firmes hacia la modernización social”, afirma. En 1989 aceptó la brasa ardiente que puso Raúl Alfonsín en sus manos al nombrarlo ministro de Economía en plena hiperinflación. Estuvo los últimos 40 tortuosos días de gestión y sus enemigos se los suelen recordar. Pero él prefiere hablar de los “bienintencionados” que le reconocen haber tomado una decisión crucial sin tener cuenta conveniencias personales.

También acompañó a Alfonsín tras el Pacto de Olivos y fue convencional constituyente en 1994. Cuando llegó el cuarto de hora de Fernando de la Rúa fue secretario general del partido. Desde entonces se convirtió en referente de los equipos técnicos partidarios. Ahora es el vice de la Fundación Alem, usina de ideas de la UCR.

Como ladero de Ernesto Sanz, fue articulador de los programas de Cambiemos, aunque admite que poco caso le hizo Mauricio Macri en el gobierno, pese a lo cual se embanderó con el ala “amarilla”. Bloguero empedernido, en marzo publicó una fuerte autocrítica de ese período. Remató el texto con una frase de Bertand Rusell: “La razón no es la causa de la acción. Es la pasión su única causa, y la razón su regulación”. Al borde de los 65, Jesús confiesa que “la pasión” es su Biblia política.

Itinerario

Jesús Rodríguez dirigente de la UCR. (Foto Lucía Merle)

Jesús Rodríguez dirigente de la UCR. (Foto Lucía Merle)

Hijo de inmigrantes españoles, este martes cumple 65. Cursó el secundario en el Carlos Pellegrini y se recibió de licenciado en Economía en la UBA. En 1983 fue electo diputado por Capital. Tenía apenas 28 años. En 1984 asumió como presidente de la Juventud Radical, de la mano de la Junta Coordinadora. Fue uno de los promotores de la consigna “somos la vida, somos la paz”. Fue el último ministro de Economía de Alfonsín. Armó su propia línea interna, el Ateneo del Centenario, presidió la UCR porteña y ocupó una banca de diputados tres veces más. Integra la Auditoría desde el 2016 y preside el organismo desde marzo pasado.

Al toque

Un proyecto
La construcción de una democracia intensa y de calidad.

Un sueño
​Ver a mis hijas y a mis nietos crecer en un país mejor del que tenemos.

Un líder
​Un ejemplo hoy es Angela Merkel.

Un prócer
​San Martín Una comida Cordero a la parrilla Una bebida Un vino tinto. Mejor si es malbec.

Una sociedad que admire
​Una combinación de la sociedad italiana, la española y la portuguesa Un recuerdo Cuando mi padre me entregó el título en la Facultad de Ciencias Económicas Un placer Tocar el saxo. Aprendí a tocarlo de grande. De joven tocaba el bandoneón.

Una película
​“Ladrón de bicicletas”, de Vittorio De Sica.

Una serie
“Fauda”, sobre el conflicto en Medio Oriente

Un desafío
​Saber tocar el saxo como Sonny Rollins

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Fuente

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/ España: efemossesistemas.com
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