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El radicalismo bonaerense define el tipo de relación con el PRO en una interna difícil

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La interna del radicalismo en la provincia de Buenos Aires toma temperatura con cruces y diferencias sobre las posibilidades para cumplir con la fecha prevista, dentro de un mes, y a la vez con la discusión sobre el rol del partido dentro de Juntos por el Cambio y la relación con el PRO. El sector liderado por Gustavo Posse encaró la disputa con una propuesta de mayor autonomía de los socios y el oficialismo que llevará como candidato a Maximiliano Abad replica con el crecimiento de los espacios de la UCR desde 2015.

Las listas cerraron este viernes y la elección está pautada para dentro de un mes, aunque lo más probable es que se postergue por la pandemia que no cede en el área metropolitana y buena parte de la provincia. Con el aval del actual titular Daniel Salvador, Abad -presidente del bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados bonaerense- sumó el apoyo de Ernesto Sanz, Alfredo Cornejo, Mario Negri y Luis Naidenoff, entre otros. El ex senador mendocino generó una polémica cuando contó que había hablado con Maria Eugenia Vidal para que se involucrara, lo que fue cuestionado como un “injerencia” del PRO. La lista de “Adelante Buenos Aires” estará integrada además por María Luisa Storani, Josefina Mendoza, intendentes del interior y el politólogo Andrés Malamud.

El intendente de San Isidro será el postulante de «Radicalismo de Pie», con el apoyo de Martín Lousteau, activo en la interna bonaerense, otro grupo de intendentes y dirigentes de la vieja guardia como Federico Storani y Juan Manuel Casella. En los primeros lugares de la lista aparecen Danya Tavella, Carmen Storani, Pablo Domenichini, Alejandro Echegaray y Liliana Denot. Posse tiene aspiraciones de goberar la provincia.

Más ásperos desde el discurso los desafiantes, ya el nombre de la lista funciona como consigna para la interna. “Basta de sumisión y servilismo”, disparan para cuestionar el vínculo del oficialismo con el PRO. “Hasta hace poco San Isidro era todo amarillo”, replicaron desde el espacio de Salvador, y machacan con el “salto” en los últimos años en intendencias (de 16 en 2015 a 32 actuales), legisladores y concejales.

“Para defender y ensanchar el 41% hay que mantener este frente, pero ahora con un radicalismo que dirige sus propios pasos, que no es manejado por otro partido y sostiene sus propios postulados con la vocación de poder y de liderar”, asegura Posse, crítico del rol de la UCR durante la gobernación de Vidal y también a nivel nacional durante la gestión de Mauricio Macri. “Eso no va a ocurrir nunca más”, descuenta el intendente de San Isidro en referencia al destrato del PRO, y ubica el inicio poco después de aquella Convención radical de 2015 en Gualeguaychú, con la advertencia poco después por parte del macrismo de que no habría gobierno de coalición.

De la interna bonaerense saldrán 73 convencionales nacionales, determinantes en la definición de las alianzas para 2023. El vencedor también quedará fortalecido para la discusión de las candidaturas en la provincia, tanto para el año próximo como para 2023.

“Los radicales bonaerenses estamos en una encrucijada: seguimos avanzando o retornamos a la intrascendencia. Estamos de pie y tenemos que redoblar los esfuerzos por un mayor protagonismo del radicalismo”, asegura Abad. “En el 2015 entramos débiles a la coalición y nos fortalecimos en este proceso. Aspiramos a que el radicalismo sea capaz de liderar a Juntos por el Cambio y que sean nuestros candidatos los que encabecen en 2023”, propone. En la previa al cierre de listas desde su sector buscaron mostrar el apoyo de la mayor parte de los intendentes.

La elección prevista para el 11 de octubre generó controversias. “Como nunca gobernaron y no tienen técnica de gobierno, pusieron una fecha fija y la vienen ratificando, pero quedaríamos como unos tontos. No se puede hacer un asado ni abrir las escuelas, ¿cómo vamos a hacer una interna?”, cuestionaron del lado de Posse, y pusieron como “ejemplo” la postergación -en principio para marzo- en el Comité de la Ciudad, conducido por Guillermo de Maya, dirigente vinculado a Lousteau.

Desde el sector de Abad replicaron que había que fijar la fecha por mandato de la Carta Orgánica y también estimaron que habrá postergación, aunque no de manera oficial: aseguraron que se evaluará de acuerdo con la evolución de la pandemia. Pero desde ambos campamentos indicaron que será dificil conseguir la habilitación de unos 600 lugares de votación y ya hubo conversaciones para pautar una prórroga. Una coincidencia en una interna que se calienta.

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