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El contagio de Martín Insaurralde se convirtió en una amenaza directa para Alberto Fernández y sus ministros

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«El riesgo de contagio existe«, sentenció el presidente Alberto Fernández​ apenas se conoció una noticia que encendió las alarmas en la Casa Rosada y que lo obligó a él a cancelar todas sus actividades y a ponerse en aislamiento al igual que muchos de sus ministros y secretarios.

La agenda presidencial se modificó por completo cerca de las 15 de este viernes, cuando el intendente de la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde​, confirmó con un breve mensaje en las redes sociales que tenía Covid-19.

«Di positivo de coronavirus. Como sociedad, hoy atravesamos el momento más difícil porque nos acercamos al pico de contagios. Les pido que se cuiden y que tratemos de minimizar el riesgo entre todos y todas. Por favor, quédense en sus casas todo lo que puedan», planteó el mandatario del sur del Conurbano bonaerense.

Insaurralde quedó internado en un centro de salud de Llavallol para permanecer bajo control médico, fundamentalmente por sus antecedentes con el cáncer. 

Fernández recibió la noticia en La Rioja, poco después de encabezar un acto en el que su prioridad fue salir a reforzar los argumentos para expropiar el grupo agropecuario Vicentin.

El Jefe de Estado viajó a esa provincia en el marco de la gira por el interior que inició semanas atrás. En esta oportunidad, lo acompañaron sus ministros de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; del Interior, Eduardo de Pedro; de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa; el secretario General de la Presidencia Julio Vitobello; la secretaria de Promoción Turística, Yanina Martínez, y el vocero presidencial Juan Pablo Biondi.

Y el rápido repaso sobre una serie de acontecimientos permitió constatar que el contagio de Insaurralde también representaba una amenaza para él y para sus colaboradores más cercanos.

Así, por primera vez desde que se registró el primer caso en la Argentina, el pasado 3 de marzo, el coronavirus se convirtió en un riesgo real para la salud del Presidente, tocando las mismas puertas de la Quinta de Olivos y la Casa Rosada.

Contagios en el gobierno - Insaurralde

Es que el ministro Arroyo participó el pasado jueves de una serie de actividades con el intendente Insaurralde.

Ese dato fue el que terminó encendiendo las alarmas y por el que el presidente Fernández decidió abandonar su agenda: canceló su visita a la provincia de Catamarca, la única sin casos confirmados, y retornó inmediatamente a la Residencia de Olivos.

Arroyo y Martín Insaurralde codo a  codo

Arroyo y Martín Insaurralde codo a codo

Paralelamente,

La misma suerte corren el resto de los ministros y secretarios que viajaron a La Rioja. Todos volaron a esa provincia en el Tango 10 de la flota presidencial, aunque fuentes oficiales aclararon a Clarín que Arroyo fue el funcionario que más lejos se sentó de Fernández.

Más allá del resultado del hisopado que se realizó Arroyo, la situación pone en evidencia los altos riesgos que se asumen en el Gobierno nacional y en otras administraciones al retomar las actividades de gestión de manera presencial.

Alberto Fernández al llegar a La Rioja

Alberto Fernández al llegar a La Rioja

En el caso de Fernández, aunque la cuarentena que se puso en marcha el pasado 20 de marzo contra el coronavirus sigue vigente en el AMBA y con menos intensidad en el resto del país, él inició una gira que ya incluyó escalas en Santiago del Estero, Neuquén, Formosa, Tucumán, La Pampa y ahora La Rioja. 

Esta es la primera vez que el Presidente se encuentra ante una amenaza real de contagio, pero hubo otros episodios que protagonizó y que generaron polémica porque no se respetaron los cuidados mínimos y las recomendaciones necesarias de aislamiento contra el Covid-19.

El ejemplo más emblemático fue el que se produjo en Formosa a fines de mayo, cuando el Presidente encabezó un acto con el gobernador Gildo Insfrán y terminó abrazándolo.

Ante las críticas que recibió, el primer mandatario reconoció luego que tendría que haber «sido más cuidadoso».

Así​, ​mientras casi todo el país vuelve a la nueva normalidad pero el AMBA, donde más millones de personas se concentran se debate en regresar a fase 1, el coronavirus –ese enemigo invisible con el que se combate desde hace 85 días volvió a decir presente, está vez muy cerca del máximo poder político. 



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