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Después de las internas, en el Gobierno buscan «normalizar el ruido» entre los aliados y «robustecer» el Frente de Todos

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Las tensiones públicas en el Frente de Todos no desaparecerán. “Hay que normalizar el ruido”, afirman en uno de los despachos más importantes de la Casa Rosada.

El aviso, al igual que el mensaje del ministro de Defensa Agustín Rossi, que pidió “bancar al Presidente”, es para propios y extraños. Luego de los tuits de Cristina Kirchner que cuestionaban el éxito del diálogo con empresarios y la carta pública de Hebe de Bonafini con críticas al jefe de Estado, el oficialismo busca dar vuelta la página. Los ministros con más peso político del Gabinete piden “robustecer” la coalición de gobierno y ampliar la base de sustentación política. Descartan la concreción de un sello “albertista”.

En febrero el presidente Alberto Fernández planeaba institucionalizar el Frente de Todos con una mesa que congregara a los delegados de los partidos que integran la coalición. La pandemia interrumpió la reunión prevista para marzo.

Trío detrás de las sesenta medidas. Alberto Fernández, Eduardo "Wado" de Pedro y Santiago Cafiero. Niegan el ruido interno.

Trío detrás de las sesenta medidas. Alberto Fernández, Eduardo «Wado» de Pedro y Santiago Cafiero. Niegan el ruido interno.

Los principales referentes del Frente de Todos se reúnen todos los martes para comer en Olivos. El Presidente se sienta a la mesa con Sergio Massa y Máximo Kirchner. La gestión y la coyuntura obliga a repetir encuentros. Se suman a la mesa el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, “alter ego” del mandatario y otro integrante de la mesa chica de La Cámpora, el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro. Fernández les encargó la coordinación conjunta de las 60 medidas que contienen el plan federal de recuperación económica. Ese detalle sirvió en el Ejecutivo para despejar dudas. 

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Pese a las fuertes versiones, en el primer piso de la Casa Rosada insisten en que no habrá cambios en el Gabinete para oxigenar la gestión, ni siquiera en la “pospandemia”, como reclamaban por lo bajo algunos de los allegados a los convidados a los encuentros de Olivos. Massa está satisfecho con su lugar en Diputados y transmite su apoyo a Cafiero. 

El círculo de dirigentes -y amigos- más cercanos al Presidente rechazan, por otra parte, la idea de fortalecer una línea “albertista”. Varios de ellos despotricaron contra la idea de darle más volumen al partido Parte, una propuesta que trascendió públicamente en los últimos días. Varios históricos del peronismo porteño -algunos de los cuales fueron activos miembros del partido creado por el Presidente tras su alejamiento del kirchnerismo en 2008- responsabilizaban al legislador porteño y presidente del partido, Claudio Ferreño. Se pliegan a la directiva que reclama el Presidente: “Hay que hacer frentetodismo”, señalan.

Lejos de los purismos, en el Gobierno planean seguir ampliando la base de sustentación. Los armadores políticos del Presidente citan como ejemplo de esa dirección las incorporaciones tempranas de Ricardo Alfonsín y de Marco Lavagna, entre otros. En el Gobierno también tienden puentes con intendentes. El rosarino Pablo Javkin, del Frente Cívico, es codiciado. La gobernadora de Río Negro Arabel Carreras participará de un foro organizado por grupos de intelectuales que se referencian en el jefe de Gabinete. De esa reunión también participará la santacruceña Alicia Kirchner, en otro guiño de la heterogeneidad oficialista, que el Gobierno reivindica.

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Existe un nutrido grupo de dirigentes que comparten el estilo dialoguista del Presidente. Juan Zabaleta es uno de sus articuladores en el Conurbano, aunque el intendente de Hurlingham sostiene que la buena convivencia con la oposición se sostiene, entre otras cosas, porque no hubo intentos de cooptación en plena pandemia. “La preocupación principal es la economía. Hay que dar un mensaje de futuro”, explican en el entorno del alcalde bonaerense.

El ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis es otro integrante de ese grupo selecto. Mantiene diálogo fluido con gobernadores e intendentes. La semana pasada se reunión con Massa y de Pedro y participó días atrás de un encuentro del que también fue parte el gobernador tucumano Juan Manzur, uno de los primeros en postular a Fernández como futuro presidente del PJ. Algunos de los dirigentes cercanos al mandatario relativizan sus ganas de hacerse cargo del peronismo, otra elección que quedó postergada por la pandemia. Algunos señalan a Manzur como el responsable de las críticas públicas contra el ministro de Salud Ginés González García. Años atrás ocupó su lugar. 

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Las opiniones divergentes -que explicitó la vicepresidenta- sobre la conveniencia de confiar en determinados empresarios siguen latentes. El Presidente quiere sumar a todos los actores posibles. De Pedro y Cafiero planean foros en todo el país para pensar políticas de largo plazo. El secretario de relaciones políticas y parlamentarias Fernando “Chino” Navarro organiza los encuentros de Argentina Armónica en el que participan desde sindicalistas hasta Gustavo Grobocopatel, el “rey de la soja”. “El Gobierno tiene la obligación de hablar con todos”, sostiene el referente del Movimiento Evita. El Consejo Económico y Social que diagrama Gustavo Beliz se tratará en breve en el Congreso, prometen cerca del Presidente.

Algunas críticas duras no cesan. Espadas judiciales del kirchnerismo duro cuestionan la lentitud del Ejecutivo para remover a los directores en representación del Estado en empresas nombrados durante el macrismo; a la cúpula de la Unidad de Información Financiera o al representante oficial en los jurys de enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura. “No te digo que creen el ministerio de la Venganza, pero sí que hagan lo mínimo para que quede claro que cambió el gobierno”, se quejan.

En la Rosada afirman que el ruido llegó para quedarse ya sea por saludables diferencias políticas o por “cartel y vanidades”, como explican parte de las apariciones de Sergio Berni. “Se sorprenden por un tuit de Hebe y Mauricio Macri mandaba a espiar a los dirigentes de su espacio”, comparan.

Antes del Frente de Todos. De izquierda a derecha. Arriba, el Presidente Alberto Fernández y Fernanda Gil Lozano. En el medio: Víctor Santamaría, Mayra Daer, Rodolfo Daer y Claudio Ferreño. Abajo, Gabriel Fucks, Daniel Filmus, Felipe Solá, Ginés González García, Eduardo Daer y Héctor Daer.

Antes del Frente de Todos. De izquierda a derecha. Arriba, el Presidente Alberto Fernández y Fernanda Gil Lozano. En el medio: Víctor Santamaría, Mayra Daer, Rodolfo Daer y Claudio Ferreño. Abajo, Gabriel Fucks, Daniel Filmus, Felipe Solá, Ginés González García, Eduardo Daer y Héctor Daer.

Varios de los amigos del Presidente sostienen que el peronismo ya aprendió su lección. A fines de 2016, Fernández asistió a una reunión en el Club español. El ahora diputado Eduardo Valdés posó para la foto con un cartel con la leyenda “Con el Peronismo Unido el 2017 será Pan Comido, Feliz 2017”. Finalmente Fernández optó por empujar la candidatura de Florencio Randazzo, que ayudó a la derrota de Cristina Kirchner. “No fuimos unidos y nos fue muy mal. Jamás nos volveremos a dividir”, prometen.

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