Despúes de la foto, ¿cómo sigue San Lorenzo?

Algo se quebró, no hay dudas. Y no es la literalidad del peroné izquierdo del pobre Andrés Herrera. La jugada fatídica de la práctica del viernes, en la que Ángel Romero le fue con mucha dureza al juvenil lateral, provocó mucho más que la lesión del pibe.

Los Romero (Óscar en esta no tuvo nada que ver pero los antecedentes lo arrastran al foco del conflicto), que antes eran mirados de reojo en la intimidad del vestuario, ahora directamente son apuntados por prácticamente todos los compañeros. La historia de Instagram que subió Fabricio Coloccini, uno de los capitanes y referentes del grupo, expuso esa situación. Pero la realidad es que puertas adentro es difícil encontrar a alguno con un pensamiento diferente, ya sean experimentados, chicos, titulares o suplentes…

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Quizá uno de los grandes problemas fue que no hay voces oficiales. No habló ningún jugador, ni el técnico, ni un dirigente, mucho menos el presidente, Marcelo Tinelli. Sí, en cambio, se replicaron indirectas, declaraciones del entorno de los protagonistas y la palabra de todos aquéllos que quisieran opinar. Desde históricos como el Gallego González y el Bambino Veira; gente muy cercana a los protagonistas como Rudy Chamorro, uno de los empresarios que maneja a Herrera, el otro hermano y el tío de los Romero y hasta Seba Domínguez, hermano de uno de los ayudantes de Soso.

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¿Alguien apagó el incendio de los últimos días? No, todo lo contrario. Se volcaron litros y litros de nafta sobre la hoguera, que está ahí, ardiendo como todo Boedo, y con varios candidatos caminando por la cornisa, con riesgo real de caer dentro de ella, arrastrados por este lío.

El primer matafuegos que se activó fue con un click. Ya Ángel Romero, el mismo viernes, llamó a Herrera para ofrecerle disculpas y un rato más tarde subió a la cuenta de Twitter que comparte con Óscar un comunicado. El domingo, el paraguayo decidió que iría a visitar a su compañero, un gesto más que necesario en este contexto. Pintaba que el meeting se daría tras la práctica matutina, pero varios medios se hicieron presentes en la puerta de la casa del correntino y el punta decidió no aparecer. Horas más tarde, sin moros en la costa, tocó timbre en el departamento de Caballito. Como siempre, acompañado por su hermano. “Gracias por la visita. Vamos arriba”, tuiteó el futbolista lesionado junto a la foto. Acto seguido, Tinelli realizó su primera expresión pública sobre el tema citando el tuit y poniendo emojis de palmitas junto a un corazón rojo y otro azul.

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Claro que la foto no arregla todo. El tema está candente y por más que se busca bajar los decibeles, la llama tardará en apaciguarse. Es que el lío viene de hace tiempo y no será fácil recomponer la armonía dentro de un vestuario que sigue caldeado. Por ahora, cualquier pequeño problema parece una amenaza de un estallido.

Mariano Soso lo sabe y por eso tiene una gran preocupación. De hecho, no dudó en sancionar al guaraní, que ya lleva dos jornadas entrenándose apartado del grupo. ¿Seguirá así? En principio sí, aunque nadie se anima a confirmar por cuánto tiempo. Ayer Herrera y los Romero sonrieron para la foto. Ahora habrá que ver cómo sigue la interna, si de una vez por todas los paraguayos se acoplarán al grupo, si el resto está dispuesto a darles una nueva oportunidad y si el DT logra un acuerdo o la conciliación obligatoria. Incluso, si los daños colaterales quedarán en el olvido… El fuego podrá apagarse, pero las cenizas siempre queman. De todos dependerá que las llamas no vuelvan a agitarse…