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Coronavirus en Argentina: tras la diferencias por las salidas recreativas, Horacio Rodríguez Larreta vuelve a buscar el OK de Alberto Fernández para flexibilizar la cuarentena

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El funcionario porteño pegó el grito dentro del auto cuando llegó a la zona comercial de Belgrano, sobre la avenida Cabildo: “¡Acá hay más negocios abiertos que cerrados!”. Unos metros más allá se calmó, cuando advirtió que algunos locales -no todos- pertenecían a rubros esenciales y que no había aglomeración en las veredas, en una secuencia ilustrativa del momento del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Bajo presión por el desplome de la actividad económica luego de casi 50 días de aislamiento obligatorio, por estas horas avanza en la evaluación de los pedidos de flexibilización que le llevará a Alberto Fernández, que en algunos casos significará permitir aperturas ya consumadas, y a la vez con cautela por el costo que implicaría una disparada de casos cuando a los geriátricos se sumaron las villas entre los focos que potenciaron las alertas.

Como previa y parte de ese proceso, este miércoles Larreta irá a la Casa Rosada a llevarle un adelanto al ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro. Por manejar un distrito de más de 500 mil habitantes, la Ciudad necesita el OK de Nación para cada apertura.

La relación del jefe de Gobierno porteño con el Presidente entró en otra fase en la etapa actual de la cuarentena. Sin la sintonía de las primeras semanas de irrupción de la pandemia, los contactos frecuentes y las fotos en conjunto, con la ponderación en alza para ambos y los cuestionamientos también en aumento del ala dura de Juntos por el Cambio. El anuncio sin aviso de Fernández sobre las salidas recreativas provocó el quiebre, y ya no hubo encuentros desde aquel día. Hasta este martes, tampoco llamados.

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“Tanta intensidad no es necesario ni sensato, es importante estar alineados pero no somos ministros de Alberto ni tenemos que tomar cafecito todos los días”, diferenció un importante funcionario, y estimó que retomarán el vínculo cara a cara este jueves, lo que en la Casa Rosada consideraron “probable” aunque no lo confirmaron. Para bajarle el tono al distanciamiento en Parque Patricios marcaron que Rodríguez Larreta se reunió con Eduardo De Pedro y Martín Guzmán, y que respaldó la negociación por la deuda: “¿Qué más le podés decir al Presidente? Hay que llevarle temas y ahora se van a juntar porque la nueva fase de la cuarentena es un tema”.

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Al episodio de las salidas recreativas se sumaron los cruces entre Nación y Ciudad por los ocho días sin agua en la Villa 31, con acusaciones entre AySA y el Gobierno porteño, mientras crecía la propagación en ese asentamiento de Retiro y otros de la Capital. El operativo en conjunto de autoridades sanitarias de las dos jurisdicciones para detectar personas con síntomas descomprimió la tensión.

“La cuarentena tal cual está se termina el domingo. Estamos estudiando diferentes temas de apertura siempre dependiendo de cómo siga la curva”, contó uno de los funcionarios porteños involucrado en ese análisis. El vicejefe Diego Santilli adelantó algunos rubros: el llamado take away -retiro en el lugar- para restaurantes y locales de comida, que en muchos casos ya funciona; sectores de la construcción con horarios delimitados para evitar aglomeraciones y algunos comercios, con la mirada el movimiento potencial de cada actividad, las interacciones y el impacto en el transporte público.

Tenemos la montaña adelante, a diferencia de Europa que ya la dejó atrás», usó como figura Fernán Quirós en relación a los casos, para bajar las expectativas de apertura. “Estamos evaluando y en base a la evolución de los contagios vamos a decidir qué tipo de flexibilización proponemos”, indicó Felipe Miguel, jefe de Gabinete.

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Los funcionarios porteños remitieron al dilema de la mayor actividad de hecho, en tanto no consideran viable penalizar locales abiertos aunque tampoco creen que pueda sostenerse mucho tiempo: “Si vamos a clausurar es para quilombo, lo mejor es darle un marco a lo que veamos que no genere impacto en la curva y endurecer los controles sobre otras actividades y con el uso de barbijos”.

En la Ciudad marcaron que la decisión dependerá de Alberto Fernández, en alusión a que la autorización tendrá que formalizarla Santiago Cafiero, aunque descontaron que cargarán con una parte del costo de las medidas: “No hay ninguna posibilidad de que no se asuman en conjunto. También con la provincia”.

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