¿Cómo fue la burbuja exitosa de Banfield?

Los protocolos sanitarios que rigieron al fútbol argentino en el regreso a los entrenamientos no siempre alcanzaron para evitar los contagios de las personas involucradas en los entrenamientos. El aumento de casos en el país también pegó en los planteles, que fundamentalmente en las últimas semanas sintieron los efectos de la pandemia. Aunque hubo otros que lograron surfear mejor el difícil momento, como sucedió con Banfield.

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El Taladro se metió en su burbuja sanitaria desde el martes hasta el sábado y su realización fue un éxito. 65 personas habitaron el predio de Luis Guillón, donde el plantel conducido por Javier Sanguinetti se concentró y laburó en doble turno en dos canchas diferentes. En ese tiempo, nadie externo ingresó al lugar y no se usaron los gimnasios ni los vestuarios. Los jugadores se hospedaron en las 30 habitaciones del complejo de fútbol profesional, la residencia de juveniles y la academia de fútbol internacional. Hubo dos comedores a disposición y las comidas se sirvieron en dos turnos.

Tras el anuncio del final de la burbuja en la que se evitaron los contagios y se pudieron hacer prácticas en doble turno, el Taladro retomará las prácticas el lunes, con todos los cuidados del caso, pero ya fuera de la concentración de la última semana. Serán entrenamientos sólo por la mañana y respetando los protocolos. El plan funcionó y en el Sur lo celebran.