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IDENTIDAD EN COMUNICACION

Carlos Heller: La solidaridad tiene que doler, porque si no es beneficencia

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El diputado Carlos Heller recibe a Clarín en su oficina del noveno piso de la sede del Banco Credicoop en la calle Reconquista, del cual es presidente. Aliado kirchnerista desde su Partido Solidario, volvió a ocupar una banca en diciembre pasado.

Parte de su universo está resumido en los retratos que lo muestran junto a Néstor Kirchner, a Cristina Kirchner cuando la acompañó en la comitiva de un viaje a Cuba en 2014; otra foto con Fidel Castro; otra de una puesta de sol sobre el Monumento al Che Guevara, en el mausoleo que guarda sus restos en la ciudad cubana de Santa Clara.

– ¿Hacia dónde cree que se va con la deuda en cuanto a plazos, quita de capital e intereses?

– No conozco. Lo que está claro, como dijo (el ministro de Economía, Martín) Guzmán, el gobierno anterior hizo un desastre y así no se puede pagar. Esto es «los muertos no pagan». El país necesita un período en el cual precisa esos recursos para crecer, y luego poder pagar. La opción del plazo parece innegociable. Luego viene la quita: en el valor nominal, o en los intereses. Así no se puede afrontar. Y lo ha reconocido el gobierno anterior cuando el 2 de octubre de 2019 decide reperfilar la deuda con el Fondo, la deuda bajo legislación extranjera y la deuda bajo legislación local. Y toma medidas (como el cepo al dólar) en las antípodas ideológicas de promesas del gobierno de Macri. Si las tomaron es porque no podían más, llegaron a una situación límite. El endeudamiento no lo ha generado Alberto Fernández, asume y tiene que resolverlo.

– Todavía no se detuvo la caída de la economía. ¿Dónde se estabiliza, y cuándo se vuelve a crecer?

– En mi opinión, la solución de la deuda es condición previa inevitable. Pero luego la Argentina tienen que ver cómo sale de la indexación, y de la dolarización. Son los dos grandes temas que se vinculan. Hay que resolverlo con otra política que hasta ahora. Hay que meterse en la formación de los precios, tener una política de servicios públicos que, como dice el Presidente, la gente no gana como en Nueva York y no puede haber precios internacionales y salarios locales. Hay que negociar un esquema de costos. Pero cada cosa va a ser una pelea. Es muy difícil la situación. Del otro lado hay contratos, derechos adquiridos que se van a hace valer. 

-¿La carga impositiva no es intolerable?

-¿Quien dice eso?

– Hace bastante se habla de la presión, de lo que hay que trabajar para pagar impuestos.

-Bueno. En Clarín se publicó el dato, que en cuatro años de Macri se fueron 100 mil millones de dólares. Es plata que primero se ganó. Tan mal no les fue a esos empresarios. Cierta capacidad de generar riqueza, este país tiene.

-Pero esta carga impositiva, ¿es sobre esos ricos o sobre jubilados que ganan 25 mil pesos? La oposición dice que las primeras medidas golpean a las clase media.

– Más golpe que el que ellos dieron… es llamativo que ahora defiendan a la clase media. No hay rubro que uno mire, una medida (del macrismo) que algo haya mejorado. Un desastre lo que hicieron. Es lo que estamos tratando de aliviar. Claro que nadie puede decir que ganar 25 mil pesos (de jubilación) es mucho. Esperemos a ver. Es que hasta no tener resuelto el problema de la deuda, no hay recursos para afectar. Los intereses son fenomenales. Entretanto se han tomado medidas. Para las Pymes, la ANSeS…

– ¿Los problemas todos empezaron con Macri? No estaba estancado el país al menos desde 2011?

– Nahh, mirá [muestra planillas] El prospecto de emisión del bono a 100 años. Año 2015: Déficit fiscal primario, 1,8%, y el total, 3,9%. Tasa de desempleo: 5,9. Tasa de crecimiento interanual, 2,6. Digo, por ahí los engañaron a los bonistas, entonces me fui a buscar, datos de la SEC (la CNV de EE.UU.), y son los mismos datos! ¡De 2015 compañero, dicho por el gobierno de Macri! Todo empeoró de una manera exponencial. Y nadie dice que estaba todo bien. Comparás con datos de 2019 y tenés la medida de cuánto se deterioró el país.

– Si se arregla el tema de la deuda, no se va a tomar nueva, ¿no? ¿Volvemos a «vivir con lo nuestro» como decía Aldo Ferrer?

– La Argentina ha sido un país exportador de capitales. Si la riqueza queda en el país… El punto de partida es 40 y pico de capacidad ociosa instalada. La Argentina tiene instalada su capacidad de potencial parada. Si mejora el consumo, si distribuís entre sectores, consumen. Hay que empezar a construir un círculo virtuoso.

– ¿Cree que hay que dejar de lado la cláusula gatillo en las paritarias?

– Hablo por mí, no por el Gobierno. En esta etapa, hay que desindexar. La cláusula gatillo es protectiva, los gremios la consiguieron en una etapa que se buscaba bajar salarios reales. En esta etapa habrá que trabajar con los aumentos entre los que ganan menos. Pero el resto hacer un aporte solidario. La solidaridad es una palabra cara a los cooperativistas. Nuestro maestro Floreal Gorini decía que la solidaridad tiene que doler, porque si no es beneficencia.

– Pienso en Sergio Palazzo, titular La Bancaria, que también es parte del Frente de Todos. ¿Va a estar de acuerdo con bajar la cláusula gatillo?

– La pregunta es a Palazzo, no a mí… pero yo he escuchado a la dirigencia gremial, que entiende la gravedad de la etapa. Hay preguntas que se van a responder con más facilidad cuando se resuelva el tema de la deuda. El esqueleto del proyecto en marcha es reactivar el mercado interno. hay que terminar con las tasas locas, pero eso no se resuelve por decreto. No te paso un aviso, pero el Credicoop sale con créditos de 29% a 37%.

– ¿Y los créditos UVA?

-Es grave. Yo dije que iban a terminar en un desastre. No había que estudiar en Harvard para darse cuenta, era un tema de sentido común. El Banco Central debe arbitrar una solución de esfuerzo compartido, según se estableció en la ley de Emergencia.

– ¿Tiene un país, un modelo de sociedad que le guste?

– Hoy es difícil pensar otra cosa que un capitalismo con regulaciones, que ponga límites y genere condiciones para que se redistribuya.

– ¿Usted fue parte del Partido Comunista?

-No. Mi familia sí.

– ¿Y cómo fue su vínculo?

– Tuve relación con Patricio Echegaray (fallecido líder comunista) y muchas coincidencias. Pero yo tuve un enganche intenso con el movimiento cooperativo. Una militancia social.

Heller cumplió 79 años en octubre. Se levanta a las 6.30 cada día, lee prácticamente todos los diarios en papel, mientras desayuna. Luego responde los llamados de las radios. Después al Banco, y ahora a Diputados también. «Casi todos los días terminó 12 y media o una de la mañana, casi todas cenas de trabajo», relata. Ya tuvo vacaciones: desde 2001 pasa siempre la primera quincena de enero en La Posada del Qenti, el resort medicinal cercano a Villa Carlos Paz. Allí hace dieta, descansa, recarga las baterías.

Fue vicepresidente de Boca antes de la «era Macri». Sigue yendo a la Bombonera con hijos y nietos.

– Boca es su otra gran pasión además de la política. Estuvo enfrentado a Macri.

-El Boca que asumimos tenía la cancha clausurada, por riesgo de caerse. No había bienes que no estuvieran embargados. Lo reconstruimos. Para Macri fue fácil arrancar.

– ¿No hizo buena gestión, Macri?

– No (categórico).

– Para terminar. Cuénteme dos momentos en su vida. ¿Como vivió la derrota con River por la Libertadores, en Madrid?

– Putié!

-¿Y cuando River perdió la final con Flamengo?

– Una alegría bárbara. Lo ví solo, en casa. En la cama tirado en el dormitorio. Cuando empató Flamengo lo grité. El segundo ya no grité,  ¡vivo en un edificio! Acá y en cualquier país pasa lo mismo. Vas a España y si Barcelona juega la final de la Champions, el Real Madrid quiere que pierda. Es así.

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