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Bancarización y tarjetofobia | Ir al banco, cuestió…

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El 4 por ciento de los jubilados y pensionados no está bancarizado, es decir, un universo de 300 mil personas no tiene cuenta bancaria y por ende cobra sus haberes por la ventanilla de los bancos. Sin embargo, el 96 por ciento que se encuentra bancarizado no significa que tenga tarjeta de débito y puede retirar el haber por cajeros automáticos. El defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, indicó a este diario que al menos un millón de jubilados y titulares de pensiones no contributivas se encuentran bancarizados pero no usan la tarjeta de débito para el cobro de haberes, ya sea porque no tienen el plástico o porque no saben utilizarlo. “Algunos no la tienen ya sea por un tema cultural, y otros porque no cuentan con posnet en los negocios para poder usarla y necesitan el efectivo para hacer sus compras”, indicó Semino.

“La estimación histórica de falta de bancarización varía entre el 5 y el 6 por ciento”, explicó a PáginaI12 Miguel Fernández Pastor, especialista en seguridad social. Las cifras de uso de tarjeta de débito varían según cada banco. En el Banco Nación reciben sus jubilaciones y pensiones 2 millones de personas, de las cuáles sólo 13 mil (menos del uno por ciento) no cuentan con tarjeta de débito. Sin embargo, 300 mil que sí cuentan con el plástico en los últimos tres meses no las utilizaron y cobraron por ventanilla. Es el 17 por ciento del total de los que cobran en el Nación. En tanto, en el Banco Ciudad el 99 por ciento de los 125 mil jubilados que perciben allí sus haberes, tienen tarjeta. Los cinco principales bancos donde se realizan los pagos son el Nación, el Supervielle, el Macro, el Provincia y el Piano, que concentran el 52 por ciento de los pagos.

Hay pocos datos oficiales sobre la bancarización en adultos mayores, dado que los informes del Ministerio de Economía o del Banco Central no suelen estar segmentados por grupos de edad. El año pasado, el gobierno publicó un informe de educación financiera con datos sobre las formas de uso del dinero en la cuenta. De las personas de 50 años o más que cobran mediante un depósito en su cuenta, sólo el 23 por ciento utiliza ese dinero para hacer pagos con tarjeta o transferencias. El porcentaje es menor que en la franja de 30 a 49 años, donde asciende al 25 por ciento. En tanto, el 18 por ciento lo extrae sólo de una vez en el mes. Quienes contestaron que extraen sus ingresos de una sóla vez, el 76 por ciento dijo que lo hace porque prefiere utilizar el efectivo para los gastos. Pese a que el posnet es obligatorio en todos los comercios, no suele estar presentes en los de proximidad. “En Argentina existe un elevado número de medios de pago electrónicos, sin embargo sigue siendo aún elevada la participación del efectivo en la disponibilidad monetaria y el PBI”, establece el informe.

Antes de proceder a la apertura de los bancos, las entidades financieras intentaron de distintas formas fomentar la digitalización. Promovieron el uso del home banking, para que los jubilados pudieran hacer pagos online sin tener que salir de sus casas o realizar transferencias bancarias a algún familiar que pudiera ir al cajero a cobrar por ellos. Sin embargo, quienes se sumergieron en esta nueva modalidad notaron una contradicción: para activar el home banking se necesita una clave numérica, llamada “token”, que para habilitarla hay que acercarse a un cajero o a una sucursal física.

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