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Alarma entre los intendentes de Juntos por el Cambio por la inseguridad que viene: el «encanto» con Sergio Berni y las variables de riesgo

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Los intendentes de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires comenzaron a seguir con preocupación el resurgimiento de la inseguridad y alertan que la combinación de una serie de elementos podría agravar esa problemática en el escenario post cuarentena, que ya se presume complejo por el drama económico y social.

Aunque cada distrito tiene su particularidad, la mirada unánime es que el delito se reinstalará y volverá a convertirse en una prioridad de gestión. Y frente a ese panorama, advierten sobre los innecesarios obstáculos adicionales que tendrían que tener que afrontar por el recalentamiento de la interna entre el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y su par en el gobierno nacional, Sabina Frederic.

La ex gobernadora María Eugenia Vidal monitorea de cerca y diariamente los diagnósticos en cada comuna y las interacciones con Berni, a quien los jefes comunales elogian por su decisión de coordinar esfuerzos y su rápida capacidad de reacción.

Es que el ministro de Seguridad del gobernador Axel Kicillof se ocupó de construir contactos directos con los intendentes de Juntos por el Cambio, apenas se puso en funciones el 12 de diciembre pasado.

Berni coronó esas gestiones con una gran cumbre que encabezó el 30 de enero en Vicente López, el distrito que conduce Jorge Macri. Allí presentó formalmente su plan para comenzar a rediseñar el esquema de seguridad, fundamentalmente a partir de unificar la conducción de las fuerzas que conviven en los municipios.

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El plan recibió el beneplácito de los mandatarios que integran la coalición opositora y Berni recurrió a una frase que facilitó el acercamiento: “La seguridad no tiene ideologías».

Además de Jorge Macri, participaron del aquel cónclave los jefes comunales de Lanús, Néstor Grindetti; de La Plata, Julio Garro; de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro; de Dolores, Camilo Etchevarren; de Olavarría, Ezequiel Galli; de Campana, Sebastián Abela; de Junín, Pablo Petrecca; y de San Isidro, Gustavo Posse.

Sergio Berni con los intendentes de Juntos por el Cambio.

Sergio Berni con los intendentes de Juntos por el Cambio.

Ese vínculo aún está vigente a pesar de los acontecimientos polémicos que se produjeron, sin interrupción, desde  entonces, y que además de los cruces entre Berni y Frederic, incluyeron las excarcelaciones que se materializaron apenas se instaló la pandemia del coronavirus.

La relación tampoco pareció verse afectada por el alineamiento político de Berni, que sí molestó cerca de Alberto Fernández. «En nuestro espacio político, la única que conduce es Cristina Kirchner«, sentenció el funcionario bonaerense.

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¿Y por qué los intendentes de Juntos por el Cambio elogian la gestión de Berni? Justamente porque son ellos los que están más cerca del ánimo social y de las necesidades, dos variables que se recalentaron durante la extensa cuarentena contra el coronavirus, y porque en ese terreno reina el pragmatismo.

«Prefiero tener un ministro que me solucione los quilombos que tengo en el territorio y que después haga lo que quiera en la política. Yo necesito a alguien que tenga el celular, que me atienda y que me de respuesta. Al momento de gobernar, son todas urgencias», resumió un mandatario comunal de Juntos por el Cambio consultado por Clarín. 

La buena sintonía favoreció la puesta en marcha de las reformas y los intendentes de Juntos por el Cambio destacan los primeros resultados del plan.

«Es una buena idea lograr este nuevo modelo de trabajo con un jefe de estación departamental y lograr la coordinación entre el Ministerio de Seguridad, las policías y las municipalidades. Eso está muy bien porque el municipio tiene la visión territorial e interpreta a los vecinos, la Provincia tiene los recursos jurídicos, legales y técnicos, y nos ponemos a trabajar con la mirada municipal por ser intérpretes de la comunidad», indicó Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero. 

Pero no todos son elogios los de Valenzuela, quien se quejó por la decisión del gobierno provincial de retirar «de manera inconsulta» un grupo de patrulleros. «Eran los más nuevos y se hizo en el marco de una reorganización de móviles que hizo la provincia en base a un análisis de la cantidad de móviles por la cantidad de personal. Trabajamos bien con el ministro pero una cosa no quita a la otra«, lamentó.

“Berni nos dio la posibilidad de tener injerencia, participación y responsabilidad. Empezamos con un trabajo mucho más seguido de cerca, sabiendo dónde está la policía, coordinándola, trabajando de manera muy planificada”, coincidió el intendente de La Plata, Julio Garro.  

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En Lanús también subrayan el trabajo conjunto con el ministro. «Tenemos buena relación con Berni y nos gusta la reforma que impulsa, Somos uno de los cinco municipios que la pusieron en marcha. Encontramos un equipo con mucha predisposición para trabajar», dijo Diego Kravetz, Jefe de Gabinete y responsable del área de Seguridad de ese municipio del sur del Conurbano bonaerense.

La inseguridad post cuarentena

La situación de la inseguridad se va a agravar tras la cuarentena que el Gobierno nacional implementó contra el coronavirus. Ese es el pronóstico que comparten casi todos los intendentes del Conurbano bonaerense, y no solamente los del Juntos por el Cambio, sino también los que integran las filas del oficialismo, aunque estos últimos apelen al silencio para evitar conflictos políticos.

Pero para los jefes comunales de la oposición el reclamo no responde a una posición partidaria, sino a una cuestión institucional porque, recuerdan, el delito forma parte de las mayores preocupaciones de los bonaerenses. 

Néstor Grindetti y Sergio Berni en el operativo en Lanús

Néstor Grindetti y Sergio Berni en el operativo en Lanús

«Siempre a mayor crisis económica, mayor conflictividad, mayor violencia. Claramente hay una asociación y creo que es lo que estamos empezando a ver», dijo Valenzuela, quien remarcó que ante ese panorama es crítico que la Nación y el gobierno bonaerense puedan coordinar su accionar en materia de seguridad.

Garro también vaticinó ese escenario y lo vinculó con «la pandemia económica y social» que demandará «muchísima contención por parte del Estado» y gestiones para promover la creación de empleo. 

«Claramente habrá una situación compleja porque esto va a ser como con las inundaciones, cuando se va el agua y deja un desastre. Me parece que el tejido social va a estar muy resentido y ahí habrá que poner el cuerpo, el Estado y ver cómo asistirnos con la Provincia y con la Nación», completó el mandatario de la capital bonaerense.

Y Garro también expuso su preocupación por los cruces entre Berni y Frederic: «Que un ministro nacional y uno bonaerense tengan distintas planificaciones, distintas metodologías para laburar creo que no es bueno, no es bueno para nadie«. 

Kravetz compartió el diagnóstico sobre las dificultades que se instalarán en el corto plazo, aunque se diferenció al señalar que el salto en la inseguridad no estará relacionado con la crisis económica.

Para el ladero del intendente Grindetti, la clave radica en las señales que se envían desde el Poder Judicial y desde el Gobierno. Al respecto, mencionó que existen una serie de elementos que, combinados, podrían tener consecuencias dramáticas. 

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“Nosotros vemos que va a haber muchísimos delitos, no tenemos dudas. Más allá de lo que hagamos, habrá dos o tres cosas que harán que el sistema entre en una fórmula explosiva: la primera es la Justicia, porque si tiene señales de permeabilidad y entre el derecho a la víctima y el derecho al no hacinamiento del preso está en función del no hacinamiento del preso, eso no hay con qué darle», explicó.

Luego, señaló que «el segundo problema es la orientación políticas de las fuerzas de seguridad, porque si no se animan a intervenir porque están más expuestas a ser acusadas de abusos policiales, vas a tener una fuerza que se retraiga y cuando la fuerza se retrae el delito se da muchísimo más fácilmente».

«Y el tercer problema es el que tenés con el propio discurso político del momento. Hay como cierta liberalidad en las situaciones, se dejan pasar cosas. Dicho de otra forma, cuando el gobernador de la provincia de lo único que de la seguridad tiene que ver con el hacinamiento de presos, todo eso genera para los sectores que se dedican al delito cierta sensación de que pueden avanzar un poco más tranquilos”, alertó.

Así las cosas, todos los diagnósticos permiten vislumbrar que la inseguridad también copará la agenda de la nueva normalidad en el territorio bonaerense y que se transformará en uno de los grandes desafíos post cuarentena, sobre todo, si Alberto Fernández y Axel Kicillof no logran que sus equipos trabajen de manera mancomunada.

PJB

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