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Puede que sea “el técnico más apetecible para el fútbol mundial”, como lo definió su amigo Andrés Calamaro. Pero, ¿qué sabe Europa del Marcelo Gallardo deté? ¿Sabe a qué sabe? Posicionado hace 74 semanas en el top 5 del ranking internacional de técnicos, apareciendo cada vez con mayor frecuencia entre los candidatos a dirigir equipos de la UEFA (lo mencionaron como alternativa en el Valencia; actualmente integra una lista de candidatos para el Benfica) y habiendo recibido elogios de grandes exponentes -y colegas- como Pep Guardiola o Diego Simeone, podría entonces justificarse ese argumento de café que sostiene que el DT de River -si quiere- podría elegir entre sentarse en el banco del Barcelona, del Real Madrid o del PSG.
Pero no. La percepción es, en cualquier caso, exagerada: para aterrizar en un club ABC1 de España, Italia, Inglaterra, Alemania o Francia, Napoleón deberá retroceder a fase 1. Es decir, volver a ser sólo Gallardo. Y a partir de ahí, demostrar sin saltar de a dos los escalones.
Europa debe conocer a Gallardo. Verlo exitoso allí sin prestarle tanta atención a lo que hizo acá: lo que pasa en Sudamérica, queda en Sudamérica. Lo aprendieron con el ejemplo. En ese contexto, en Italia no empatizan demasiado con apuestas de jerarquía argentinas: Carlos Bianchi no logró ser multicampeón en Roma como sí pudo serlo en Vélez; Daniel Passarella pasó inadvertido como entrenador del Parma. Sólo Lazio pretendió fichar entrenadores argentinos (lo intentó con Marcelo Bielsa, también con Jorge Sampaoli). Y apenas se destacan los registros de Diego Simeone (Catania, un 44% de efectividad en 18 PD en 2011) y Roberto Sensini (8 PD en Udinese en la 2005/06; 62,5%). Estos dos últimos casos, en clubes de segunda o tercera línea. Ese escenario, ¿resultaría tentador para Gallardo? ¿Lo dejaría satisfecho?
España tiene una ligazón un poco más cercana con el fútbol argentino: se comparte incluso el idioma futbolístico. Por tradición, su Liga mira mucho a la nuestra. Aunque, otra vez, aplica el teorema de la escalera: sería inverosímil creer que a Gallardo se le abrirán fácilmente las puertas de uno de los dos gigantes de la LFP como ocurrió con Gerardo Martino y su llegada al Barcelona. A excepción, claro, de que reciba la bendición de algún referente que le permita sortear sin cuestionamientos ciertos filtros. Y aunque no son pocos los que ubican al Sevilla como una seductora plataforma de lanzamiento, resulta complicado suponer que un club cuya aspiración sea pelear la Champions contrate a un entrenador sin experiencia en esa clase de competencias. Incluso ese escenario se replica en Francia, adonde Gallardo jugó y le guardan muchísimo respeto. Aunque Luis Ferrer, el argentino que integra la Secretaría Técnica del PSG, haya admitido hace unos días que el Muñeco podía entrar en los planes del club, la realidad es que una eventual contratación debería contar con el aval de los inversores qataríes, mucho más afines a apellidos ilustres (antes de Thomas Tuchel contrataron a Unai Emery y Carlo Ancelotti) que a apuestas sin cartel local. Lo mismo ocurre en instituciones respaldadas por grandes fondos como el Manchester City.
En ese contexto, Gallardo podría ser asociado a clubes con un vínculo afectivo fuerte (Monaco lo agendó) o que aspiren a relanzarse (Lyon), o de primera línea de ligas sin tanta exposición como la portuguesa (ahí, Benfica). Aunque vuelve a aparecer, por enésima vez, la ambición del Muñeco. ¿Le tiraría ir a dirigir a un club de segunda línea española o francesa y, de algún modo, resetear su carrera? Sólo así podría demostrarle al mundo que no sólo es de aquí, sino que es de Gallá…
OPINA – Moisés Llorens (España. Corresponsal ESPN)
Aquí en España a Gallardo se lo ve como un técnico de elite, como un entrenador que con la materia prima justa ha hecho de River un equipo campeón y temible. Por lo que cuentan, es un tipo que sabe manejar muy bien al vestuario, tener mano dura y tratar a los jugadores, que eso evidentemente es clave. Y algo central para poder dar el salto, maneja bien varios sistemas de juego y tiene bien clara su filosofía. Futbolísticamente, de hecho, parece más atractivo que el Cholo Simeone. Y al haber jugado durante tantos años en Europa, sabe cómo es el fútbol de aquí, cómo se maneja y quién lo maneja. Por su estilo de juego podría encajar tanto en Francia como en España y me animo a decir que hasta en Inglaterra. A lo mejor, Francia sería una buena puerta de entrada. Durante mucho tiempo se le colocó de manera errónea en el Barcelona y no sé si podría encajar ahora en España, más allá de lo que se dijo del Valencia, aunque en un futuro podría ser una opción.
OPINA – Carlo Landoni (Italia. Mediaset)
En Italia siempre existe la excepción que confirma a la regla y que llegara Gallardo sería esa excepción. Porque si miramos lo que hicieron los entrenadores argentinos en los últimos años en nuestro país, hay que decir que no tuvieron éxito: Bianchi en la Roma, Menotti en la Sampdoria, Passarella en el Parma, Cúper en el Inter, Barros Schelotto en el Palermo y Crespo en el Mónaco, por citar algunos, fueron despedidos. Hay que remontarse a los tiempos de Herrera, Carniglia o Cesarini para ver entrenadores argentinos triunfando aquí. El nuestro es un fútbol muy táctico, especulativo y físico. Tal vez por eso el nombre de Gallardo nunca se asoció a un club italiano. Por su estilo de juego ofensivo, al Muñeco lo veo más adecuado para la liga española que para la italiana. Y un detalle no menor: acá se recuerda el partido del Mundial de Clubes contra el Barcelona, en el cual también perdió en términos de táctica. Y la táctica en Italia, está dicho, es uno de los aspectos más relevantes: la Serie A es muy, muy, difícil.
OPINA – Florent Torchut (Francia. L’Equipe y France Football)
A Gallardo en Francia se lo reconoce como el talento del Mónaco más representativo de los últimos 30 años. Como técnico, la gente sabe que es un ganador, que -con el permiso de Simeone– es el mejor entrenador argentino en actividad y que tiene un gran potencial a futuro, pero se lo sigue muy a la distancia. Aquí se lo menciona seguido como posible candidato a dirigir al Lyon o al Mónaco: su nombre está asociado a esos dos clubes. De hecho, previo a contratar a Sylvinho (mayo del 2019), el Lyon estuvo interesado en él y el Mónaco lo sondeó antes de que asumiera Leonardo Jardim en enero de ese año. No fueron los únicos interesados, aunque como todavía no dirigió en Europa existe ese “miedo” a contratarlo. En síntesis, no hubo ningún club que haya logrado convencerlo y tampoco se han decidido a ir a fondo por él. ¿El PSG? Si bien Gallardo jugó en el club parisino, no creo que se arriesgue a contratarlo por su inexperiencia en Europa.
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