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A 30 años de un récord increíble en los Mundiales

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Aunque apenas disputó 28 minutos en Italia 1990, a Lee Tae-Ho le alcanzó ese tiempo para entrar en la historia de los mundiales. De hecho, en el preciso momento en el que ingresó al campo de juego del Stadio Marcantonio Bentegodi de Verona ya había escrito su nombre en el libro de récords de las Copas del Mundo. El resto fue una yapa, un premio para una increíble historia de superación…

El 12 de junio de 1990, hace exactamente 30 años, se enfrentaron Bélgica y Corea del Sur por el primer partido del grupo E de esa Copa. Iban 17 minutos del segundo tiempo, con los europeos arriba 1-0 gracias a un gol de Marc Degryse en el arranque del complemento, cuando Lee Hoe-Taik, el DT de los asiáticos, decidió mandar a la cancha a Lee Tae-Ho, un 9 que jugaba con la camiseta N° 6, para intentar empatar el partido.

Toda la carrera del Gerd Müller de Corea fue en su país.

Toda la carrera del Gerd Müller de Corea fue en su país.

La movida no resultó: a la jugada siguiente, Michel De Wolf puso el 2-0 final y la estrategia se fue al tacho. Sin embargo ese cambio entró en la historia porque Lee se convirtió en el primer (y único, hasta ahora) jugador con un ojo menos en disputar un partido de una Copa del Mundo. El coreano había sufrido un grave accidente en una cancha hacía apenas tres años, lo que provocó que le tuvieran que sacar un globo ocular y ponerle un ojo de vidrio…

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“Al fútbol se juega con la cabeza y con la mente, no con los ojos”, dijo Lee hace unos años, entrevistado por la Universidad de Corea (donde se formó), cuando le consultaron por su insólito récord. Este ex delantero de 172 centímetros al que en su país le elogiaban su capacidad para gambetear y su fuerte pegada, forjó desde muy chico una fortaleza mental envidiable y una capacidad increíble de reponerse a los duros golpes que a veces da la vida.

Corea del Sur perdió los tres partidos en Italia 90: fueron ante Bélgica, España y Uruguay.

Corea del Sur perdió los tres partidos en Italia 90: fueron ante Bélgica, España y Uruguay.

Sí, porque en octubre de 1976, cuando tenía 15 años, falleció su padre debido a una cirrosis y su madre murió apenas 50 días después. Tae-Ho cayó en una profunda depresión: “Lloraba todos los días, no comía, me quedaba despierto toda la noche…”. Sin embargo, el fútbol fue lo que lo rescató: asistió a la universidad, pasó por las selecciones Juveniles y, luego, debutó como profesional en el Daewoo Royals, de la Primera de Corea del Sur, en el 83. Jugó ahí hasta el 92, cuando colgó los botines. Sí, dos años después de Italia 90.

Como desde purrete se destacó, fue convocado para representar a su país Mundial Sub 20 del 79 y hasta hizo un gol en esa Copa (a Canadá, para ganar 1-0) que terminaron levantando Maradona y Ramón Díaz en Japón. Al Gerd Müller de Corea, como lo apodaban por los cañonazos que sacaba, también lo llamaron para ir a México 86 pero vio todos los partidos desde banco de suplentes: fue un testigo de lujo de cómo sus compañeros molieron a patadas a Diego aquel 17 de junio en el Estadio Olímpico 68.

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Y menos de un año después, el 4 de abril del 87, llegó el momento más trágico de su carrera: en un partido contra Pohang Steelers fue a disputar una pelota con el defensor Nam Ki-Young, él fue con la cabeza y el rival, con el pie. Fue así como ligó un terrible puntinazo en el ojo derecho. Lee quedó tendido en el césped y al ver la gravedad del golpe fue llevado en una ambulancia hasta el hospital de la Universidad de Yeungnam. Pero como la intervención que debían hacerle era muy delicada, fue trasladado a Busan, donde intentaron salvarle el ojo. Luego de dos meses con una venda llegó otro golpe: había quedado ciego de ese ojo y como aún seguía muy hinchado, debieron quitarle el globo ocular.

Además del 90, estuvo convocado en México 86.

Además del 90, estuvo convocado en México 86.

Cuando todos los decían que su carrera estaba terminada, Tae-ho se propuso volver a las canchas. A lo Rocky, no paró de entrenar. Y finalmente logró adaptarse a tener que ver con sólo un ojo: según contó, fueron largas jornadas de prácticas sin parar hasta que “aprendió” a jugar al fútbol de nuevo. ¡Y lo hizo rapidísimo como Stallone en las pelis! Tres meses después de que salió del hospital volvió a jugar y su regreso fue a lo grande: hizo tres goles ante el Seoul FC, en un 4-1 de su equipo, que terminaría siendo campeón ese año. Y como la siguió metiendo se ganó la convocatoria a Italia 90, donde entró en la historia.

En la actualidad es entrenador de una universidad de Corea.

En la actualidad es entrenador de una universidad de Corea.

Tras su retiro en 1992, Lee, que en total hizo 27 goles en 72 partidos disputados con la selección de Corea del Sur, siguió su carrera como entrenador (lo más destacado de su paso por los bancos de suplentes fue su breve ciclo a cargo de la selección de Taiwán en 2011) y volvió a ser noticia en 1998: lo arrestaron por recibir dinero para poner a un pibe en la secundaria a la que dirigía. Fue sentenciado a dos años de libertad condicional y tuvo que pagar una multa de 1.600 dólares. Actualmente sigue formando juveniles: es técnico del equipo de la Universidad Gangdong, a donde asisten más de 4.000 estudiantes.

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