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101 años del nacimiento de Eva Perón: las mejores frases que dejó la líder política

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Originaria de Los Toldos, un pueblo cercano a Junín, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, Eva María Duarte llegó a la Capital Federal con aspiraciones de iniciar una carrera artística y dejó este mundo, como poco más de tres décadas vividas, como la abanderada de los humildes desde el lugar que ocupó al lado de Juan Domingo Perón, su esposo y mentor, en el tiempo que compartió con el entonces presidente de la Nación. Y como Eva Perón, la líder política de quien se cumplen 101 años de su nacimiento, dejó un mensaje primordialmente combativo, el que se ve reflejado en sus mejores frases.

Eva Perón nació el 7 de mayo de 1919 y falleció el 26 de julio de 1952, con sólo 33 años. Conoció al entonces coronel Perón en 1944, cuando éste era secretario de Trabajo y Previsión en la presidencia del militar Edelmiro Farrell.

Juan Domingo Perón y Eva se casaron el 22 de octubre de 1945, cinco días después de la multitudinaria manifestación que forzó la liberación del referente popular en la jornada que se conmemora como el Día de la Lealtad. Y fue un puntal en la campaña electoral que, en 1946, dio origen al primer gobierno peronista.

El matrimonio Perón, de gala. Se casaron en 1945. (AP)

El matrimonio Perón, de gala. Se casaron en 1945. (AP)

En la bitácora del pensamiento de Evita abundan las frases relacionadas con la lucha, el empoderamiento del pueblo, la resistencia a la oligarquía, la reivindicación de las conquistas sociales que le atribuyeron históricamente al peronismo, la importancia del rol de la mujer y esa relación tan cercana que tenía con los más necesitados, los “descamisados” o los “grasitas”, como ella llamaba cariñosamente a los más humildes.

Muchas de esas de citas fueron acuñadas en discursos y en el libro autobiográfico “La razón de mi vida”, que fuera publicado en octubre de 1951, cuando Eva ya estaba enferma del cáncer que poco a poco fue apagando su vida. Esa obra apareció incluso después del renunciamiento histórico, del 31 de agosto de ese mismo año, cuando en el balcón de la Casa Rosada expuso ante una multitud su decisión de abandonar la vicepresidencia de la Nación.

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“Estoy segura que el Pueblo Argentino y el Movimiento Peronista que me lleva en su corazón, que me quiere y que me comprende, acepta mi decisión porque es irrevocable y nace de mi corazón. Por eso ella es inquebrantable, indeclinable y por eso me siento inmensamente feliz y a todos les dejo mi corazón”, expresó en el cierre de su alocución, ya visiblemente desmejorada, antes de abrazarse con Perón y romper en llanto.

Las mejores frases de Eva Perón

“Donde existe una necesidad nace un derecho”.

“Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar”.

“Nadie sino el pueblo me llama Evita”.

“Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi patria”.

Una de las imágenes icónicas de Evita. (Gentileza: Museo Evita)

Una de las imágenes icónicas de Evita. (Gentileza: Museo Evita)

“Ahora si me preguntasen qué prefiero, mi respuesta no tardaría en salir de mí: me gusta más mi nombre de pueblo. Cuando un pibe me nombra Evita me siento madre de todos los pibes y de todos los débiles y humildes de mi tierra. Cuando un obrero me llama Evita me siento con gusto compañera de todos los hombres”.

Evita, quería ser, cuando me decidí a luchar codo a codo con los trabajadores y puse mi corazón al servicio de los pobres, llevando siempre como única bandera el nombre del general Perón a todas partes. Si con ese esfuerzo mío conquisté el corazón de los obreros y de los humildes de mi Patria, eso es ya una recompensa extraordinaria que me obliga a seguir con mis trabajos y con mis luchas”.

“Prefiero ser Evita, antes de ser la esposa del Presidente, si ese Evita es dicho para calmar algún dolor en algún hogar de mi patria”.

“Nada hay en mi destino de extraordinario y menos de juego de azar. No puedo decir qué creo lógico y razonable de todo cuanto me ha sucedido, pero no sería leal y sincera si no dijese que todo me parece por lo menos natural”.

“Nadie sino el pueblo me llama Evita. Solamente aprendieron a llamarme así los descamisados”.

“Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar”.

Eva Perón rodeada de un grupo de chicos que recibe bicicletas de regalo.

Eva Perón rodeada de un grupo de chicos que recibe bicicletas de regalo.

“El mundo será de los pueblos si los pueblos decidimos enardecernos en el fuego sagrado del fanatismo”.

“La patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia. Las fuerzas armadas sirven a la patria sirviendo al pueblo”.

“Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo. Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”.

“Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas”.

“Yo no quiero otro honor que no sea cariño. Aceptar ora cosa sería romper la línea de conducta que el impuse a mi corazón y darles la razón a los que no creyeron en la sinceridad de mis palabras. y que ya no podrán decir jamás que todos lo hice guiada por mezquinas y egoístas ambiciones personales”.

“Solamente los fanáticos no se entregan. Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque quieran”.

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“El fanatismo es la única fuerza que Dios le dejó al corazón para ganar sus batallas. Es la gran fuerza de los pueblos: la única que no poseen sus enemigos, porque ellos han suprimido del mundo todo lo que suene a corazón”.

“¡Sólo basta que los pueblos nos decidamos a ser dueños de nuestros propios destinos! Todo lo demás es cuestión de enfrentar al destino”.

“Con las cenizas de los traidores construiremos la Patria de los humildes”.

La líder en su despacho atendiendo asuntos de la Fundación Eva Perón. (EFE)

La líder en su despacho atendiendo asuntos de la Fundación Eva Perón. (EFE)

“Debo confesar que si todos los problemas de injusticia social y de dolor despiertan en mí la rebeldía y la voluntad de hacer justicia, el problema de la niñez es, por excelencia, el de mi mayor atención y máximo cariño. El dolor de los niños no lo justifico en ningún sentido”.

“La limosna, dada para satisfacción de quien la otorga, deprime y aletarga. La ayuda social, honestamente practicada, tiene virtudes curativas. La limosna prolonga la enfermedad”.

“Más abominable aún que los imperialistas son los hombres de las oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas la felicidad de sus pueblos”.

“Lo único que los mueve es la envidia. No hay que tenerles miedo: la envidia de los sapos nunca pudo tapar el canto de los ruiseñores”.

“Me tienen sin cuidado los odios y las alabanzas de los hombres que pertenecen a la raza de los explotadores. Quiero rebelar a los pueblos. Quiero incendiarlos con el fuego de mi corazón”.

“Yo le pido a Dios que no permita a esos insectos levantar la mano contra Perón, porque ¡guay de ese día! Ese día, mi general, yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la patria, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista”.

“¡Bendita sea la lucha a que nos obligó la incomprensión y la mentira de los enemigos de la Patria! ¡Benditos sean los obstáculos con que quisieron cerrarnos el camino, los dirigentes de esa falsa democracia de los privilegios oligárquicos y la negación nacional!”.

“Nunca la oligarquía fue hostil con nadie que pudiera serle útil”.

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“Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país”.

“No sé en dónde he leído alguna vez que en este mundo nuestro, el gran ausente es el amor. Yo, aunque sea un poco de plagio, diré más bien que el mundo actual padece de una gran ausencia: la de la mujer. Todo, absolutamente todo en este mundo contemporáneo, ha sido hecho según la medida del hombre”.

“He recorrido los viejos países de Europa, algunos devastados por la guerra. Allí, en contacto directo con el pueblo, he aprendido una lección más en la vida. La lección ejemplarizadora de la mujer abnegada y de trabajo, que lucha junto al hombre por la recuperación y por la paz. Mujeres que suman el aporte de su voluntad, de su capacidad y de su tesón. Mujeres que forjaron armas para sus hermanos, que combatieron al lado de ellos, niveladas en el valor y el heroísmo”.

Eva Perón saluda desde la escalerilla del avión al arribar al aeropuerto Ciampino de Roma. (AP)

Eva Perón saluda desde la escalerilla del avión al arribar al aeropuerto Ciampino de Roma. (AP)

“Tenemos, hermanas mías, una alta misión que cumplir en los años que se avecinan. Luchar por la paz. Pero la lucha por la paz es también una guerra. Una guerra declarada y sin cuartel contra los privilegios de los parásitos que pretenden volver a negociar nuestro patrimonio de argentinos”.

“Si este pueblo me pidiese la vida, se la daría cantando, porque la felicidad de un solo descamisado vale más que toda mi vida”.

“La historia, con su juicio inexorable, nos encontrará al fin del camino y nos dará la razón; y esos rezagados del despertar nacional no tendrán más que una excusa: su mediocridad, su mezquindad de espíritu y su traición a la clase humilde de la patria”.

“La fiesta de los trabajadores argentinos se basa en la felicidad de los humildes que, nobles y bien nacidos, vienen a rendir homenaje al líder de todos los trabajadores del mundo”.

En la imagen, Eva Perón da el puntapié inicial en un partido de fútbol en los torneos Evita,

En la imagen, Eva Perón da el puntapié inicial en un partido de fútbol en los torneos Evita,

“La verdad es que, sin ningún esfuerzo artificial, sin que me cueste íntimamente nada, tal como si hubiese nacido para todo esto, me siento responsable de los humildes como si fuese la madre de todos”.

“Soy sectaria, sí. No lo niego; y ya lo he dicho. Pero ¿podrá negarme alguien ese derecho? ¿Podrá negarse a los trabajadores el humilde privilegio de que yo esté más con ellos que con sus patrones? Si cuando yo busqué amparo en mi amargo calvario de 1945, ellos, solamente ellos, me abrieron las puertas y me tendieron una mano amiga…”.

“Todos llevamos en la sangre la semilla del egoísmo que nos puede hacer enemigos del pueblo y de su causa. Es necesario aplastarla donde quiera que brote si queremos que alguna vez el mundo alcance el mediodía brillante de los pueblos”.

“Los dirigentes del pueblo tienen que ser fanáticos del pueblo. Si no, se marean en la altura y no regresan. Yo los he visto también con el mareo de las cumbres”.

“Hay enemigos del pueblo. Y hay indiferentes. Estos pertenecen a la clase de hombre que Dante señaló ya en las puertas del infierno. Nunca se juegan por nada. Son como “los ángeles que no fueron ni fieles ni rebeldes”.

“De mí no se dirá jamás que traicioné a mi pueblo, mareada por las alturas del poder y de la gloria. Eso lo saben todos los pobres y todos los ricos de mi tierra, por eso me quieren los descamisados y los otros me odian y me calumnian”.

Eva Perón, en el discurso del renunciamiento histórico, de agosto de 1951.

Eva Perón, en el discurso del renunciamiento histórico, de agosto de 1951.

“Muchas veces, para desgracia de la fe, el clero ha servido a los políticos enemigos del pueblo predicando una estúpida resignación…”.

“No hay nada que sea más fuerte que un pueblo. Lo único que se necesita es decidirlo a ser justo, libre y soberano”.

“Los pueblos deben cuidar a los hombres que elige para regir sus destinos. Y deben rechazarlos y destruirlos cuando los vean sedientos de riqueza, de poder o de honores”.

Tras hacer su renunciamiento, Eva Perón rompe en llanto en los brazos de su esposo.

Tras hacer su renunciamiento, Eva Perón rompe en llanto en los brazos de su esposo.

“El 17 de Octubre nació en los surcos, en las fábricas y en los talleres. Surge de lo más noble de la actividad nacional”.

“Le pido a Dios que me dé algunas vacaciones en mi sufrimiento”.

“Si el pueblo fuera feliz y la Patria grande, ser peronista sería un derecho. En nuestros días, ser peronista es un deber”.

“He sufrido mucho, pero mi dolor valía la felicidad de mi pueblo y yo no quise negarme no quiero negarme, acepto sufrir hasta el último día de mi vida si eso sirve para restañar alguna herida o enjugar alguna lágrima”.

“Aparento vivir en un sopor permanente para que supongan que ignoro el final… Es mi fin en este mundo y en mi patria, pero no en la memoria de los míos. Ellos siempre me tendrán presente, por la simple razón de que siempre habrá injusticias y regresarán a mi recuerdo todos los tristes desamparados de esta querida tierra”.

“Renuncio a los honores, pero no a la lucha”.

Una de las últimas imágenes de Eva Perón, ya enferma y demacrada.

Una de las últimas imágenes de Eva Perón, ya enferma y demacrada.

“¿Sabrán mis “grasitas” todo lo que yo los quiero?”.

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