MULTIMEDIOS PRISMA 24

IDENTIDAD EN COMUNICACION

Sin los socios no son nada

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No se puede ir a ver al equipo a la cancha. Ni ir a pasar el día en el club, a reunirse con la gente unida por los colores y disfrutar de los predios, hacer deporte, nada. Y hay que ajustar la economía familiar, ver de dónde recortamos, qué dejamos de comprar, cómo ahorramos para lo que viene, cómo bancamos la pérdida o disminución de ingresos. Y ellos siguen pagando.

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Diego Milito agradeció su fidelidad a los socios de Racing.

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Diego Milito subió un video para agradecer a los socios de Racing, donde no sólo se verifica un alto cumplimiento de la cuota: hasta hay ¡150 nuevos carnets! Huracán armó unas 20.000 credenciales especiales para “socios de fierro”, un tributo a la fidelidad en tiempos difíciles. Y más allá de campañas de los clubes para estimular la continuidad del ingreso, en todos hay una base de gente que quiere ayudar, desde un lugar poco menos que anónimo, a que su divisa no se hunda en la crisis del aislamiento y la parálisis de actividades.

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Grimi se hizo socio del Globo en medio de la cuarentena.

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Más grandes, menos grandes, medianos, chicos, a ver si lo entienden todos de una vez: los clubes no son nada sin los socios. Modernas ingenierías, profesionales de las finanzas y la gestión, buscan y rebuscan los modos de hacer sustentables a las instituciones; arman escenarios de negocios y se aventuran a la seducción de capitales que tapan un agujero y hacen otro.

Inmortal película de 1951, en la que Enrique Santos Discépolo reflejaba la pasión del hincha por los colores.

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Pero todos (en especial los que simpatizan con gerenciamientos y sociedades anónimas, o aspiran a ser como los magnates mundiales que compran equipos en Europa) nunca tenemos que olvidar que en el fútbol, en los clubes, hay un intangible que debemos cuidar como oro. La pasión del hincha, el amor del socio por el escudo y los colores, no se puede cuantificar y es la base que sustenta toda la maquinaria.

Que pasan y pasarán los años pero el alma de un club siguen siendo el hincha y el socio que retrató Discepolín en su entrañable película de 1951.

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