Sergio Massa hace equilibro con el tema Vicentin: entre Alberto, Cristina y lo que será el debate en Diputados

Sergio Tomás Massa​ hace silencio.

No habló aún del tema Vicentin. Prefiere esperar para abrir la boca. Y no lo hace por un prejuicio ideológico: basta repasar la historia reciente para saber que participó del armado de la estatización de AYSA (fue Aguas Argentinas hasta 2006) con Néstor Kirchner (desde la ANSES), que anunció la de Aerolíneas y fue parte de la estatización de las AFJP, estos dos últimos hechos en 2008, ya como jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner.​

Pero el Massa de 2020 es distinto del de 2008 y hoy, como presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, defiende tener una mirada propia respecto del sector agro industrial y su integración social con los productores. Con quienes ha hablado en los últimos días (desde el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, hasta referentes de la oposición como Mario Negri), asevera que el diseño del rescate de Vicentin puede ser virtuoso si se hace con integración del sector. Por eso, recuerda que hizo días atrás un zoom con las 38 entidades del sector.

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De todos modos, Massa no se corre de defender la medida del Presidente. Argumenta, ante su gente que lo acompaña en la Cámara de Diputados, que el apuro oficial por Vicentin era porque el vencimiento del plazo de verificación de crédito vencía el martes y que el juez del concurso estaba arreglando un esquema con los Vicentin. En su charla con los representantes del Poder Ejecutivo, recibió la información de que esto sucedió luego de que los Vicentin habían estado hablando tres veces con Alberto Fernández​ pidiendo que les compre la empresa YPF AGRO, la división de la petrolera nacional que ahora quedaría a cargo de la firma agroexportadora.

Ahora, Massa se prepara para conseguir los votos necesarios en Diputados para que prospere la iniciativa oficial sobre Vicentin, que será enviada en breve al Congreso: “Estoy laburando con el objetivo de que le salga bien al Presidente”, dijo a los suyos antes de instruirlos en comenzar el diálogo con los demás bloques parlamentarios, pues el número en la Cámara baja está finito para el oficialismo.

Como ya contó Clarín, podrían efectuarse modificaciones al proyecto original de expropiación (con letra de la senadora Anabel Fernández Sagasti) para sumar las voluntades necesarias para su aprobación. Allí, el ex intendente de Tigre deberá trabajar en tándem con Máximo Carlos Kirchner, jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, con quien ha construido una relación cotidiana y afiatada.

El titular de Diputados conoce y defiende al designado interventor en la empresa, Gabriel Delgado, a quien define como una de las personas que más sabe en América de las políticas públicas de multiplicación de proteínas. Pero insiste en que la discusión hay que hacerla poniendo sobre la mesa todos los aspectos, desde el vaciamiento de la empresa hasta propiedad privada, desde cadena de valor hasta cuestion logística de granos.

Pero Massa enfrenta con este asunto un desafío al sector social que lo sigue, que no es el kirchnerista sino el filo peronista más moderado que adhirió, en algún momento, a su Frente Renovador. Según sostienen en el entorno del hoy diputado nacional, eso se puede contener si el debate político se ordena, la excursión Vicentin sale bien y sin perder ni capital político ni capital simbólico.

Ante eso, deberá buscar equilibrio entre el pensamiento y accionar de las distintas tribus que conforman el gobernante Frente de Todos. Massa lo rechaza: “No hago equilibrio, busco ayudar a resolver”, como le dijo a un miembro de la bancada oficialista. Ese contrapeso será lo que deberá buscar en el Congreso este hombre de 48 años, en medio de una fuerza donde pesan Alberto, Cristina, La Cámpora y el resiliente peronismo territorial de los gobernadores e intendentes.