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se realizó un estudio sobre la incidencia de la Pandemia en la Educación y Discapacidad, fue realizado por Defensoria del Pueblo

 

El Instituto de Inclusión Social del Defensor del Pueblo de la provincia de Córdoba dio a conocer cuál es la percepción de directivos y profesionales de la inclusión, sobre los procesos educativos de niños y niñas con discapacidad en escuelas de nivel primario de la ciudad de Córdoba.

El Instituto de Inclusión Social del Defensor del Pueblo llevó adelante, entre los meses de abril y junio de 2021, un estudio para indagar sobre las percepciones de los Equipos Directivos y Docentes de Apoyo a la Inclusión (D.A.I.) en relación a los procesos de inclusión educativa de niños y niñas con discapacidad, en las escuelas de nivel primario de la Ciudad de Córdoba, en contexto de pandemia.

 

Uno de los principales hallazgos del estudio refiere a la identificación de los obstáculos con que se enfrentan las comunidades educativas para sostener procesos de inclusión en el marco de instancias de enseñanza-aprendizaje que sean eficaces y que a su vez cumplan con las medidas sanitarias de protección contra el Covid-19.

 

 

Educación, discapacidad y pandemia

Sobre una muestra de 163 casos válidos de Equipos Directivos y 100 casos válidos de Docentes de Apoyo a la Inclusión (D.A.I) de escuelas de nivel primario de la Ciudad de Córdoba, se arribó a resultados que describen el escenario de los procesos de inclusión educativa en este contexto de emergencia sanitaria. Se trabajó con  escuelas públicas -provinciales y municipales- y privadas. En lo que refiere a los D.A.I, el 46% trabaja en escuelas de gestión pública, el 37% en ambas gestiones y un 17% en escuelas privadas. En promedio, cada profesional realiza procesos de inclusión en al menos 2 escuelas, acompañando alrededor de 4 estudiantes.

 

 

Percepción de obstáculos

 

Equipos directivos y D.A.I. coinciden en que entre los obstáculos para garantizar procesos de inclusión en pandemia, se identifican barreras de aprendizaje vinculadas con la modalidad de asistencia por «burbujas», que complejizó el sostenimiento de rutinas o hábitos de trabajo y demoró diagnósticos y seguimientos. Además se observan barreras en el contexto familiar como la dificultad para sostener acuerdos entre escuela-profesionales-familia, garantizar el acompañamiento en la modalidad virtual, e inasistencia clases por temor al contagio del virus. También se destacan restricciones por protocolo, en tanto el uso de barbijo y el distanciamiento social impactan directamente sobre la integración y la sociabilización de las y los estudiantes con sus pares y docentes.

 

Los equipos directivos mencionan dificultades en relación a la conectividad y la disponibilidad de recursos digitales, tecnológicos y de servicio de Internet para las actividades virtuales. También destacan la falta de carga horaria áulica de los D.A.I. por estudiante.

 

Los D.A.I. refieren que existen barreras en el contexto escolar ligadas a diseños curriculares exclusivamente basados en contenidos, restando lugar a las necesidades de cada estudiante. Además establecen que la modalidad virtual es un medio complejo que no favorece procesos de aprendizajes eficaces en niños y niñas con discapacidad.

 

 

Principales alternativas para favorecer la inclusión educativa de estudiantes con discapacidad en pandemia

 

7 de cada 10 Equipos Directivos y D.A.I. encuestados, consideran que es preciso «sostener el ingreso de los D.A.I al aula» y «mantener el mismo sistema de clases presenciales y virtuales que el resto de los alumnos/as». Además, 4 de cada 10 valoran que es preciso «priorizar la asistencia a las clases presenciales, evitando las virtuales».

 

A pesar de las dificultades, la valoración de los procesos de inclusión educativa en el ciclo 2021 fue considerada ?buena? por el 58% de los Equipos Directivos y el 41% de los D.A.I.

 

Entre las conclusiones del estudio se menciona que las medidas para favorecer el acceso a la educación en el ciclo 2021 se circunscribieron a la aplicación de protocolos sanitarios, y al sostenimiento de las formalidades de los procesos de inclusión educativa, no especificándose propuestas excepcionales para las/os estudiantes con discapacidad.

Tanto los docentes como directivos sostienen que la participación de los D.A.I dentro del aula en la semana presencial y el trabajo en grupos reducidos -por protocolo- colaboró con un mejor seguimiento de los procesos de aprendizaje de los alumnos/as.

Se aprecia que la presencialidad es el medio más eficaz para el sostenimiento de rutinas de trabajo en los procesos de inclusión, siendo importante potenciar estos aspectos para que las diferencias no se conviertan en desigualdades educativas.

 

Las adecuaciones curriculares son «claves» para garantizar los procesos de inclusión educativa, aún más en pandemia.

El estudio pone de relieve que es indispensable abordar los obstáculos identificados para garantizar el desarrollo de procesos de inclusión educativa en pandemia y evitar, de ese modo, la multiplicación de barreras que vulneran el acceso al derecho a la educación de las personas con discapacidad.

Este escenario dinámico es el lugar donde asumir el desafío de repensar y re inventar las relaciones posibles entre proyecto educativo, contenidos, estrategias, docentes y familias para favorecer el desarrollo de procesos de inclusión educativa más personalizados que garanticen igualdad de oportunidades y plena participación.

 

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