Editorial Por Mabel Lema
Durante la última semana, lectores y dirigentes políticos nos consultaron sobre el nuevo espacio que viene gestándose en el departamento Punilla. Algunos lo ven como un intento necesario de renovación, otros repiten con escepticismo que “es lo mismo de siempre”. Pero lo cierto es que el movimiento existe y va tomando forma.
El viernes pasado por la tarde, en Cosquín, se llevó a cabo una nueva reunión preparatoria de lo que será el lanzamiento oficial de “Punilla Crece”, durante el mes de junio.
Participaron ex intendentes, ex candidatos y dirigentes con recorrido territorial que hoy buscan consolidar una propuesta común a nivel departamental.
Entre los presentes estuvieron: Roberto Grigioni (San Antonio de Arredondo), Marcelo Rodríguez (Capilla del Monte), Néstor Cuello que además de haber sido presidente comunal de parque Siquiman fue candidato a diputado nacional y José Vásquez (Parque Siquiman), Eduardo Muzzi (La Cumbre), Omar Ferreyra (Villa Giardino), Matías Montoto (Huerta Grande), Marco Arce (Estancia Vieja), y Gustavo Pereyra, ex secretario de Gobierno de Santa Maria de Punilla y reconocido por su experiencia en el armado político en la región. Además, se sumó desde la zona centro del valle Gabriel Musso, ex intendente de Cosquin y candidato a diputado nacional por el schiarettismo , mientras que otros dirigentes con trayectoria se sumaran próximamente.
La característica principal de Punilla Crece es su diversidad de origen político: conviven dirigentes del peronismo, el radicalismo, vecinalistas y referentes independientes. Este espacio plural busca posicionarse como alternativa regional con proyección al 2027, sin responder por ahora a una estructura provincial determinada. Esa independencia puede significar autonomía estratégica o convertirse en un desafío a la hora de definir candidaturas y alianzas.
Aparte: las legislativas y la dispersión de fuerzas
En paralelo, el mapa político rumbo a las elecciones legislativas muestra un entramado complejo. Los sectores tradicionales intentan reconfigurarse, pero no logran despejar las dudas ni ordenar internas.
En el peronismo, por ejemplo, se observa una fuerte fragmentación. En algunas localidades, conviven líneas que se identifican como “schiarettistas” con otras que se autodenominan “peronismo genuino”. Una división que resulta llamativa, si se considera que Juan Schiaretti fue uno de los máximos exponentes del justicialismo cordobés durante más de dos décadas. Entonces, ¿dónde queda la línea divisoria? ¿Y cómo se construye una unidad real si la identidad se disputa más desde los motes que desde los programas? Y qué posición tomará el gobernador es casi clara la bajada de línea será, “a trabajar juntos como sea”
Por su parte, el radicalismo transita esta etapa de forma tranquila: hay nombres con peso propio y las estructuras locales a simple vista no tendrá una bajada de línea homogénea. Coquetea con la libertad avanza en vistas de alianzas, pero referentes como Mestre se oponen, el congreso partidario no se expide dato no menor Juntos por el Cambio daño mucho la credibilidad en dichas alianzas
Con respecto a quienes se sacan la foto utilizando la movida de las legislativas para posicionarse rumbo al 2027 muy lejos están de ser ungidos en forma partidaria. Es decir que por que quieran instalar nombres con fórceps no cuajan en la ciudadanía.
Por su parte el PRO, parece perder fuerza en el interior. Sin estructura partidaria sólida ni cuadros visibles en muchas localidades, el sello amarillo se va diluyendo, muchas veces absorbido por otros armados transpolando la imagen nacional.
Finalmente, los libertarios han ganado visibilidad mediática, pero todavía muestran dificultades concretas para estructurar espacios propios orgánicos en Punilla. Más allá del impacto discursivo, las representaciones locales son todavía débiles y, en algunos casos, contradictorias entre sí. La adhesión ideológica no siempre se traduce en organización territorial.
Conclusión abierta
Mientras tanto, Punilla Crece continúa su marcha, apostando a consolidar una propuesta transversal que logre superar las grietas partidarias. Resta saber si logrará sostener esa pluralidad en el tiempo, transformarla en plataforma política concreta y, sobre todo, conectar con la ciudadanía más allá de los nombres.
“Punilla no es un territorio más. Con su peso electoral y su diversidad territorial, lo que ocurra aquí no se queda aquí. Se proyecta, se amplifica y puede alterar el equilibrio político de toda la provincia. Por eso, cada movimiento en este suelo resuena como un eco profundo en el tablero cordobés.”
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