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IDENTIDAD EN COMUNICACION

Polémica por las tomas: la carta abierta de Juan Grabois a un peronista del PRO

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En medio de las tensiones y la polémica por el aumento de las tomas de tierras en la provincia de Buenos Aires, Clarín publicó días atrás una «carta abierta» de Eduardo Amadeo dirigida a Juan Grabois. El dirigente peronista, diputado del PRO hasta diciembre, cuestionaba al referente de la CTEP por su postura en el tema.

Entre otras cosas, Amadeo advertía que «el Estado es el que debe integrar las energías sociales disponibles, no al revés. Además, los movimientos sociales no rinden cuenta a nadie sobre el manejo de los fondos ; y eso es éticamente inaceptable».

A raíz de esas acusaciones, Grabois se comunicó con Clarín para tener su derecho a réplica. Esta es su «carta abierta» de respuesta a Amadeo:

Eduardo Amadeo, en noviembre pasado, cuando aún era diputado del PRO. Foto Germán García Adrasti.

Eduardo Amadeo, en noviembre pasado, cuando aún era diputado del PRO. Foto Germán García Adrasti.

«Señor Eduardo Amadeo. Gracias por tu carta abierta. Espero tener la posibilidad de publicar mi respuesta en el mismo medio. Le agradezco la deferencia de invitarme a debatir. Sin embargo, debo decirle que considero su carta como un caso de estudio de psicopatología política. Los fenómenos de proyección, inversión y desplazamiento están presentes en cada párrafo.

Mi generación, nacida con la recuperación democrática, no es responsable sino víctima de la degradación nacional. Usted fue un funcionario de la alta administración pública en distintas gestiones de gobierno. Yo no. La mayor parte de los militantes sociales tampoco. Supongo que proyectar sobre nosotros sus responsabilidades será la forma de su generación para soportar el peso de la suya.

Análogamente los excluidos, forzados a trabajar en la vía pública u ocupar un terreno para vivir, no son responsables sus propios padecimientos. Son víctimas de un sistema fallido en el que, paredón de por medio, algunos tienen lagos artificiales y otros no tienen agua potable. Culpabilizar a las víctimas será su forma de evadir el peso de su propia responsabilidad y privilegios.

Una imagen de la toma de tierras en predio en La Plata.

Una imagen de la toma de tierras en predio en La Plata.

Del mismo modo, la opacidad en el manejo de los fondos públicos no es responsabilidad de los movimientos sociales. Tampoco la asignación arbitraria de recursos. Ambos fenómenos se han estructuralizado durante los últimos 30 años y profundizado en la administración de Cambiemos. Las deficiencias en todos estos mecanismos institucionales son una asignación pendiente de las áreas sociales del Estado que usted mismo integró.

Por otro lado, grandes corporaciones como el Grupo Clarín, por ejemplo, se apropian de propiedades públicas como el bajo autopista 1-111 y recibe miles de millones en subsidios encubiertos -llamados elegantemente pauta oficial-. Son muchas las empresas de alta rentabilidad, colegios privados de élite, grandes compañías energéticas y otras instituciones de las clases altas que obtienen jugosos subsidios y prerrogativas. Nadie levanta la voz frente a estas injusticias. Al establishment nadie le pide que rindan cuentas.

Quisiera, además, corregir un error conceptual en su planteo. En términos jurídico-administrativos, movimientos sociales no reciben fondos públicos. Cumplen un rol de representación, expresión y organización de la justa demanda social. Sí existen en la sociedad argentina una inmensa cantidad de asociaciones civiles, cooperativas y fundaciones, algunas vinculadas a los movimientos sociales. Todas están reguladas y auditadas por órganos públicos como la Inspección General de Justicia (IGJ) o el Instituto de Asociativismo y Economía Social (INAES) dónde deben rendir cuentas anualmente.

Juan Grabois, en una recorrida en enero con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.

Juan Grabois, en una recorrida en enero con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.

No obstante, comparto que estos mecanismos de rendición son insuficientes e inadecuados. Consideramos fundamental fortalecer los mecanismos de transparencia, auditoria y rendición de cuentas aplicando nuevas tecnologías. Esto aplica tanto a los movimientos sociales como a las instituciones estatales y las corporaciones que reciban fondos públicos. Nada de eso sucedió durante los cuatro años de administración macrista. Ojalá suceda en esta nueva etapa.

La malversación de fondos destinados a proyectos sociales es un crimen aberrante que se debe combatir con honestidad intelectual y ejemplaridad personal. En mi caso, la opción fue asumir un nivel de vida muy inferior al que tenía cuando inicié mi militancia social porque creo que se predica con el ejemplo. No digo que mi camino sea el mejor o el único, pero es un intento. Desconozco su situación. Sí recuerdo que usted fue objeto de múltiples denuncias por malversación de fondos destinado a proyectos sociales (casos Jorge Matzkin y Antonio Cassia) o ausencia absoluta de rendición de cuentas (Asociación Argentina de Políticas Sociales y Asociación Civil Observatorio Social).

Sepa que no lo estoy acusando de nada, solo señalando que la opacidad en el manejo de fondos sociales no son un fenómeno nuevo y que usted no es ajeno al mismo. Veo en sus palabras el fenómeno del desplazamiento: cuestionar éticamente nuestro trabajo para descargar en otros las acusaciones que usted ha recibido. Es un mecanismo muy conveniente para enlodar a quienes luchan desinteresadamente por los demás.

Otro elemento llamativo es reformulación acomodaticia de los planteos que realizamos. Así, usted relata lo que yo pienso y luego contesta a ese relato. Le pido la honestidad intelectual para replicar mis verdaderos planteos y no a reformulaciones simplistas como acostumbran ciertos medios y políticos. Nunca sostuve que los movimientos sociales deben ser “el centro de las políticas”. Creo que en esta etapa histórica la mejor receta es la aplicación rigurosa del principio de complementariedad entre los sectores público, privado y social, articulados por un buen gobierno.

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Estoy absolutamente de acuerdo con la individualización de quienes necesitan ayuda social, en particular en la primera infancia. Efectivamente tenemos tecnología que permite la identificación, atención y seguimiento sistemático de niños con problemas graves de nutrición. También es cierto que aquí es más importante la buena técnica que el voluntarismo desorganizado. Lamentablemente, nada de esto sucedió en el gobierno de Cambiemos. Lamentablemente, tampoco sucede ahora. Pero los pobres no pueden esperar. Nosotros luchamos en el contexto que nos toca y con las herramientas que tenemos.

Nuestro rol, sin embargo, no se limita a contribuir en que la ayuda social llegue. Nuestra misión no es contener una realidad injusta para que no estalle sino transformarla. Usted habla de estabilidad. Nosotros creemos que una estabilidad con desigualdades tan profundas es como la paz de un cementerio. Cristaliza la injusticia. El día que estas injusticias desaparezcan, nuestra presencia ya no será necesaria. Sería importante que quienes tanto nos desprecian en vez de empeñarse en destruirnos se esforzaran más por destruir las causas que nos hicieron nacer.

Usted señala que justifico a quienes ocupan tierra. El verbo justificar es polisemántico. Justificar es dar razones, explicar. Ponerse en los zapatos del otro. Parafraseando a Spinoza, comprender antes que enojarse. Las ocupaciones son producto de la crisis habitacional. Justificar también es probar la inocencia de alguien. Considero que culpar a los excluidos de sus propios padecimientos es un procedimiento vil e inmoral.

Imagen de la toma de tierras en el Barrio Planeadores de La Plata. Foto Mauricio Nievas.

Imagen de la toma de tierras en el Barrio Planeadores de La Plata. Foto Mauricio Nievas.

Por otro lado, suponer que la defensa de los desposeídos constituye un agravio a los propietarios es parte del pensamiento binario que debemos erradicar. La colisión de derechos e intereses entre integrados y excluidos es un aspecto dramático de nuestra sociedad que sólo se resuelve saldando la deuda social. En este caso, la única forma de terminar con las ocupaciones en un país con un déficit habitacional de cinco millones de viviendas es ampliando la oferta de vivienda social y lotes con infraestructura básica. Nosotros no luchamos contra el derecho de los propietarios sino por el derecho de los excluidos a tener su propio terreno. Queremos que sea legal, con título, con servicios.

Usted afirma en su carta la imposibilidad de realizar un repoblamiento de zonas rurales y menciona determinados antecedentes históricos. Creo que se equivoca. Existen experiencias sumamente exitosas en Alemania, Italia, Francia e Israel. La sobreurbanización de la Argentina es un problema grave. Tenemos el 93% de población urbana, uno de los ratios más altos del mundo. No se trata únicamente de facilitar la posibilidad de un retorno al campo de quienes quieran escapar de la locura urbana. Tampoco únicamente de ofrecer terrenos en las periferias de los conurbanos. Hay que hacer las dos cosas, pero sobre todo construir una nueva demografía federal, comunitaria y productiva para las futuras generaciones.

Usted afirma también que para generar empleo hace falta estabilidad, crecimiento e inversión. Es cierto. Sin embargo, la historia reciente ha demostrado que estos elementos por si solos no resuelven la crisis socioambiental. Hace falta también una justa distribución de la riqueza y regulaciones adecuadas para combatir las prácticas corporativas abusivas y evasivas en términos ambientales, laborales, comerciales e impositivos. Confiar en el crecimiento para la resolución de los problemas sociales es caer nuevamente en la fallida teoría del derrame.

Cristina Kirchner con Juan Grabois y otros dirigentes, en una reunión en septiembre de 2019.

Cristina Kirchner con Juan Grabois y otros dirigentes, en una reunión en septiembre de 2019.

En cuanto al dialogo, siempre hemos estado abiertos y seguimos estándolo. De hecho, la ley nacional de barrios populares y la ley de emergencia social fueron producto de una negociación de nuestras fuerzas con el gobierno de Cambiemos. La ley de barrios populares, además, contiene en su articulado una expropiación masiva de tierras. Más de cuatro mil propiedades fueron declaradas de utilidad pública y sujeta a expropiación. No lleva la firma de Cristina, Chávez o Castro, sino de Massot, Negri y Carrió. El problema fue que olvidaron asignar las partidas presupuestarias correspondientes para realizar las obras necesarias y pagar el precio de compra a los propietarios.

Recientemente, el diputado Máximo Kirchner impulsó que una parte del impuesto PAIS y el futuro impuesto a las grandes fortunas salde esta deficiencia. Ya ve cómo los movimientos sociales hemos sido constructores de una política de Estado que complementa el accionar de dos sectores políticos opuestos en la vida democrática argentina. Tengo la esperanza de que el actual gobierno convierta estos consensos en realidad efectiva. El tiempo dirá.

Como usted habrá visto, hemos presentado un Plan de Desarrollo Humano Integral (https://plandesarrollohumanointegral.com.ar/) en la Cámara de Diputados hace unas semanas. En los próximos días, Juntos por el Cambio recibirá una invitación para debatirlo. Espero que sea consecuente con el párrafo final de su carta y concurran al convite.

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