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IDENTIDAD EN COMUNICACION

Omar Perotti hizo de nexo para abrir el diálogo entre Alberto Fernández y los dueños de Vicentin

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Omar Perotti, el peronista que gobierna Santa Fe, estuvo la semana pasada reunido con Alberto Fernández en la Quinta de Olivos.

Fue una charla larga, a solas, que tuvo un capítulo ceremonial sobre la presencia del presidente en el acto del Día de la Bandera en Rosario pero lo demás giró sobre un sol tema: la empresa Vicentin.

Perotti, ni ningún representante suyo, estuvo el lunes en el anuncio que hizo Fernández en Casa Rosada y se convirtió, casi de inmediato, en un «enlace» entre el presidente y la familia Nardelli, dueña histórica de la firma.

Perotti, cuentan fuentes oficiales a Clarín, fue el que intercedió para la charla que tuvieron Fernández y Sergio Nardelli, CEO de Vicentin. El presidente contó el pedido del empresario para avanzar en un acuerdo que excluya la instancia de la expropiación.

Era el menú que proponía Perotti que el lunes dio una serie de definiciones, elogió a Gabriel Delgado -un funcionario bien visto por el mundo agrario- y la intervención de YPF, una firma respetada en el circuito.

Habló de intervención pero, en una coreografía equilibrista, gambeteó la palabra expropiación. El martes ardió la provincia: la marcha en Avellaneda y las declaraciones, reeditadas, del ministro de Producción Daniel Costamagna contra la idea de «estatización».

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Perotti, equilibrista, mandó a hablar a Roberto Mirabella, senador nacional y su mano derecha histórico. «Me parece estratégico que el gerenciamiento esté en YPF, es una de las empresas más importantes de la Argentina, es una empresa internacionalizada» aseguró.

Costamagna, un productor rural santafesino alineado a Perotti , cerró el teléfono y la posición oficial, equilibrista, se concentró en las intervenciones sigilosas de Perotti para habilitar el diálogo entre Fernández y Nardelli.

Se especuló con la renuncia de Costamagna –que fue ministro, sugerido por Perotti, de Jorge Obeid- a modo de protesta por la decisión pero el gobernador lo confirmó en el cargo.

En paralelo, la vocería de Mirabella de que la prioridad es defender la empresa, los 6 mil puestos de trabajo y las acreencias de los casi 2500 productores santafesinos que están nucleados en unas 100 cooperativas agrícolas.

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El mapa ideal de Perotti, según deslizan en Santa Fe, es un acuerdo sin expropiación, con presencia del Estado a través de una intervención que, por cuestiones jurídicas, debería viabilizarse a través del concurso judicial.

«La prioridad es preservar la empresa, la actividad y que quede en manos de capitales locales. No hay que perder de vista que muchas trasnacionales se quieren quedar con las áreas rentables de Vicentin», apuntó una fuente al tanto de las gestiones.

En Casa Rosada y en Olivos hay mutismo. Las fuentes que consultó Clarín señalan que no hay escenario de revisión o cambio de planes. «Hay diálogo, interviene Perotti, fue un rescate para salvar la empresa. ¿Cambios en el formato? No está contemplado», confió una fuente oficial de primer nivel a Clarín.

Fernández habló con Perotti y le pidió que interceda para que la empresa baje el tono, tras la decisión de no aceptar al subinterventor. Vicentin difundió esta tarde un comunicado donde acata la disposición del DNU presidencial.

«Hay un diálogo abierto», repiten en Santa Fe.

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