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Con Sebastián Driussi y Emiliano Rigoni en cancha (Emanuel Mammana, el otro argentino, se recupera de una lesión ligamentaria) más el colombiano Wilmar Barrios, el Zenit derrotó 4-2 a Krasnodar como visitante y dio la vuelta olímpica por segundo año consecutivo en la máxima categoría del fútbol de Rusia.
A pesar de que es el tercer país con más casos de coronavirus (680.283) y que se registraron más de 10 mil muertos a causa de la pandemia, la competencia se reanudó con el 10% de público en cada uno de los estadios para respetar la distancia social. Sin embargo, a la hora de los festejos, esto no se respetó y la locura invadió a los hinchas y hasta al propio plantel.

El plantel del Zenit en medio de los festejos. Foto: prensa Zenit.
El plantel regresó a San Petersburgo y los fanáticos les dieron una tremenda bienvenida a los jugadores, con bengalas, humo de colores y muchos cánticos. Los futbolistas (muchos sin tapabocas) bajaron rápido del micro, se prendieron a la celebración y festejaron a lo grande. Aunque todavía faltan cuatro fechas para el final del campeonato, Zenit se consagró en medio de la pandemia de forma anticipada y armó un fiestón inolvidable.

Zenit es bicampeón en Rusia.
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