En el Gobierno hablan de «una falta de autocrítica» de Mauricio Macri y piden que dé explicaciones sobre el espionaje ilegal

Mauricio Macri avanzaba en el último tramo del discurso que marcó su reaparición pública, cuando el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; publicó en su Twitter la frase “Altísima gravedad institucional”, acompañada por el popular meme en el que se grafica que dos Spidermans que se señalan son idénticos. El hombre de extrema confianza de Alberto Fernández pareció ironizar sobre la carta -en la que se incluye esa frase- que el periodista Diego Leuco le envió al Presidente como respuesta, luego de que éste compartiera en sus redes sociales un video de la entrevista que le hizo al jefe de Gabinete en el que un usuario incluyó emoticones y sonidos de golpes de puño.

Pero el tuit de Cafiero también contenía el enojo que generó en el Gobierno el mensaje del ex jefe de Estado en la entrevista que le realizó el periodista Alvaro Vargas Llosa en el ciclo “La otra mirada de Latinoamérica”.

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Las críticas a la estrategia sanitaria y la mención a un avance del Gobierno sobre las libertades individuales, la libertad de expresión y la Justicia fueron los puntos que más cuestionamientos acapararon del discurso de Macri. También hubo alusiones a lo que evitó: desde la Quinta de Olivos hablaron de una “falta de autocrítica” del ex mandatario y la ausencia de una explicación sobre las denuncias por presunto espionaje ilegal que, según la Justicia, se realizó durante su gestión a dirigentes políticos, sociales y empresarios.

Más allá de la discusión política, el pedido de Macri de revisar las condiciones de la cuarentena estricta que trazó el Gobierno hasta el 17 de julio, para que haya “un equilibrio entre la prevención sanitaria y la salud laboral de la gente”, fue un cimbronazo para la Casa Rosada, donde distintos funcionarios tildaron de “irresponsable” su actitud ante la pandemia.

En especial, porque -consideran- “busca sacar un rédito político, cuando es imprescindible cuidar el sistema sanitario. Y hoy la única manera de que baje la ocupación de UTI (Unidades de Terapia Intensiva) es logrando que se cumpla la cuarentena y haya menos contagios”.

Esa supuesta intención de sacar ventaja, marcan colaboradores del Presidente, se advirtió cuando el líder del PRO indicó que “lamentablemente hemos visto un Gobierno que ha intentado en la pandemia avanzar sobre las libertades”.

“Eran ellos que tenían una mesa judicial para controlar a los jueces y eran ellos que espiaban a opositores para controlarlos. No lo decimos nosotros, lo dice la Justicia ¿De eso no va a hablar Macri?”, inquirieron desde el entorno presidencial.

“No hace ninguna autocrítica, cuando fundió al país y dejó deuda, pobreza y desocupación”, sumó otro alta fuente del Gabinete nacional.

Por último, en el Gobierno hablan de una contradicción de Macri cuando habla de gravedad institucional en Argentina y, al mismo tiempo, pide “mantener la presión muy alta” en relación a la crisis humanitaria que se vive en Venezuela, “hasta que en el ejército venezolano surja una decisión de terminar con este proceso de destrucción”.

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“¿Está pidiendo un golpe de Estado?”, se preguntan, Para Juntos por el Cambio (desde los sectores más duros hasta los moderados) que siempre señaló al régimen de Nicolás Maduro como una dictadura, no hay contradicción.

Con todo, a pesar del enojo, la bajada de línea comunicacional que partió desde Olivos fue no retroalimentar la aparición de Macri y evitar pronunciamientos públicos sobre sus dichos. “Nosotros estamos gobernando, que se quede peleando solo”, es el razonamiento. En ese contexto se enmarca parte del mensaje que dio este jueves el Presidente, cuando dijo que le “duele ver el odio, venga de donde venga”.

Que Fernández haya hablado de su “amigo Horacio Rodríguez Larreta” en su discurso por el 9 de Julio y el miércoles haya recibido en la residencia presidencial a los intendentes Nestor Grindetti (Lanús) y Jorge Macri (Vicente López), dos cambiemitas que evitan la grieta, sostiene mucho de esta estrategia. Es que en el Gobierno siguen de cerca la interna de Juntos por el Cambio y confían en que el ex jefe de Estado “está quedándose solo”. “La división de Gurkas, como él, (Patricia) Bullrich y (Miguel) Pichetto); con los moderados que les responden a (Horacio Rodríguez) Larreta, (María Eugenia) Vidal, (Emilio) Monzó y los intendentes, lo está dejando cada vez más solo”, analizan.

Y plantean, como el gran interrogante de cara a la definición de esa interna, si Macri tendrá “el cuero duro que tuvo Cristina” para mantenerse en la centralidad de la oposición, cuando tras dejar el poder, un sector del peronismo le dio la espalda e impulsaba una renovación dirigencial.

“Es una circunstancia similar, basada en los dos lados de la grieta. Macri representa el anti K furioso. A diferencia de otros dirigentes peronistas, que quisieron pero no tuvieron cómo, Larreta tiene un gobierno importante como el de la CABA”, comparan.

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