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Es inoxidable. A los 38 años, Rodrigo Palacio aún rompe redes. Ya no tiene la velocidad ni el cambio de ritmo que exhibía hace 11 años, cuando decidió partir de Boca para jugar en el Genoa. Ahora se ampara en su experiencia, su comprensión del juego y la sapiencia que le concedieron los años para marcar la diferencia. Lo cierto es que sigue siendo un atacante letal.
El delantero del Bologna, conjunto de la Seria A de Italia, convirtió un golazo para el triunfo de su equipo por 2-0 en un amistoso ante eñ FeralpiSalo, de la Serie C. Musa Barrow, futbolista oriundo de Gambia, abrió el encuentro a los nueve minutos de la primera etapa. A los 16, Palacio recibió la pelota sobre el vértice del área grande, encaró de izquierda a derecha para fabricarse el espacio y definió con mucha categoría: abrió el pie y remató con la cara interna para incrustar la pelota en el segundo palo. Fue un golazo.
Palacio lleva más de una década en el fútbol italiano. Y está en el Bologna desde mediados de 2017. En ese club convirtió 15 goles en 85 encuentros oficiales. Y en la última temporada marcó siete en 25 partidos. Los años parecen transcurrir más lento para un goleador que supo reciclarse para mantenerse en el alto nivel.
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