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Con Cambiemos, la economía cayó hasta el final | El…

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La actividad económica registró en noviembre una baja del 1,9 por ciento frente al mismo mes del año anterior y en once meses acumuló una merma del 2,3 por ciento. El principal factor de retracción fue la industria manufacturera, junto al comercio minorista y mayorista y la actividad de la construcción. En cambio, hubo resultados positivos para el agro, minería y hoteles y restaurantes. El contraste frente al mes previo (octubre) muestra una caída del 1,7 por ciento. A lo largo de los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, la economía nacional muestra un achicamiento del 5 por ciento. Y si se tiene en cuenta el crecimiento vegetativo de la población, el resultado es una caída acumulada del 10 por ciento en el PIB per cápita.

La curva de la actividad económica durante la gestión de Cambiemos muestra un fuerte declive entre abril de 2016 y febrero de 2017, luego una tenue recuperación entre marzo de 2017 y abril de 2018 y un profundo deterioro casi sin interrupción a partir de mayo de 2018. Luego del veranito del primer trimestre de 2016, cuando se vieron mejoras frente a los primeros meses de 2015, apareció el primer período recesivo (abril 2016-febrero 2017) y comenzó a palparse el germen del modelo económico, a partir de la inflación en bienes básicos, empujada por la devaluación inicial del peso cuando se eliminaron las restricciones cambiarias y los brutales ajustes tarifarios. A lo largo de ese período, el peor valor se registró en junio y julio de 2016, con caídas del nivel de actividad del 5,7 y 5,3 por ciento, respectivamente. “Este tránsito es el momento doloroso pero es para generar las condiciones para que la economía vuelva a crecer. No es que esto es el proyecto, este es el camino que tenemos que hacer para ordenar la economía. Cuando la economía no crece, pasa lo de Venezuela», reflexionaba en aquel momento la ex vicepresidenta, Gabriela Michetti.

A comienzos de 2017, el gobierno prendió la máquina de la obra pública de cara a las elecciones de medio término, planchó el dólar y los números de la economía ingresaron en una pequeña primavera gracias también a las ventas de autos y los créditos hipotecarios UVA, aunque por debajo de la superficie avanzaba el fabuloso endeudamiento externo y el deterioro de las condiciones de estabilidad de la economía que terminarían en el colapso posterior. Los datos oficiales dan cuenta de un crecimiento económico entre marzo de 2017 y abril de 2018, con picos en octubre y noviembre (5,5 y 4,8 por ciento en la comparación interanual). “La Argentina ingresa a un ciclo de recuperación perdurable y se va a quedar por mucho tiempo. Los brotes verdes que veíamos en enero se robustecieron. Tenemos una meta de menos del 5 por ciento de inflación para 2019, es una ambición cumplible», decía en mayo de 2017 el por entonces ministro de Economía, Nicolás Dujovne.

En mayo de 2018 comenzó la debacle final, con caídas en el nivel de actividad hasta la actualidad de forma ininterrumpida, con la excepción de mayo y julio de 2019. Los peores números se verificaron en noviembre y diciembre de 2018, con bajas de 7,3 y 7 por ciento y en marzo de 2019, con una merma del 7 por ciento. El combo de sucesivas devaluaciones y suba de las tasas de interés junto con la restricción fiscal y la creciente falta de credibilidad del gobierno produjo un fuerte deterioro de las cadenas de pagos, despidos y quiebre de miles de empresas. Sin embargo, en diciembre de 2018, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, adelantaba que “el crecimiento económico se acelerará trimestre tras trimestre el año que viene, alcanzando su pico de 2019 en el último trimestre”.

Para variar, el pronóstico de Sandleris también falló. El resultado de la comparación interanual muestra en 2019 caídas en enero (-5,7), febrero (-4,7), marzo (-7,0), abril (-1,7), junio (-0,4), agosto (-3,5), septiembre (-2,1), octubre (-0,7) y noviembre (-1,9 por ciento). La comparación mensual, que puede servir mejor de termómetro muestra los peores datos en septiembre (-1,8) y en noviembre (-1,7 por ciento).

En noviembre se produjo una caída del 4,8 por ciento en la industria manufacturera, con bajas en 13 de las 16 divisiones que componen el indicador de producción manufacturera del Indec. El automotor fue uno de los sectores con peor performance. En la misma línea, el comercio minorista y mayorista tuvo una baja del 5 por ciento, mientras que el sector de la construcción registró una caída del 6,9 por ciento. El rubro con la baja más pronunciada fue la pesca (-24,5 por ciento). Entre los sectores que tuvieron crecimiento está el agro, con un avance del 1,5 por ciento y minería (2,4 por ciento).

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