MULTIMEDIOS PRISMA 24

IDENTIDAD EN COMUNICACION

¿Cómo ser hincha en el horror?

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Sólo un ruido rompe el silencio de la noche. La tensa calma primaveral se parte al medio al sonido punzante de un motor. Se murmullan rezos. Se cruzan los dedos. Por las calles de Bérgamo, el andar de los camiones del Ejército garantizan pésimas noticias. Cajones y más cajones viajan sin vida hacia la nada, atravesando pequeñas comunas cada vez más vacías. Se llora a la distancia, flores al viento, y se da -por inercia- vuelta la página. Porque mañana será otro día. Posiblemente, peor que el anterior… Toda la Región de Lombardía, en el norte italiano, sigue incrédula. Será pandemia, mal universal, pero el coronavirus la agarró de punto. Y fronteras adentro, entre Milano, Brescia y el espacio del Atalanta, la lucha por el récord de contagiados es dura y pareja. La provincia de Bérgamo es chica: diez veces menor a Tucumán. La ciudad (capital) que lleva su mismo nombre, mucho más: es tan pequeña, por caso, como Hurlingham o Ituzaingó, mini municipios de la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, a pesar del escaso territorio, entre valles, lagos y castillos, su densidad poblacional es grandiosa. Por eso las ausencias pesan más. Los muertos no pueden contarse. Pero se conocen, hasta por los colores únicos de las banderas que los envuelven…

Los camiones del Ejército alertas para recoger y transportar víctimas fatales. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Los camiones del Ejército alertas para recoger y transportar víctimas fatales. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Difícil creer en cifras oficiales. Porque no cuentan los fallecidos fuera de los sanatorios. El reporte del sábado hablará de 9.588 casos positivos y alrededor de 2300 muertos en Bérgamo. Aunque todos saben, por los reportes de las funerarias, que la cifra asciende al doble. Mínimo. Y que la famosa curva de la que tantos hablan no para de subir. Aunque, eso sí, también hay otra Curva que no afloja. Fuera ya del Atleti Azzurri d’Italia, el estadio de Atalanta en el quartiere (barrio) Conca Fiorita, su barra brava principal, la Curva Nord, unificada desde principios de Siglo XXI, no baja los brazos. La simbiosis entre los hinchas y la comunidad es grossa. Desde 2010, el club entrega una camiseta azul y negra a cada recién nacido en la provincia. Y la gratitud se devuelve en tiempos de mierda. Justo, pero justo justo, en la mejor etapa del Nerazzurri en su historia, el tristemente célebre Covid-19 se convirtió en sombra. Por un (largo) rato, no hay Champions ni Papu Gómez ni Palominos que valgan. Tampoco el recuerdo de Caniggia, Leo Rodríguez o el Tanque Denis. Nada en pasado. Todo en presente. “Mola mía…”, se lee en las paredes. Un “no te rindas” en Bérghem, el dialecto bergamasco. ¿Cómo mantener entonces la pasión por el equipo y su ciudad en la sangría? ¿Cómo se vive el fútbol desde el horror cotidiano? ¿Desde dónde pedir aliento? Olé habló con el máximo referente de la Curva. ¿Su nombre? “Daniel, un ragazzo della Curva Nord…”.

-¿Podés describirme cómo está Bérgamo hoy?

-La situación, durante estas semanas, es realmente preocupante. Pasamos muchos días con muchas muertes. Sólo piensa que, en la ciudad, con respecto a marzo pasado se cuadriplicaron los fallecimientos. Durante algunos días, los datos han mejorado ligeramente con menos contagios y varias recuperaciones. Pero la tasa de mortalidad sigue siendo alta. Más allá de los datos oficiales, entre la ciudad y el resto de la provincia de Bérgamo, se sabe que ya tuvimos alrededor de 4.500 bajas. Y eso que vivimos encerrados. Las fábricas y las tiendas no pueden abrir. Sólo salimos de compras un par de veces a la semana. A la larga, es la única manera de ganarle al virus.

Una postal de Bérgamo. (ansa)

Una postal de Bérgamo. (ansa)

-¿Por qué creés que es el peor lugar que la está pasando en toda Italia?

-¿Te soy honesto? No tengo respuesta para esa pregunta. No tenemos respuesta. Seguramente, cuando todo ésto termine, tendrán que darnos una explicación.

Martina Papponetti, 25 años, trabajadora del Hospital Gavazzeni de Bérgamo con las marcas en su rostro del trabajo. (AP)

Martina Papponetti, 25 años, trabajadora del Hospital Gavazzeni de Bérgamo con las marcas en su rostro del trabajo. (AP)

-¿Estuviste en el famoso Atalanta-Valencia? ¿Fue realmente la ‘partita zero’, donde todo explotó?

-Sí, estuve en San Siro, en Milano. Probablemente ese partido influyó en la difusión del virus pero no creo que haya sido el motivo principal. Además, hasta ese momento, no teníamos noticias alarmantes sobre el coronavirus. Así que todos estábamos a oscuras sobre el peligro real del Covid-19.

Los jugadores de Atalanta tras eliminar a Valencia y meterse en cuartos de la Champions, dejaron su Mole Mía para la comunidad de Bérgamo.. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Los jugadores de Atalanta tras eliminar a Valencia y meterse en cuartos de la Champions, dejaron su Mole Mía para la comunidad de Bérgamo.. (foto Facebook Sostieni la Curva)

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-¿Hincha de Atalanta desde cuándo?

-En pocos días cumpliré 31 años y voy a la tribuna desde los 14. Dos años más tarde me sumé a la barra. Desde hace años, hay unión entre las facciones y formamos la Curva Nord Bérgamo, un grupo apolítico y apasionado por el mundo de los ultras y por Atalanta, claro.

Desde 2010, cada nacimiento en Bérgamo lleva por regalo una camiseta de Atalanta a cargo del club. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Desde 2010, cada nacimiento en Bérgamo lleva por regalo una camiseta de Atalanta a cargo del club. (foto Facebook Sostieni la Curva)

-¿Y cómo viven esta realidad con muertes y sin goles?

-Junto con algunos muchachos de la hinchada fuimos convocados para ayudar a construir un hospital de campaña, a menos de diez kilómetros de nuestro estadio. Aceptamos de inmediato y, junto con otros voluntarios, en una semana lo levantamos en el Campo della Fiera (Atalanta colaboró con 62.000 euros y Radici Group, su sponsor principal, con 65.000). Servirá para ayudar al hospital general, que está al límite de sus posibilidades. Hicimos lo que hubiese hecho cualquiera por su tierra y por su gente. Igual, los verdaderos héroes son aquellos que trabajan a diario para salvar vidas. Y te doy un ejemplo: se necesitaban 300 médicos y enfermeras extra y, en pocas horas, ¡8000 profesionales respondieron al llamado!

Los voluntarios de la Curva Nord que levantaron un hospital. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Los voluntarios de la Curva Nord que levantaron un hospital. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Que no falten los colores... (foto Facebook Sostieni la Curva)

Que no falten los colores… (foto Facebook Sostieni la Curva)

Atalanta, Bérgamo y la acción social. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Atalanta, Bérgamo y la acción social. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Así quedó por dentro el hospital de campaña. (foto Facebook Sostieni la Curva)

Así quedó por dentro el hospital de campaña. (foto Facebook Sostieni la Curva)

-¿Cuántos hinchas de Atalanta suponés que se llevó esta pandemia? ¿Perdiste algún amigo, algún familiar?

-Y… Cada uno de nosotros ha sufrido un duelo entre sus allegados más cercanos. Yo perdí una tía, por ejemplo. Y lo peor es saber que murió sola, porque cuando llegás a un hospital y te pasa lo que te pasa, ningún miembro de la familia puede entrar a verte… Incluso han caído miembros de la Familia Atalantina. Como el responsable de los alcanzapelotas, que estuvo en cada partido desde los ’60. O a Zaccaría Cometti, el arquero que, en 1963, nos dio la Coppa Italia, nuestro título más importante en casi 113 años de vida. Lamentablemente, muchísimos hinchas nos han dejado.

Un cura y el último adiós para una decena de cuerpos. (ansa)

Un cura y el último adiós para una decena de cuerpos. (ansa)

-¿Te imaginás cómo será el primer partido después del coronavirus? ¿Alegría porque lo más duro quedó atrás o puro silencio y dolor?

-Hmm. No podría pensar ahora en lo que será ese momento. Hoy la situación sigue siendo demasiado crítica como para fantasearlo. El camino por recorrer, todavía, es demasiado largo y el error sería frenar las medidas y regresar al infierno. Cada uno tiene su sentimiento. Para mí, este campeonato se terminó y tendremos que organizarnos para arrancar mejor la próxima temporada. Incluso, por más que estemos en cuartos de final, si de manera egoísta quisiera continuar disputando la Champions, creo que tanto hinchas como jugadores no estamos emocional ni físicamente preparados para seguir. La herida es realmente enorme.

Papu Gómez colaboró para eliminar a Valencia.

Papu Gómez colaboró para eliminar a Valencia.

-Con tanto angustia acumulada, ¿un gol decisivo de Papu Gómez se grita el doble?

-Veremos… Sólo hay que pensar en la próxima liga, en septiembre con suerte, con la esperanza de que todo haya quedado atrás. A partir de ahí, todo dependerá de quienes entren a la cancha, tal vez con un plus de responsabilidad porque estarán representando a una ciudad que, en las buenas o en las malas, por siempre quedará golpeada. Este virus, sin dudas, fue peor que una guerra.

¿Cuándo volverán las buenas vibras entre la hinchada de Atalanta y sus jugadores). (foto Facebook Sostieni la Curva)

¿Cuándo volverán las buenas vibras entre la hinchada de Atalanta y sus jugadores). (foto Facebook Sostieni la Curva)

-El ánimo popular no se levanta ni con una Champions, parece…

Ningún partido, ningún triunfo, podrá calmar lo que estamos pasando. Nuestra Atalanta hoy sólo tiene la chance de conseguir un sentido de pertenencia aún más fuerte, una mayor unión entre Bérgamo, su equipo y sus hinchas. Entonces, será normal que volvamos a la tribuna para alegrarnos, para alentar a los nuestros, para insultar a los rivales… Pero llevará tiempo volver a la ‘normalidad’, tanto en la cancha como en la vida cotidiana. Pero como buenos bergamascos, ¡nunca nos rendiremos!

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