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IDENTIDAD EN COMUNICACION

«A Messi lo pongo hasta de arquero»

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Casi nadie lo sabía. Ni siquiera Lionel Messi estaba al tanto de que, en más de una oportunidad, lo habían mandado atrás. Sí, ¡al arco! Y que desde ahí, con la camiseta de Barcelona, ya su ex club, también supo brillar. El secreto, bien guardado, lo tenía Matías Zaracho. “Siempre jugué a la Play con el Barsa. Y elegía a Messi, seeeeee. Obvio, como capitán. Lo usaba para todo. Era mi robot chiquito al que ponía en todos lados, en todas las líneas. Le saqué el jugo a lo loco, je. Algunas veces hasta lo pongo de arquero para salir jugando. Te digo más: lo hacía llegar al gol. En cualquier puesto me hizo muchos goles a colocar”, reveló Matías Zaracho, el pibe de 22 años que parece aniñarse cuando cuenta la anécdota personal entre risas.

El Negro es uno más de los millones de futboleros que aman a Leo, pero gozó del privilegio de pocos: compartió entrenamientos con él en una gira por Europa y África con la Selección, en 2019. Aunque entre su timidez y lo impactado que quedó por ver a la Pulga, no logró cruzar palabra alguna con el astro. Verlo en acción fue un placer para él, más allá de que algo quedó pendiente: “Obviamente, Leo es uno de mis grandes ídolos. Como soy vergonzoso, no tuve ninguna charla con él. No me acerqué a decirle nada. El también es medio tímido… Pero en la próxima le voy a pedir fotos o un autógrafo. Lo que sea, je”.

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-¿Qué te sorprendió más de su juego en las prácticas?

-Todo se le hacía fácil. Metía pases que uno no veía, pero él sí. Eso me sorprendió mucho. Siempre miraba sus movimientos, qué hacía, cómo recibía la pelota, su control… Por algo es el mejor del mundo, ¿no?

-Ya alejado del Barsa, ¿en qué club le gustaría verlo?

-La noticia me tocó un poco. Fue mundial… No sé porqué decidió irse y tampoco se sabe adónde irá. Pero bueno, siempre lo voy a bancar. Y si va al Manchester City, lo usaré en ese equipo en la Play. O elegiré a cualquier club al que vaya.

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-¿Qué lugar ocupa la Selección en vos?

-Siempre la tengo presente en mi cabeza, tendré que seguir aprendiendo y hacer las cosas bien para que pueda volver.

Mati es un joven experimentado. Los cuatro años que lleva en la Primera de Racing, donde hoy es titular indiscutido, lo constituyen en un jugador curtido, de gran proyección. Surgido del predio Tita Mattiussi, lugar que adora, no es difícil vislumbrar un futuro en el Viejo Continente para este jugador dinámico, de aporte ofensivo y sacrificio en la marca. “Hoy en día quiero aprovechar y poder pegar el salto a Europa para seguir creciendo como jugador y persona”, cuenta el volante, recientemente papá de Benicio, su segundo hijo.

-¿Tuviste ofertas en este tiempo?

-No. Se habló mucho del Milan… Pero no soy de preguntarle a mi representante si es verdad o no. Sé que cuando haya algo concreto, me lo dirá. No quiero volverme loco ni ilusionarme con nada. Me queda seguir trabajando y pensando en Racing.

-Si pudieras elegir, ¿a qué liga irías?

-Siempre me gustó la española. Por el Barsa.

-Nacional de Uruguay, el próximo rival de ustedes, viene de mucho rodaje. ¿Llegan en desventaja a ese partido?

-Creo que a eso lo vamos a reemplazar con actitud, con energía. Vamos a enfrentar a un equipo que tiene ventaja, pero tenemos que estar tranquilos, positivos. Hay que pensar que vamos a salir adelante. Nos vamos sintiendo mejor. Estamos bien mentalizados en lo que queremos, hacia dónde vamos. Eso nos fortalece como grupo, estamos muy bien. Vamos buscando recuperar la idea de juego. Hay muchos trabajos con pelota, con pases y triangulaciones. Son cosas que nos sirven mucho.

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-¿Qué te está dejando Beccacece?

-Charlamos mucho por Zoom antes de la vuelta a los entrenamientos, y también ahora. Es un técnico al que le gusta mucho analizar videos. Está muy metido en eso. A mí me pide que ocupe mucho los espacios libres cuando llegan los volantes, que juegue tranquilo, bien posicionado. Que esté pendiente de llegar al gol. Me aconsejó mucho.

-¿Qué consejos?

-Yo le dije que me quiero enfocar en la definición. Porque ese fue mi problema. Me dejó algunas frases para que analizara y pueda ser más frío a la hora de definir.

-Tuviste partidos en los que fallaste bastante frente al arco. ¿Cuánto te afectó?

-Me generaba mucha bronca. Y me caía. Iba a buscar de nuevo, y nada. Me tiraba tanto abajo que, al momento de definir, me pasaba siempre lo mismo. Ahora estoy trabajando mejor la cabeza en la definición. No tengo que bajonearme y sí tomarme un segundo más antes de definir. Tengo que pensar que habrá otra oportunidad.

-El otro día un video mostró un golazo que le hiciste a Arias en una práctica.

-Antes, en la primera que toqué, le había metido otro. Cuando hice el otro (NdeR: de media distancia la clavó en un ángulo), salí a festejarlo. Pero después Gaby tuvo su revancha y me atajó varios, je.

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-¿Te imaginás ganando la Copa Libertadores o sos más del paso a paso?

-Con el grupo que tenemos, lo veo muy posible. Estoy muy ilusionado. Mi sueño a corto plazo es ganar la Libertadores.

-Forjaste una buena relación con Licha. ¿Qué te enseñó en este tiempo?

-Hablábamos mucho cuando compartíamos habitación en las concentraciones, en el vestuario o en la cancha. Me apoyó en todo momento. Me inculcó muchas cosas. Licha siempre me pidió que mantuviera el perfil bajo de cuando recién había subido a Primera. Siempre le estaré agradecido. Es una buena persona que trata de la mejor manera.

-Hace poco, Cvitanich contó que Lisandro le dijo que quiere jugar hasta los 40 años. ¿Lo ves?

-Al viejito dámelo siempre. Con la inteligencia que tiene… Es medio quejoso, je, pero dámelo siempre.

Zaracho y Lisandro Lopez, dos amigos pese a la diferencia de edad. Foto: @RacingClub

Zaracho y Lisandro Lopez, dos amigos pese a la diferencia de edad. Foto: @RacingClub

-Y a nivel grupal, ¿qué sentís que transmite Lisandro?

-Yo le valoro mucho la intensidad, la energía que siempre tiene en los partidos y entrenamientos. Los jugadores y los hinchas estamos de acuerdo con que es muy grande su entrega. Y con la edad que tiene… A mí me genera orgullo. Y me dan ganas de seguir el camino que hizo él. Ojalá pueda jugar hasta su edad.

-Licha no llegó a entrenarse en el predio Tita Mattiussi, peor vos así. ¿Qué significa ese lugar para vos?

-Muchas recuerdos. Los compañeros que tuve en Inferiores… Es algo muy lindo. Cada vez que voy, me pongo muy contento. Hoy hay muchas más canchas que antes. Cuando era chico, a veces teníamos que ir a entrenarnos a Villa Modelo porque en el predio no alcanzaban las canchas. Ver lo que es Racing hoy… A todos nos genera mucho orgullo. Se me vienen algunos partidos a la mente. Un clásico contra Boca, un día de lluvia con Belgrano, un gol que le hice a Temperley… Fueron partidos que me dan ganas de volver a jugar.

-Hace poco el Turco García aseguró que Racing es el tercer grande.

-Sí, ¿cómo no? Creo que en estos últimos años, Racing creció un montón.

-¿Y de tu infancia qué extrañás?

-Aunque económicamente la familia no estaba bien, extraño muchas cosas de mi barrio. El fulbito que se armaba en la calle… En mi cuadra éramos muchos pibes. Jugábamos contra el otro barrio (el suyo, Futuro, contra El Porvenir).

-¿Cómo eran esos duelos?

-De hacha y tiza. A mí y a todos nos daban duro. En el momento, cuando nos cagaban a patadas, seguíamos igual. Horas después sentías los dolores… Nos prendíamos en campeonatos relámpagos por costillares, por plata. Jugaba con mis hermanos también. Ganamos bastante… En el barrio había mucha gente grande que jugaba muy bien, eh. Y por algunos motivos no llegó lejos en el fútbol.

-¿Y vos de qué jugabas?

-De todo. A mí me encanta el Baby. Si no llegaba a cancha de 11, me hubiera dedicado al Futsal. De una. Pisarla, eso me encanta. Cuando ya estaba en las infantiles de Racing, jugaba al Futsal a la vuelta de mi casa, en el barrio. Con mis amigos estábamos por jugar los cuartos de final, pero llegamos cinco minutos tarde y nos dejaron afuera. Desde ahí no jugué más.

-Decías que había problemas económicos en tu familia. ¿Qué te faltaba?

-Mi viejo laburaba en la Municipalidad de Avellaneda. Mi mamá siempre me acompañaba cuando yo iba a jugar. Mi papá no tanto porque, a veces, no le alcanzaba la plata y tenía que hacer changas pintando casas. Siempre nos traía un plato de comida a casa. Somos ocho hermanos: cinco mujeres y tres varones. Siempre valoré el esfuerzo de mi viejo para que yo me entrenara todos los días y tuviera para pagarme el boleto del colectivo.

-¿Trabajaste de algo para dar una mano antes de ser futbolista?

-Je, yo era muy callejero… Estaba de las 10 de la mañana a las 10 de la noche afuera, jugando a la pelota por todos lados. Una vez, unos vecinos de enfrente de casa, estaban haciendo una pileta en una quinta. Me llevaron a palear. Yo nunca había hecho nada, no tenía idea… Justo cuando me dieron la pala, de tanto calor que hacía, me empezó a salir sangre de la nariz. Habían pensado que yo me había golpeado con la pala, ja. “Salí de ahí, quedate acá”, me dijeron. Y me pusieron a la sombrita.

Las changas no eran para Zaracho. Lo de Mati es Racing y el fútbol.

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