A Leo le explotaron dos bombas

Aunque las comparaciones para muchos son odiosas, imposible no poner mano a mano históricamente a Diego con Leo, con muchas cosas en común: zurdos, genios, mejores del mundo, argentinos, capitanes, de Selección, con la 10 en la espalda, artistas del fútbol, con goles a pura gambeta y tiros libres. El debate será eterno sobre si uno fue mejor que el otro. Ahora, entre las diferencias, una clarísima era el carácter, la ascendencia, más allá de que Messi fue creciendo en ese aspecto a lo largo del tiempo en su influencia grupal. Y también en bombas que retumbaron, algo que era moneda corriente en Maradona, con polémicas y dificultades que también lo marcaron fuera de la cancha.

Mirá también

Messi es muy distinto. Hombre de familia, toda la vida en un club, un día a día más ordenado, más clásico y mucho menos disruptivo que Diego, un especialista en hacer ruido. Lo curioso de Leo es que, las dos veces que tomó decisiones de las fuertes, no las pudo mantener por distintas circunstancias y en distintos contextos. Porque no es la primera vez que el mejor del mundo dio por terminado un ciclo y luego lo continuó.

En 2016, su determinación fue en caliente y retumbó en todo el mundo hasta que al final cambió. Fue tras perder la tercera final, y errar un penal en la definición de Copa América. “Lo sentí de esa manera, era la tercera seguida, pero después me arrepentí y me dio hasta vergüenza, el error fue decirlo en caliente”, explicó aquella vez, al regresar por más desafíos y por decisión propia, muy lógico.

Mirá también

Ahora rompió el molde con el burofax, remarcó que fue para oficializar su determinación de dejar el Barcelona, y otra vez cambió. Era firme, creíble, después de un análisis más frío y con toda la pinta de que iba a mudarse al City. Pero está claro que dar el golpe no es sencillo, nunca. Y como las comparaciones son inevitables: ¿qué hubiese hecho Maradona?